Leyendo el artículo de Martí Perarnau titulado El Inter de Madrid, en el que hace referencia a un joven club madrileño llamado Internacional, recordé que en su día existió un club barcelonés con este mismo nombre y que en su corta y fecunda historia (1902-1922) fue vivero y rival del FC Barcelona. Conocidos popularmente como Els Estel.lats por la estrella que lucían en su escudo, este conjunto verdiblanco hizo sus pinitos futbolísticos en un antiguo estadio situado delante de la popular Escuela Industrial de Barcelona, en el cruce de las calles Provença, Urgell y Rosselló. Por aquel tiempo competían en la Copa Macaya, el torneo más prestigioso a nivel catalán, que recibía su nombre de Alfons Macaya, mecenas del evento y a la sazón presidente del Hispania.
La gran figura del equipo en este período fue Paco Bru, un mediocentro que aglutinaba el juego del equipo y que marcaría época reconvertido a defensa en el Fútbol Club Barcelona. Con el paso del tiempo fue entrenador del Real Madrid y de la furia española en los Juegos Olímpicos de 1920, en los que Sabino, Belauste y compañía lograron la medalla de plata. Otro gran jugador de este Inter fue Ricard Peris, un atleta y wing izquierdo, enjuto y dinámico, que llegó a ser capitán del FC Barcelona cuando su hermano, el controvertido general Joaquín Peris de Vargas, se hizo con la presidencia azulgrana.
Tras una época de éxitos en la que el Inter barcelonés llegó a ser segundo en el Campeonato de Catalunya en dos ocasiones, el club cesó en su actividad por primera vez en 1906. Abandonaría cualquier competición hasta 1910, en que con energías renovadas reinició el camino en la Segunda Categoría del Campeonato de Catalunya. En este período se trasladó al barrio de Sants, para jugar en un coqueto estadio de la calle Galileo. El equipo se reinventó, sacando partido de los mejores sportmen del populoso barrio y, en apenas dos años, estaba luchando de nuevo en la Primera Categoría. Fue una época brillante en la que destacaron Vicenç Tonijuan, otro atleta metido a futbolista, y Domènec Carulla, un medio ala izquierdo que llegaría a formar un mítico centro del campo en el Barça junto a Torralba y Sancho.
Pero si por algo ha trascendido la historia de este club en la memoria de los aficionados catalanes es porque fue el club en el que se formó el gran Pepe Samitier. Con apenas 14 años, el imberbe y sonriente Samitier, dejaba huella de su clase en todos los estadios por su portentosa técnica y por sus inefables cabriolas por las que se le conoció como l’home llagosta. Tras varias exhibiciones ante el FC Barcelona, el equipo azulgrana decidió incorporarlo a sus filas. El montante de la operación: un reloj con esfera luminosa y un traje con chaleco, ridículo en este tiempo, resultó ser un potosí para el joven talento que no dudo en firmar contrato. Puede que ese haya sido el fichaje más barato de la historia del club ya que el Mago se convirtió en un referente del barcelonismo como jugador, entrenador y secretario técnico, algo así como el Pep Guardiola de su tiempo.
El Internacional de Barcelona apagó sus luces definitivamente en 1922 para alumbrar un nuevo club, el Centre d’Sports de Sants, tras una fusión con la Unió Esportiva de Sants y con los clubes ciclistas Velo Sport y Club Ciclisme de Sants. Sin embargo, las tres rayas horizontales verdes que todavía luce hoy día el uniforme del club son el vestigio de una gran historia que crearon unos amigos en torno a un balón, la historia del Internacional de Barcelona.
* Ángel Iturriaga Barco es Doctor en Historia y miembro del GIHNT (Grupo de Investigación de Historia de Nuestro Tiempo). Autor de ‘Diccionario de Jugadores del FC Barcelona’ y ‘Diccionario de Técnicos y Directivos del FC Barcelona’. En Twitter: @anituarco
– Fotos: Archivo FC Barcelona – Web Barcelofília
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