El Granada C. F. ha comenzado la temporada 2013/14 con buen pie y mejor resultado. Ganar a Osasuna (1-2) en El Sadar no sólo significa sumar tres puntos en el arranque. Es una victoria sobre un teórico rival directo por la permanencia, fuera de casa, y con muchas incógnitas todavía en la confección del equipo. Llevaba cuatro décadas el club rojiblanco sin vencer en el inicio liguero en Primera División. La última vez fue en aquella gloriosa temporada 1973/74 en la que paseó su fama de matagigantes y se aupó a la sexta plaza a final de curso, su mejor posición en la élite del fútbol español.
Por eso, los tres puntos cosechados en Pamplona tienen muchas más lecturas. Por un lado, Lucas Alcaraz puede presumir de haber encontrado su sistema y estar haciendo que funcione. Dos goles marcó su equipo a los navarros, una cifra que sólo alcanzó o superó en diez de los 38 partidos de la liga pasada. Y ahí residía el principal problema de los granadinos: la falta de gol. Riki cumplió ciclo de sanción por acumulación de amarillas, con lo que el ataque lo ocupó El-Arabi. El delantero marroquí firmó el primero de los dos tantos; ya venía ensayando en pretemporada, en la que ha sido el máximo artillero de su equipo con cinco goles.
En la portería no parece haber dudas: Roberto estará bajo palos esta temporada, aunque el griego Karnezis está preparado para suplirle si es preciso. En la defensa surgen algunos interrogantes. La pareja de centrales se decanta por Mainz y Diakhaté, pero lesionado el primero, en Pamplona fue titular Murillo, que regresa de su cesión en Las Palmas y ha convencido al míster para quedarse. Nyom no parece tener recambio en el lateral derecho y Siqueira, que apenas ha participado en la pretemporada granadinista, sigue deshojando la margarita respecto a su futuro. El brasileño tiene ya casi los dos pies fuera de la ciudad de La Alhambra, por lo que su puesto en el lateral izquierdo será, como se vio en El Sadar, para Brayan Angulo. Y, a las malas, el Granada fichó al joven Douglas Santos para cubrir esa significativa baja.
Ante Osasuna, el centro del campo lo formaron Iturra y Yebda. El franco-argelino marcó de cabeza el segundo tanto rojiblanco. Han sido muchos meses de lesiones y recaídas que parecen terminar. Será una buena noticia para los andaluces. Como la llegada del chileno a la medular, donde tendrá la difícil misión de contrarrestar la marcha de Mikel Rico al Athletic Club.
Dani Benítez también ha superado un mal año con las lesiones e incluso dio el susto con un golpe en la tibia en el primer partido del campeonato. Pero el extremo izquierdo será suyo de nuevo, esta vez (seguramente) sin Siqueira para hacerle la cobertura. De su pierna izquierda nació el centro desde el córner en el gol de Yebda.
La derecha la ocupará, salvo sorpresa, Brahimi. Alcaraz ya ha manifestado su intención de colocarle ahí. No desentona, aunque su mejor rendimiento lo dio el año pasado como enlace entre el centro del campo y la delantera. Sea como fuere, su sitio en el equipo es indiscutible. El Granada se ha hecho con su propiedad, consciente de la importancia de su juego en este sistema.
Piti (que falló un penalti) es quien actúa como segundo delantero por detrás de, previsiblemente, Riki o, como fue el caso en Pamplona, El-Arabi. Va a haber una bonita lucha entre los dos para hacerse con la titularidad. Quién sabe si esa competencia puede ser sinónimo de muchos goles. Aranda lo tendrá más complicado para disponer de minutos.
Pero, aunque el esquema quede más o menos claro, la plantilla no parece cerrada, más teniendo en cuenta que todavía se esperan salidas importantes como la de Siqueira. Otra buena nueva para los granadinos es el regreso de Fran Rico, que tuvo unos minutos al final del partido. De sus botas surge la magia que necesita el Granada para dar un fútbol más vistoso y disfrutar de ocasiones de gol. Su visión de juego es un plus que, si las cosas van bien, recuperará el equipo. De momento, su larga lesión invita a la cautela a la hora de introducirle en el campo. Pero las sensaciones que deja son ilusionantes para el granadinismo.
No es un mal comienzo esta victoria, con un rival que habla de tú a tú, al mismo nivel y con similares objetivos, para calibrar las posibilidades del club rojiblanco. Al menos permite cierta tranquilidad si se recuerda que, la próxima jornada, el duelo es en casa ante el Real Madrid, al que ya se ganó en Los Cármenes en el último curso de Mourinho como entrenador blanco. Pero, claro, es el Real Madrid. Demasiado pronto, tal vez, para recibir a uno de los grandes. O mejor así, según se mire, pues antes empezará el equipo granadino a jugar su liga.
* Pilar Arjona es periodista.
– Foto: EFE
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