Dos partidos en tierras chinas y dos victorias, un inicio inmejorable como seleccionador español para Jorge Vilda, que se ha estrenado con dos partidos muy completos ante las cuartofinalistas mundiales, la selección china. Además, las sensaciones han sido muy positivas, con un juego combinativo y rápido. Tras la tormenta desatada en verano, ha llegado la calma y Vilda se ha estrenado con una carta de presentación inmejorable: mucho control de balón, velocidad en fase ofensiva y resultados excelentes.
Es la brújula que guía a la selección. Junto a Silvia Meseguer, su compañera en el centro del campo, Vicky Losada tiene un papel omnipresente. Ella es quien acelera o baja el ritmo cuando más conviene; quien guarda el balón; quien siempre busca la mejor solución; quien ordena todas las piezas; y quien desordena al rival. En el segundo partido, en el que no fue titular, a España le costó sacar el balón y encontrar la tranquilidad para la circulación. Cuando salió, todo cambió. La presión china no surtía el efecto porque Vicky Losada guardaba el balón, lo protegía y superaba rápidamente y con facilidad las primeras líneas de presión. En el recuerdo queda el incidente con Quereda tras la eliminación mundialista ante Corea del Sur. Losada tiene muy claro la receta de Jorge Vilda: «Hay que pensar en el presente y futuro y no caer en errores del pasado».
La mediapunta colchonera fue convocada tanto para la Eurocopa de Suecia y el Mundial de Canadá, pero no jugó ni un solo minuto. En estos dos amistosos, no solo ha disputado muchos, sino que ha marcado dos goles como más le gusta: apareciendo libre de marca en el área. Jugando por dentro, entre líneas, buscando siempre la espalda de las mediocentros chinas, Amanda tuvo un protagonismo fundamental y se reivindica como una jugadora importante para Jorge Vilda. Peleará por tener mayor responsabilidad en la selección y aprovechar los minutos que le otorgue el nuevo seleccionador.
De los cinco goles de España, dos han sido a balón parado, un aspecto del juego que Jorge Vilda quiere explotar y potenciar al máximo. Primero, porque España cuenta con buenas lanzadoras. Y segundo, por la rentabilidad que puede dar este tipo de acciones a la hora de decidir un partido. En el primer partido, un gran córner de Marta Corredera lo ganó Ruth en el corazón del área. Y en el segundo choque, el minuto de descuento de la primera parte sirvió para que una falta lateral botada por Alexia Putellas lo ganase Irene Paredes al segundo palo y la segunda jugada acabase en las botas de Amanda Sampedro, que empató. El balón parado es una situación del juego que muchas veces decide partidos y que en momentos clave, como el del segundo partido ante China, puede servir para igualar el partido en la última jugada del primer tiempo.
Una de las situaciones del juego que España debe mejorar y corregir. La pérdida de balón y la transición ataque-defensa es donde más castigó China a la selección. En el segundo partido, España sufrió mucho en este aspecto porque le costó hacerse con el control de balón y la defensa se quedó muy expuesta, teniendo que defender muchos metros a su espalda corriendo hacia atrás. España no se ordenaba con el balón, lo perdía con facilidad y las chinas castigaron al contragolpe a la espalda de Irene Paredes e Ivana Andrés. En el primer partido, España corrigió bien esta situación del juego. La presencia de Vicky Losada hizo que la selección tuviera mucho más control del juego y Ruth y Silvia Meseguer se anticiparon en varias ocasiones y evitaron el pase largo que buscaban las chinas.
La transición ataque-defensa siempre es un aspecto por mejorar porque un mal pase cuando el equipo está desplegado en la fase ofensiva es difícil de defender ante una salida rápida del equipo rival. A pesar de eso, España ha mejorado en anteriores partidos, y con más control de balón y mejor ataque posicional corregirá mejor el balance defensivo tras la pérdida.
* Fran Moreno es periodista.
– Foto: RFEF
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