El club alemán de Gelsenkirchen tiene un punto débil, su defensa. El equipo germano, en su liga doméstica, ha concedido veintitrés goles en trece partidos –situándose en quinta posición según esta estadística-, en Liga de Campeones con seis partidos disputados –dos de playoffs– lleva nueve goles en contra y, en DFB-Pokal, solo registra un tanto recibido en dos encuentros.
La defensa minera es considerada una de las más frágiles de Alemania e incluso de Europa. Empezando por la portería –tema a parte– y concluyendo con su pivote defensivo. Hace varias temporadas que se cuestiona esta fragilidad defensiva en la zaga Knappen, suplida en decenas de ocasiones por las grandes actuaciones de sus guardametas, ahora más que cuestionados.
La junta directiva del club y el cuerpo técnico este verano decidieron crear una norma novedosa, o al menos curiosa. Por cada gol encajado a balón parado, el equipo pagará a una asociación cuatro millones de euros. Si por el contrario anotan gol a balón parado serán premiados con la misma cantidad, destinándola a comprar material deportivo. “No todo es por el dinero, sino por la concentración. Queremos que los jugadores siempre estén activos, que se centren en las jugadas a balón parado. También es importante poner las mejores normas para no recibir goles así e intentar anotarlos nosotros” justificó el director deportivo, Horst Heldt. En los veintiún partidos oficiales jugados, han anotado seis goles y han recibido ocho a balón parado. La temporada pasada el equipo recibió y anotó doce goles.
Pero la defensa del FC Schalke 04 no solo sufre de esta forma. Con cinco centrales –Matip, Höwedes, Santana, Papadopoulos y Ayhan- y cinco laterales –Fuchs, Uchida, Hoogland, Aogo y Kolasinac-, las carencias en el repliegue son abundantes. La pareja de centrales ideal y de la que no se ha podido disfrutar desde el 29 de noviembre de 2012 es la formada por Höwedes y Papadopoulos –lesionado de la rodilla–. El griego Papadopoulos aún no ha podido disputar un minuto en este año, y eso, el equipo lo nota muchísimo pese a su juventud. Es un jugador rápido, con reflejos, corpulento, con potencia, domina el juego aéreo y, además, controla a la perfección los espacios. Una baja de ese calibre provoca gran flaqueza en defensa. Algo que se incrementa cuando sus laterales son demasiado ofensivos y descuidan mantener la línea ordenada atrás, mayormente Uchida y Fuchs.
En definitiva, la defensa del Schalke 04 esmuy desordenada y concede demasiados espacios a los rivales. En segundo lugar, se caracteriza por carecer de una rigurosidad táctica que permita a sus laterales mostrarse en el ataque. Exceptuando a Höwedes y Papadopoulos, los demás centrales escasean de rapidez en el repliegue y pierden con facilidad sus marcas, lo que ocasiona los grandes espacios a sus rivales.
* María Candelario.
– Foto: AP
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