1.- Hay partidos que por juego, resultado, desarrollo o alguna circunstancia extraordinaria valen más que tres puntos. Este, desde luego, no ha sido un escándalo de sensaciones del Barça, pero sí ha tenido dos nombres cuya especial lucidez sobresale y la necesita el equipo de Luis Enrique por distintos motivos. El fútbol fue notable, pero Sergi Roberto y Neymar Jr destaparon su particular felicidad para exponerla al paladar de todos. Ya se sabe que la felicidad compartida no suma, sino multiplica.
2.- El caso del brasileño es particularmente importante. La baja de Messi le ha dado alas, pese a que su rendimiento cuando está el argentino es notable. El Barça necesita a Neymar disfrazado de Messi, pesando por dentro, batiendo líneas, siendo el mejor. Contra el Getafe quiso serlo desde el carril del diez, pero había demasiada peña allí. La convenía el exterior, agitar, que pasaran cosas. Inventó y llegó el primero; se desmarcó y llegó el segundo. Luego centelleó, inventó, se dedicó a ser feliz, la forma en que Neymar coge confianza y se siente superior al rival de una forma hasta humillante.
3.- El caso de Sergi Roberto se apellida confianza, madurez, recesión de expectativas. Luego uno ya puede rendir (¡incluso de lateral!). En el partido fue decisivo: dos goles del Barça, dos asistencias. Pero su caso va más allá, ahora es jugador número doce de verdad, es decir, un suplente que juega tanto o más que los titulares, un tipo que ya no promete, sino que es. Ahora no parece bueno, sino que es bueno, aunque tenga techo y no pueda alcanzar a Iniesta.
4.- Me permitiré un ventajismo que posee hacer un análisis a posteriori y no a priori. Había un indicativo que hacía presagiar que el Getafe tendría terriblemente difícil marcar (por ende, ganar): sus jugadores ofensivos, a excepción de Víctor Rodríguez, eran lentos. Es decir, un equipo que va a pasar gran parte del partido en repliegue bajo necesita de jugadores veloces o de gran ejecución técnica para llegar al área contraria. El Getafe tenía en Pedro León, Stefan, Sarabia o incluso Juan Rodríguez buenos jugadores a nivel técnico, pero insuficientemente rápidos para amenazar el balance defensivo del Barcelona. Ese fue el defecto fundamental del Getafe en la primera parte, lo que aguantó vivo: no poder salir (solo una vez, aunque clara) para amenazar al Barça, para asustar, esa forma tan práctica de atar a los rivales que tienen más espacio por recorrer para llegar al ataque.
5.- Con esto, Alves y Jordi Alba bastante sueltos y Rakitic y Sergi Roberto observando que se podían soltar (Busquets estaba imperial) y el Getafe no amenazaba dio con el primer gol, que fue el retrato de lo que es un equipo grande en cuanto a su diferencia individual. Un fallo del Getafe enfrenta en la banda a Neymar, cambia el ritmo y en un paso saca tres a Vergini (de repente dio esa sensación tan de highlight de quedarse clavado); este lanza un balón medido a media altura a Sergi Roberto, cuyo talón dibuja con la espuela un pase al espacio a Luis Suárez, que aparece, amaga a la derecha con su cadera brasileña y lanza a la izquierda de Guaita. Los tres coronan un gol consecuencia del plan del Getafe y la élite técnica que es el Barça en el arte de tocar.
6.- Hasta que hubo partido (0-2), las únicas transiciones del Getafe tuvieron nombres y apellidos: Pablo Sarabia. Él era la pieza suelta del esquema (un 4-2-3-1 vestido de 4-4-2 en fase defensiva), el encargado de atacar la espalda de Alves para sacar de zona a Piqué y buscar que pasaran cosas. Sin mucha eficacia, pero con cierto lucimiento personal. Dio pausa para esperar a sus compañeros, pero falló en la aceleración de la jugada. La única vez que encontró a Víctor, el plan previsto, este dio con Stefan solo en el punto de penalti. El movimiento, básico contra grandes que fijan a los laterales para abrir el campo, no dio más resultado.
y 7.- A partir del 0-2, la suficiencia del Barça puesta en contraste con un Getafe cabizbajo le dio al Barça la posibilidad de encender el modo masaje. No se puede decir que el equipo de Escribá no quisiera, pero desde luego que no se lo creyó. No sabremos si podría porque no lo intentó, pero cada salida alegre del Getafe daba con el efecto contrario: ocasión en el área propia. Junto a Neymar y Sergi Roberto, poder pasar treinta minutos de placer en una competición como la liga fue la otra gran noticia del día para el Barça. A la Champions.
* Fran Alameda es periodista.
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