El Real Madrid y el Sevilla disputan el primer título de la temporada, una final europea que se juega en verano, con todo lo que eso conlleva. Poco rodaje, estado físico lejos del óptimo, jugadores recién llegados de vacaciones… No se habrá cumplido un mes desde que Toni Kroos jugara la final del Mundial, por ejemplo. Cumpliendo el teórico mes de vacaciones, el propio Kroos, Khedira, Di María o Marcelo no llegarían siquiera a este partido. Condiciones peculiares que nos depararán un partido atípico. A pesar de todo, una final europea no se juega todos los días. De hecho, se suele jugar una cada varios años. Por eso el Real Madrid buscará ganar el partido y alzarse así con su segunda Supercopa de Europa.
El juego colectivo en esta época del año difícilmente llega al nivel de noviembre o febrero, donde los equipos pueden ir encontrando sus picos de forma, y no solo en el plano físico, sino también en lo táctico e incluso en lo mental, al no estar del todo metido en la competición. Los futbolistas no son máquinas y no llegan preparados de las vacaciones, ni mucho menos. Puede haber excepciones, alguno que no haya jugado el Mundial o que haya hecho trabajo específico durante sus días libres, pero no es la norma general. Otra condición especial de las pretemporadas suele ser la innovación táctica, la evolución de algunos movimientos, con el aprendizaje por parte de los jugadores que ello conlleva. En el Real Madrid, esto no ocurre por dos motivos: estamos ante la continuación de un proyecto ganador y las posibles innovaciones están ligadas a jugadores que aún no han debutado de blanco (Kroos y James). En ese aspecto, ahí tienen algo ganado los merengues, que no se presentan en una final construyendo los cimientos, sino más bien terminando de rematar el tejado.
En la plantilla del Real Madrid nos encontramos con varios posibles titulares que no han disputado un solo minuto en pretemporada: Keylor Navas, Varane, Marcelo, Kroos, Khedira, Di María, James y Benzema (Cristiano disputó dieciséis minutos testimoniales frente al Manchester United). Por el contrario, teóricos suplentes como Isco o Illarramendi han completado los tres partidos amistosos disputados de principio a fin. Aquí es donde se abre un debate que posiblemente también esté en la mente de Carlo Ancelotti, y es si alinear a los habituales, a los hipotéticamente mejores o de su confianza, o a los que estén más rodados y por tanto en mejor forma. Con el precedente de la final de la Champions en la que Khedira, recién recuperado de una larguísima lesión, dejó en el banquillo a un Illarramendi en buenas condiciones, podemos pensar que esto se repetirá, y que serán Kroos o Khedira los que acompañen a Modric en el centro del campo. Con Isco, James o Di María la situación es la misma e incluso podrían comenzar los tres en el banquillo si Ancelotti se decide por una opción más conservadora, ya que son los centrocampistas de corte más ofensivo de la plantilla. El primero conoce bien a sus compañeros, ya demostró su capacidad en la semifinal contra el Bayern o en las finales de Copa del Rey y Champions; el segundo ha sido el fichaje más caro, se sabe que tiene mucho fútbol y viene de un Mundial fantástico (y sus consiguientes vacaciones). El tercero no se sabe si está más fuera que dentro del equipo y sería una verdadera sorpresa que partiera como titular. Gran abanico de opciones para ese centro del campo, con la peculiaridad de que los hipotéticos suplentes están en mejor forma que los titulares.
En el resto de las posiciones, Ancelotti lo tiene más fácil. En la portería ya ha sido anunciado que jugará Casillas, algo entendible al ser él quien jugó la competición que dio lugar a jugar la Supercopa, y también por estar Navas recién aterrizado, literalmente. En defensa, los habituales del tramo final de temporada: Carvajal, Pepe, Ramos y Coentrao. Con un Marcelo sin ritmo sería lógico que juegue el portugués por la izquierda y, por tanto, buscar un perfil más ofensivo por la derecha. Y arriba, la BBC. Benzema no ha jugado absolutamente nada, está recién llegado y no se sabe a qué nivel rendirá, pero es el único delantero centro con el que cuenta el equipo y sería raro que no jugara. Con Cristiano pasa algo parecido, pues meter a James en su lugar no aseguraría nada, y el factor individual del portugués ya es bastante. Un jugador de su talla puede aparecer en cualquier momento y en una final es necesario dominar esos detalles que resuelvan el partido. Gareth Bale sería esa excepción antes comentada: lleva machacándose todo el verano para volver mejor de lo que se fue. A simple vista se aprecia la evolución física del galés y en los minutos que ha jugado hemos podido observar que está fino, con esa chispa más propia de otras fechas y con la motivación extra de jugar en su casa y de comenzar una temporada que debería ser la de su confirmación.
Primer partido del curso futbolístico, primera final, la primera de las seis competiciones que disputará el Real Madrid en los próximos nueve meses. Un encuentro tan impredecible como las alineaciones que elijan los entrenadores y que probablemente se defina por detalles individuales más que por juego colectivo. Ambiente veraniego, jugadores que prácticamente siguen con las chanclas en la playa, pero que tendrán que dar el máximo para alzarse con la Supercopa de Europa. Una buena final veraniega.
* Juan Zubiría.
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal