Es el blanco de todas las críticas, y lo será hasta que encadene una buena racha goleadora, lo que ahora mismo no parece fácil. Alexis Sánchez es hoy un jugador que desentona en el juego combinativo del F. C. Barcelona. No sólo no suele mejorar la jugada cuando pasa por sus pies, sino lo contrario; rara vez intenta el desequilibrio individual, y las pocas veces que lo hace no tiene éxito; no solo no ve al compañero mejor colocado, sino que normalmente únicamente ve a Messi. Todas estas críticas son ciertas, más allá de que seguramente estén causadas por un complejo proceso de adaptación que aún no ha llegado a su fin. Cabe recordar que, hace solo tres meses, equiparábamos su situación a la de Cesc, y ya sabemos cómo ha evolucionado el centrocampista.
Sin embargo, al fútbol no sólo se juega con el balón. En lo que nos concierne, no solo se ataca con el balón. Del mismo modo que jugadores como Keita o Khedira, pese a su déficit técnico respecto a sus compañeros, son capaces de mejorar enormemente la fluidez de la circulación del balón sin tocarlo, Alexis Sánchez es capaz de dar la asistencia sin tocar el balón; de generar el pasillo por el que el poseedor del esférico (generalmente Messi) terminará colándose para culminar la jugada; de sostener a los centrales para que no acosen al tenedor en zonas altas y este pueda ejecutar el pase o disparo definitivo; de conseguir que Pepe y Sergio Ramos, sin lugar a dudas la pareja de centrales que mejor defiende lejos del área en el mundo, se acerquen a la misma; de ser la escoba que barre en la dirección más propicia a cualesquiera defensas que se le enfrenten.
Contra el Betis, en un partido en el que cabe recordar que volvía de una lesión (probablemente la reiteración de las mismas sea una de las causas principales de lo compleja que está resultando su adaptación), elevó dichos defectos y virtudes a su máxima expresión. Porque no solo mostró sus carencias, ni mucho menos. ¿O acaso su enorme desacierto con el balón sería suficiente para desquiciar a su marcador hasta el punto de zancadillearle sin balón de por medio jugándose la expulsión? Desde luego, no fue este el caso de Chica. Y es que Alexis Sánchez tuvo gran parte de la culpa de los dos goles con que Messi batió su enésimo récord estratosférico. Veamos gráficamente cómo en el primer gol se lleva literalmente a Chica, hace dudar a Amaya y le regala a Messi el espacio por el que definir y cómo en el segundo permite el avance por la izquierda dejando libre de defensores ese costado, además de sostenerlos posteriormente en el opuesto:
Así de descomunal es la aportación de Alexis sin balón. A ello se suelen hacer objeciones como «para un jugador que sólo valga para hacer eso no merece la pena pagar tanto dinero, habrá otros más baratos» o «prácticamente cualquier jugador es capaz de hacer esos movimientos». La segunda afirmación se cae por su propio peso, pues, dentro del propio Barça, un jugador de primer nivel mundial como Villa ni siquiera se le acerca en este apartado. En cuanto a la primera es más compleja. Sin embargo, en la liga probablemente sólo los 2 más grandes sean capaces de dar esos quebraderos de cabeza con sus movimientos sin balón. Y es que no es solo moverse en la dirección correcta, sino poseer la capacidad de hacerlo a toda velocidad, de cambiar de sentido en mitad de la carrera, de hacerlo de modo constante. Todo eso ofrece Alexis Sánchez, el Niño Escoba, un jugador que ofrece unos recursos únicos enormemente útiles y prácticamente imprescindibles contra el Real Madrid. Más allá de su exhibición hace un año, en el último disputado su equipo mejoró notablemente con su entrada. Sin lugar a dudas, Arbeloa, Pepe y Ramos preferirán que no dispute la próxima edición.
Claro está que con ello no basta para ser titular indiscutible en un equipo como el Barça. Probablemente, ni siquiera para ser el jugador número 12 ó 13. Pero sí para ser imprescindible pese a estar enormemente desacertado con el balón. Y es que el Barça necesita al Niño Escoba, y si además volviera a acercarse al nivel del Niño Maravilla estaríamos hablando de un jugador capaz de dar un salto de calidad notable a un equipo sobresaliente. Para conseguirlo necesitará recuperar la autoestima, para lo que seguramente bastaría con que el grueso de medios y aficionados dieran el valor que tiene a su actual aportación.
* Rafael León Alemany.
– Fotos: Reuters – Capturas de la retransmisión de beIN Sport
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