Jean-Michel Aulas llegó al Olympique Lyonnais en 1987. Cuando aterrizó en el departamento de Ródano, el Olympique aún no había ganado ninguna liga. Su objetivo era intentar establecer al club entre los mejores de Francia y, pese a que al principio le costó armar un proyecto solvente –primero tuvo que pagar todas las deudas que arrastraba la entidad desde hacía varias temporadas y, después, mejorar las instalaciones para que la cantera tuviese un peso importante–, al final llegaron los resultados.
Durante un periodo de siete años, el Olympique Lyonnais instauró una hegemonía inédita en la historia del fútbol francés. Consiguió siete ligas consecutivas, algo que ni el propio Saint-Étienne de los 70 había podido lograr (sumó seis). Jugadores de la talla de Essien, Diarra, Malouda, Abidal, Juninho Pernambucano, Sonny Anderson, Govou, Fred, Wiltord o Karim Benzema fueron los pilares del dominio de un equipo que apostó plenamente en sus jugadores jóvenes. Aulas lo había conseguido, había armado un equipo demoledor en el fútbol francés y cada vez era más fuerte la presencia del Lyon entre los mejores equipos de Europa. Le faltó ganar la Champions League, un torneo en el que se enfrentó durante cuatro temporadas al Real Madrid. En las dos primeras, el OL demolió a los blancos, sobre todo en Gerland, donde el equipo madridista sólo ganó una de las cinco veces que jugó allí.
Pero toda hegemonía tiene un final. Alain Perrin logró un doblete histórico en el 2008. Ganó la Ligue 1 y la Coupe de France por primera vez en la historia del club y, sorprendentemente, al año siguiente fue despedido. Llegó Claude Puel, una leyenda del AS Monaco y también un entrenador muy importante para la historia del Lille en este siglo, donde estuvo de 2002 a 2008. Pero en su primer año, el 2008, no pudo lograr el octavo título consecutivo del club. El Burdeos de Blanc, liderado por un jovencísimo Yohann Gourcuff, le arrebató al Olympique Lyonnais la Ligue 1. Era el inicio de un final que prosiguió con las ventas de Benzema al Real Madrid y de Juninho Pernambucano al fútbol catarí. Llegaron Lisandro López y Gourcuff por casi 50 millones de euros para recuperar el trono, además de Gomis para formar un ataque de ensueño. Pero lo cierto es que el equipo comenzó a acumular deudas económicas, además de no tener grandes éxitos.
En cuanto a resultados, el OL no ha vuelto a ganar la Ligue 1. En 2009 llegó a semifinales de Champions tras volver a eliminar al Real Madrid de Manuel Pellegrini en los octavos de final. Pjanic, un desconocido que había llegado procedente del Metz, se erigió como la principal estrella de aquel equipo –a final de temporada fue traspasado a la Roma–. El Olympique de Marseille ganó la Ligue 1 y Claude Puel fue despedido.
Para sustituir a Puel, Aulas fichó a un entrenador acorde con la situación delicada que atravesaba el Lyon en aquella temporada: Rémi Garde. Bajas sensibles como la de Toulalan, vendido al Málaga, Lloris, al Tottenham, o la retirada provisional de Cris, un jugador que había sido clave en las siete ligas del club, volvieron a dejar al OL con numerosos problemas. Lo bueno de Garde fue su apuesta por los jóvenes. Jugadores como Ghezzal, Lacazette, Pied, Gonalons, Grenier o el central Umtiti fueron adquiriendo protagonismo a medida que avanzaba la temporada. Le salió bien el experimento y, pese a que no se clasificó para la Champions League tras 13 años consecutivos lográndolo, llegó a dos finales coperas. Perdió la de la liga ante el OM, pero ganó la de Francia ante el modesto Quèvilly, poniendo fin a una sequía de cuatro temporadas sin conquistar un título. El Lyon renovó a Garde por dos temporadas más.
En su segunda temporada, Garde hizo debutar a siete canteranos, en los que destacaron por encima de todos los jóvenes Grenier y Umtiti que citamos antes. El primero tiró del carro en los partidos más complicados de la temporada y selló la clasificación para la previa de la Champions League; el segundo demostró ser un central maduro pese a tener 19 años, dejando en el banquillo a un Lovren que había sido el mejor central durante las dos últimas temporadas.
Para la temporada 2013/2014, el Olympique Lyonnais ha vuelto a depositar su confianza en los jóvenes. Grenier ya es la estrella absoluta del equipo y está apoyado por jugadores como Benzia, un delantero habilidoso que tiene características similares a Benzema, Ferri, un extremo derecho con una técnica privilegiada, o Sarr, un central que es líder en la Sub-19 de Francia y que posee capacidades de sobra para triunfar junto a Umtiti, con el que ya formó una gran pareja en el filial.
En el apartado de bajas, el OL ha perdido a cuatro jugadores importantes. Lisandro López abandonó Lyon por motivos personales y se embarcó en el multimillonario fútbol de Catar. Ha sido el líder absoluto del equipo junto a Grénier en las últimas temporadas, y su baja ha supuesto un jarro de agua fría para el club ya que, en principio, se preparó la pretemporada para jugar con Lisandro. El segundo en salir ha sido Dejan Lovren, clave durante los últimos años también, pero que fue condenado por Garde tras varios partidos en los que tuvo varios fallos importantes. El tercero ha sido Réveillère, la leyenda en la banda derecha, que había estado presente como titular indiscutible en cuatro de las siete ligas. Y el último, Martial, la mayor promesa del Lyon, que se marchó al Monaco por 5 millones. La venta de Martial es la más importante; había progresado notablemente en el último año y, seguramente, iba a tener mucho más protagonismo en Lyon que en el Principado, donde apenas disputará minutos esta temporada. Su carrera se ha frenado considerablemente.
Y, puestos a analizar, este OL queda así:
El puesto de mediapunta es para Grenier. El canterano, que había estado eclipsado por el fichaje de Gourcuff, comenzó a dar exhibiciones cuando éste último dio síntomas de flaqueza debido a su interminencia –aunque en 4-2-3-1 se ha desplazado a la izquierda para dar cabida a Gourcuff en el esquema–. Grenier sigue siendo el líder a día de hoy y ha renovado hasta 2016 rechazando al Arsenal, aunque todo indica a que esta será su última temporada en Lyon. Los expertos le han comparado con Juninho. Gourcuff suele ser el complemento a Grenier; fue el hombre que rompió la hegemonía del OL con el Girondins, pero cuando llegó a Lyon todo su talento desapareció. Interminente, irregular, ha dado síntomas de querer volver, pero cuando todo indica a que será su año, algo ocurre, ya sea en forma de lesión o en forma de decaimiento. Aun así, ha formado un gran dúo junto a Grenier, complementándose mucho mediante permutas en la mediapunta. El veterano Gaël Danic llegó en verano procedente del Valenciennes y, siendo un perfil más vertical que Gourcuff y Grenier, puede desempeñarse en la banda y como mediapunta, realizando las permutas que tanto protagonizan Grénier y Gourcuff en la zona de tres cuartos.
En la banda, Alexandre Lacazette es inamovible. Atrae a muchos defensas y tiene un ratio de velocidad/acción altísimo. Tal ha sido su progresión que ya ha debutado con la selección francesa, por lo que es una de las perlas del OL. Para complementar a Lacazette, dos canteranos más: Jordan Ferri –técnico pero menos vertical que Alexandre– y Ghezzal –jugador de banda izquierda que suele armar la clásica diagonal dentro-fuera, más vertical que Ferri pero menos físico–. El joven Alessane Pléa también podría tener protagonismo. Muchas variantes y muchas opciones en las bandas para el Olympique Lyonnais.
* Andrés Onrubia.
– Fotos: MAXPPP – Stéphane Guiochon (Le Progrès) – AFP
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