1.- El Villarreal afrontaba el encuentro con bajas, concentradas en el eje central de la defensa y el mediocampo. Sin la conocida ausencia de Bruno, con Pina en la grada por sanción y la de última hora de Víctor Ruiz, el juego aéreo y las jugadas de estrategia pasaban a ser elementos que podían decantar el partido a favor del Sevilla. Para contrarrestar ese déficit, en la previa, Marcelino García Toral abogaba por jugar por abajo. Unay Emery, sabedor de su potencial en esta faceta, jugó sus cartas y su plan tuvo éxito.
2.- Habían transcurrido solo 13 segundos desde inicio del partido y una jugada que se repitió en infinidad de veces a lo largo del encuentro propició el gol más rápido en la historia de la Europa League y el primer croche del conjunto sevillista. Desplazamiento en largo de Carriço hacia Iborra, que peinó el balón anticipándose a Musacchio para que Gameiro, con más fe que el resto de zagueros amarillos, filtrara un preciso pase a Vitolo y el canario, ganando la espalda a Bailly, superara a Asenjo sin que el palentino pudiera hacer nada.
3.- Pese a ese duro golpe, tan solo un minuto después, en la portería sevillista, el larguero escupió un lanzamiento de Vietto tras recibir un pase de Uche desde la derecha, originado por un magnífico desmarque del nigeriano. El acierto en el fútbol cuenta mucho, especialmente en las eliminatorias y en partidos donde cada detalle penaliza o premia.
4.- Emery tenía claro que a partir de un planteamiento donde era vital cerrar los pasillos interiores y buscar al hombre boya, obtener ventaja en cada segunda jugada podía crear un caos en la defensa del Villarreal. Su equipo, tras el gol, interiorizó y plasmó ese plan a la perfección. Bien plantado con un 4-4-2 en defensa y desplegándose en ataque en un 4-2-3-1, el Sevilla atacó poco, pero cada llegada fue mortal: tres goles y un tiro al larguero.
5.- Marcelino, ante un panorama de inferioridad física y con la idea expresada en la previa de jugar por bajo, no varió su 4-4-2, con un once en el que Bailly suplió a Víctor Ruiz y Dorado, este último también algo renqueante, mientras que Jonathan dos Santos y Trigueros formaron un dúo inédito de inicio esta temporada en la sala de máquinas del Submarino Amarillo. Moi Gómez y Cheryshev ocuparon los extremos, alternando el juego por dentro y la amplitud por fuera, con Vietto y Uche en ataque.
6.- Tras ese inicio efervescente, el control del balón fue amarillo, pero el Sevilla pasó a dominar el encuentro: repliegue, dejando combinar a los de Marcelino hasta la zona de tres cuartos cuartos, muchos apoyos de Vitolo y Aleix Vidal a los laterales para impedir la superioridad por fuera e Iborra como el futbolista que ha repartido juego desde su posición de boya, tanto para prolongar balones a un Gameiro muy bullicioso y móvil como asentando a su equipo en campo rival cuando lo requería o era factible.
7.- Si además cuentas con jugadores como Mbia, que parece que tengan mil piernas y lee dónde situarse para apoyar en todas las coberturas, la defensa sevillista parecía un muro más gigantesco de lo que realmente era. Además, el camerunés tiene tanta confianza en su potencia que, cuando asoma para atacar, lo hace como el mejor de los delanteros. En una jugada donde, tras una posible falta a Jaume Costa acompañado de un fuera de juego muy al límite, se ha permitido el lujo de anotar el 0-2. Dos llegadas y dos goles, un pleno de aciertos al alcance de pocos.
8.- La sociedad formada por Cheryshev y Vietto que tantos réditos ha dado al Submarino Amarillo esta temporada, conectó menos de lo habitual. Sin embargo, cada vez que uno de ellos rondaba el área rival, el peligro era evidente. ¿Su debe? La toma de decisiones y la ejecución. El ruso, en una jugada franca para marcar, ha dado un pase atrás un tanto incomprensible que, cómo no, Mbia alejó del área sevillista. Justo antes del descanso, el argentino remató mal tras un excelente pase filtrado por Trigueros.
9.- A todo esto, en la tercera y última llegada de los de Emery en la primera parte, Aleix Vidal estrelló un lanzamiento en la cruceta, tras una transición en la que los sevillistas desnudaron todo el entramado defensivo amarillo que, por momentos, parecía más propio el del titubeante inicio de temporada que el de al actual momento del año.
10.- Campbell sustityó a un desquiciado Moi Gómez, apagado y con una tarjeta amarilla de premio. El costarricense, excepto un remate acrobático que despejó Sergio Rico, no mejoró las prestaciones del futbolista de Rojales ni el juego amarillo en ataque: permitió más subidas de Mario Gaspar, pero sus diagonales generaron menos profundidad de la deseada.
11.- En otro inicio fulgurante, como había sucedido en la primera parte, esta vez el Villarreal fue el que golpeó primero. Tras un aviso de Vietto en un saque de esquina que despejó el guardameta sevillista, el otro gran protagonista de los nervionenses, el propio delantero argentino, que había estado en todas las jugadas de verdadero peligro amarillo, marcó. Un gol con suspense, pues tras tres minutos de consultas, el colegiado concedió.
12.- No obstante, cuando parecía que esta situación podía significar un punto de inflexión, el Sevilla permitió el disfrute local y que la fe en una posible remontada cristalizara. De nuevo en una acción a balón parado, Iborra prolongó al punto de penalti y Gameiro puso el 1-3 en el marcador. En este tipo de jugadas el Villarreal pagó caro no estar atento al segundo balón, concentrados de manera errónea en evitar la recepción del primero.
13.- Quedaban minutos para intentar recortar la diferencia para la vuelta. Sin embargo, la fe menguaba, las fuerzas de algunos jugadores también, lógico en casos como Cheryshev o Jonathan dos Santos, que tras un año sin jugar acumulan más minutos en esta campaña que los últimos ejercicios. Además, en el remate, el Submarino Amarillo se mostraba muy errático. Y cuando no era sí así, Rico evitaba que los amarillos soñaran con un mejor resultado para dentro de siete días. Como muestra, la jugada final ante Gerard Moreno, donde por dos veces abortó los intentos del catalán.
y 14.- Si en la previa se presumía que la eliminatoria se decidiría en el Ramón Sánchez Pizjuán dada la igualdad aparente de los dos equipos y sus estados de forma actuales, entre Iborra y Rico han cambiado ese pronóstico. Ahora bien, como el fútbol es tan mágico e impredecible, tal vez una eliminatoria bien encauzada para los de Emery no esté definitivamente cerrada. Ejemplos a lo largo de la historia hay muchos. Eso sí, el Villarreal deberá ofrecer una mejor versión colectiva, que en el fondo es lo que le ha llevado a completar una magnífica temporada y plantarse en octavos de final de la Europa League. El Sevilla arontará la vuelta como si tuviera que remontarla, pues ya se sabe que la confianza mató al gato.
* Pablo Beltran es periodista.
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