Inglaterra es el primer país organizador que cae eliminado en la fase de grupos de su Mundial. Y hay un nombre propio al que todos señalan.
El fracaso -no hay otra forma de definirlo- de Inglaterra es el fracaso de Stuart Lancaster. La lista de 31 jugadores para el Mundial levantaba muchas sospechas y solo han sido necesarios tres partidos para confirmarlas. Ganaron a Fiyi en la primera jornada sin brillantez ni juego y perdieron los partidos contra Gales y Australia; de forma absurda el primero y de forma clara el segundo.
Inglaterra ha transmitido la sensación de ser inferior a Australia en todo momento; las fortalezas que se le suponían no han aparecido en ningún instante del partido y han estado a merced de un equipo trabajado desde la lógica; esa es la mayor diferencia entre los conjuntos de Stuart Lancaster y Michael Cheika en este momento.
Dijo el australiano en la previa del partido que “Hooper y Pocock siguen jugando juntos por el rendimiento que han dado al equipo“. No había nada que inventar, el axioma estaba muy claro: lo que funciona no se toca; aquello que no está roto no es necesario arreglarlo.
Michael Cheika llegó al banquillo australiano siendo entrenador de los Waratahs (a los que hizo campeones del Super Rugby 2014). El equipo australiano que se encontró era un erial tras el paso de Robbie Deans; no había plan de juego, muchos de los jugadores estaban enfrentados entre sí, las indisciplinas eran constantes (Kurtley Beale, James O’Connor, Quade Cooper, Adam Ashley-Cooper…) y nada parecía tener solución.
Cheika utilizó como base a los jugadores de su franquicia y los completó -basicamente- con los jugadores más importantes de Brumbies y lo aprovechable que tenían los Reds y los Rebels. A partir de ahí se construyó el equipo que ganó la versión reducida del Rugby Championship 2015 y que ha dejado a Inglaterra fuera de su Mundial.
Al contrario que Cheika, Stuart Lancaster ha optado por ignorar la realidad del rugby inglés actual. Saracens y Tigers han seguido siendo la base de su ideario rugbístico, equipos lentos y previsibles basados en el pesado juego de su delantera… ¿Les suena de algo?
Ha ignorado el equilibrio de los Saints, el juego expansivo de Bath, Wasps, Chiefs, Sale Sharks, Gloucester… Equipos -todos ellos- que han cambiado el ritmo y la cara a una Aviva Premiership que en la temporada 2015 ha tenido una media de más de 5 ensayos por partido.
Se han quedado fuera jugadores como Kvesic, Simpson, Wade, Daly, Cipriani, Clark (por poner algunos ejemplos). Jugadores cuyo nivel y rendimiento está de sobra demostrado en sus clubes, pero que no son del gusto del -hasta ahora- seleccionador inglés.
Inglaterra tiene jugadores de nivel suficiente como para tener un plan B o un plan C de juego y Stuart Lancaster se lo ha negado.
Ahora solo resta por ver cómo asume Inglaterra su tragedia y la derrota definitiva de la Casa de Lancaster.
* Javier Señaris es analista de rugby.
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– Foto: Stefan Wermuth (Reuters)
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