"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
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El positivo de Rita Jeptoo ha sacudido las entrañas del atletismo keniano. La maratoniana fue pillada en un control fuera de competición unos días antes de la maratón de Chicago. De confirmarse el positivo –la atleta ha pedido que se analice la muestra B–, perdería el premio conseguido en esa maratón, que iría a manos de de Mare Dibaba, y perdería también la general de los World Marathon Majors (WMM), que pasaría a manos de Edna Kiplagat. La normativa de las grandes maratones habla de que un positivo antes, durante o después lleva a la eliminación de sus resultados y además conlleva que el atleta no vuelva a correr en este selecto grupo de maratones.
Las cantidades que tendrá que devolver, en caso de confirmarse, son elevadas. Lo que está por ver es que ella decida hacerlo. Posiblemente se acerque a los 100.000 euros lo ganado en Chicago, entre fijos, premios, bonus por marca, publicidad, etc.
Este positivo ha hecho saltar todas las alarmas, sobre todo por la importancia de la atleta. En estos momentos era la mejor maratoniana del mundo. Llevaba cuatro majors consecutivas (dos maratones Boston y dos maratones de Chicago). Antes de su maternidad también había sido vencedora en otra edición de Boston.
El incremento de positivos en Kenia está siendo importante. Entre 2010 y 2012 se produjeron dos, pero entre 2012-2013 fueron 17. Entre los más conocidos estuvieron Matthew Kisorio y Wilson Erupe Loyanae.
Para algunos es solo la punta de iceberg, y la actitud de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) parece ir en esta misma dirección. Dicho organismo internacional relanzó sus proyectos en Kenia para la creación de mecanismos para investigar casos de dopaje. Hubo reuniones en febrero y octubre. La propia AMA ya advirtió en 2012 que no había centros de análisis de EPO en Kenia. El atletismo keniano se defiende culpando a los mánagers y entrenadores extranjeros.
Una vez conocido el positivo, las miradas kenianas se han centrado en el entrenador de Jeptoo, Claudio Berardelli, y su mánager, Federico Rosa. Se trata de los dos máximos exponentes del grupo Rosa & Associatti, que está en el ojo del huracán. Fue fundado por Gabriele Rosa, padre de Federico Rosa, que empezó como médico deportivo en Brescia (Italia) en los años 80. En sus inicios trabajó con Gianni Poli, atleta que llegó a vencer en Nueva York a mediados de los 80 y fue subcampeón de Europa de maratón en Split (Croacia) en 1990. Su trabajo se trasladó a Kenia, donde fueron unos de los pioneros en crear un campo de entrenamiento y de reclutamiento de atletas en una época en la que no había casi ningún europeo trabajando allí. Sus éxitos llegaron muy pronto, con Paul Tergat y Moses Tanui. A ellos les siguió Sammy Wanjiru, que durante casi una década se convirtió en el gran referente mundial de la maratón. Wanjiru logró ser campeón olímpico en Pekín 2008 y también fue vencedor de las World Marathon Majors.
Inicialmente, el papel fundamental de la gestión del grupo era el de Gabriele Rosa, que acudía a todas las grandes maratones donde tenía atletas. Era tratado por los organizadores como si fuera una persona importante. Rosa, por cuestiones de edad, fue delegando en su hijo, que ejerce el papel de mánager, y para el papel de entrenador confió en un joven llamado Claudio Berardelli, que procedía del ciclismo y que inicialmente no tenía conocimientos atléticos, pero era doctor en Ciencia del Movimiento. Berardelli empezó a tener reconocimientos públicos, sobre todo después del doblete de sus atletas (Kibet y Kwambai) en Róterdam 2009. En ese momento tenía 27 años y el propio Renato Canova, una de los más experimentados técnicos de fondo, lo felicitaba públicamente en Let’s Run, uno de los foros atléticos más importantes del mundo. En ese momento también entrenaba a Martin Lel y Robert Cheruiyot, entre otros. En la actualidad también entrena a E. Sum y Jepkosgei. El grupo de Rosa lo componen unos 60-70 atletas, según reconocía en una entrevista reciente.
Federico Rosa lleva trabajando en Kenia desde 1996 y Berardelli lleva una década. Con Rita Jeptoo llevan dos años, los mejores de su carrera deportiva y en los que ha explotado como atleta. Pero el trabajo de del grupo está siendo muy criticado a raíz del positivo de Jetpoo. La prensa keniana lo ha culpado del positivo y han empezado a sacar los nombres de los atletas que también han dado positivo.
Entre los positivos de este grupo destaca el de Mathew Kisorio. El atleta no culpó a su mánager ni al médico del grupo, pero reconoció su error y dijo que un médico fue el que le suministró el dopaje. Rosa alega que inmediatamente lo expulsaron del grupo y que ya no trabaja con ellos. La prensa keniana señala otros tres positivos dentro del mismo grupo: Pamela Chepchumba (2003), Raymond Tanui (2009) y Ronald Ruto (2012). Federico Rosa solo reconoce, entre sus atletas, el positivo este verano de Amantle Montsho.
Jemina Sumgong, segunda en la pasada edición de la maratón de Nueva York, es otra de las atletas del grupo de Rosa que también dio positivo por un corticoide, pero no fue sancionada debido a que lo tomó para el tratamiento de una lesión.
Dos de los mejores atletas del grupo, Priscah Jeptoo y Stanley Biwott, tenían previsto correr en Nueva York, pero causaron baja justo unos días antes. La propia Sumgong también se lesionó en su preparación para Chicago por un problema en los isquiotibiales y no participó en dicha maratón.
Otros medios kenianos llegaron a comentar que el propio Berardelli llegó a ser sancionado por la Federación de Kenia (AK) por sus prácticas que y Rosa fue multado, pero que en la actualidad están operando con normalidad.
El problema de la prensa keniana es que tampoco es muy de fiar en sus aseveraciones, ya que tienen, en muchos casos, perfiles de tabloide, herencia del Imperio Británico. Los señalados por la prensa keniana se defienden. “Me siento estúpido. Siento que ya no soy capaz de hacer este trabajo. No sé todavía el verdadero impacto porque me siento como si algo pasara detrás de bastidores. Si la historia de Rita puede ser la clave para que descubra todo lo que hay sucio, por favor, haced pagar a Rita por ello”, declaraba Berardelli los días previos a la maratón de Nueva York. Rosa aseguraba que ella le había puesto como excusa una malaria que sufrió y por la que el médico le inyectó una supuesta medicina, pero que no fue el médico que tiene su empresa en Kenia. Fue un médico particular que Rita Jeptoo contrató para ese tratamiento. Rosa aseguró, por su parte, que ellos no tienen nada que ver en el caso, pero que creía tener una idea de quián estaba detrás.
Federico Rosa reconoce que hay dopaje en Kenia desde hace cinco, seis o siete años máximo, opinión que comparte con Renato Canova. También comenta que hay atletas que se dopan para carreras que hay en China con premios que llegan a los 30.000 euros y en las que no hay controles antidopaje. Lo que extraña es que lo reconozca ahora y no antes. Rosa comentó que hacía sus propios análisis a sus corredores (una vez al mes) buscando posibles anomalías.
Su compatriota Renato Canova, que trabaja con otro mánager (Gianni Demadonna), pone la mano en el fuego por sus compañeros y dice que no tienen nada que ver con el dopaje. Canova siempre fue un defensor a ultranza de la limpieza del atletismo keniano y no ha dudado en arremeter contra los periodistas de la ARD alemana que aseguraban, a través de un documental, que había dopaje en Kenia. La cinta señalaba a algunos atletas e indicaba que era muy fácil conseguir EPO en Nairobi, capital del país. La prensa española también se hizo eco del documental y hasta TVE emitió un pequeño reportaje.
Canova, que lleva viviendo y entrenando media vida en Kenia, considera que el uso de la EPO no tiene sentido en atletas que llevan viviendo y entrenando en altitud toda la vida. Defiende la actitud de todos los mánagers y entrenadores extranjeros y señala como posibles culpables a personas ajenas al atletismo (farmacéuticos, doctores y engañadores profesionales). En su opinión, el 95 % de los atletas kenianos está limpio. Esto supondría que el 5 % de los aproximadamente 5000 atletas kenianos está manchado con el dopaje. Esto arrojaría un número aproximado de 250 dopados. Cantidad que, de ser cierta, nos llevaría a un problema de extrema gravedad.
Canova se mostró muy impresionado con el positivo de Rita Jeptoo, a la que conoce desde muy joven, ya que entrenó con él y llegó a estar viviendo y entrenando en Italia. Después de entrenar con Canova pasó a entrenar con su marido hasta que definitivamente pasó a manos de Berardelli. Canova y Rosa apuntan, como posible solución, la creación de un laboratorio en Eldoret, ciudad situada al oeste del país. El propio Canova invita las WMM a invertir en este centro, que ayudaría a paliar la posible tentación de algún atleta.
Otros mánagers buscaron en Kenia un lugar ideal para sacar talentos y gestionar atletas. Ahora son muchos los mánagers de fuera que trabajan en Kenia y Etiopía. Las grandes agencias tienen distintas procedencias, pero en los últimos tiempos están destacando las neerlandesas, gracias fundamentalmente a tres empresas: Volare (que cuenta con Kipsang, G. Mutai y Kimetto), Global Sports (K. Bekele, E. Kipchoge, H. Gebrselassie) y One4One (E. Mutai, C. Kirpruto). Están gestionadas por Gerard van Veen, Jos Hermens y Michel Boeting, respectivamente. La mayoría ya ha tenido algún caso de dopaje. En otra partes del mundo, como en Europa, el papel del mánager no tiene mucha trascendencia mediática en caso de dopaje. No los señala ni la propia IAAF. Los perseguidos son los atletas que han dado positivo y sus médicos. Pero en Kenia la cosa cambia y son los mánagers a los que las autoridades acusan de dopar a los atletas del país. Ahora siembran la sombra de duda sobre todos lo que entran a formar parte de un supuesto sistema corrupto donde ni los atletas ni la AK tienen culpa.
Los mánagers son los que han movido los intereses y el negocio atlético en Kenia. Parte del éxito del atletismo keniano se debe a su trabajo. La creación de campos de entrenamiento, médicos, fisioterapeutas, captación de nuevos talentos, búsqueda de carreras, etc. son alguno de los ejemplos de su trabajo positivo.
En muchas ocasiones, la propia federación buscó el lucro a través de permisos especiales o la selección de atletas en función de los mánagers. Los poderosos siempre salían beneficiados en este tipo de decisiones, y ahora es la propia federación la que hace el ademán de querer ir contra los mánagers. Complicado de creer en un país donde todo tiene un precio y en un negocio, como es el atletismo, que reporta muchos beneficios a Kenia.
La AK y el gobierno keniano dicen que van a tomar cartas en el asunto por la extrema gravedad, pero es algo que llevan repitiendo un década. Las primeras acusaciones serias vinieron de la mano de Moses Kiptanui en 2003, y desde entonces nada a cambiado.
* Óscar Fernández Villar.
– Fotos: Getty Images – GQ Italia
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