Tras una dura derrota, la sensación más habitual es el pesimismo. Más aún cuando los que pierden son los mismos que parecían invencibles. Cuando aquellos que eran los mejores en su puesto han constatado que ya no lo son y que difícilmente vayan a volver a serlo. Cuando habían hecho realidad el sueño de ser invencibles y, de golpe, hemos despertado. Sin embargo, una vez despiertos, el siguiente paso es mirar hacia delante. Pensar en quienes tratarán de recuperar aquello que perdieron quienes lo habían ganado todo.
Estos son 50 jugadores seleccionables con un número considerable de partidos en Primera División que no cumplirán 30 años, como mínimo, hasta el año que viene. Por ello, salvo alguna excepción, cabe esperar que lleguen a los dos próximos grandes torneos a un nivel igual o superior al actual:
Evidentemente, en esta lista falta algún nombre de peso, así como todos los de las jóvenes promesas que cada vez están más cerca de ser una realidad al máximo nivel (Óliver Torres, Deulofeu, Jesé…), pero esto no la hace sino más ilusionante. España dispone y va a disponer durante los próximos años de una cantidad descomunal de talento, por lo que las perspectivas de futuro no pueden ser mejores.
Sin embargo, la pregunta es: ¿Ha llegado el momento de que los veteranos den un paso al costado? ¿De que Casillas, Arbeloa, Xabi, Xavi o Villa desaparezcan del equipo? En estos momentos, seguramente el sí sea la respuesta mayoritaria. No obstante, lo más probable es que, más allá de algún caso insostenible, no haya grandes cambios hasta después del Mundial del próximo año.
Ello no tiene por qué ser erróneo. Al tratarse de una selección y no de un club, que un jugador veterano rinda a un nivel alto es mucho más factible, ya que desaparece la exigencia de la continuidad a lo largo de los meses. De hecho, no es que falten ejemplos de grandes futbolistas que dijeron adiós al fútbol –o a su máximo nivel– en un mundial. Teniendo esto en cuenta junto con la máxima profesionalidad de los jugadores, el crédito que se han ganado y que en el auténtico modelo Del Bosque –el de los dos mediocentros, la posesión defensiva y la portería a cero– las carencias físicas se disimulan mejor, no es descartable que los mismos aún puedan brindar otro éxito histórico.
Y, sea así o no, de lo que no cabe duda es de que el futuro no puede ser más prometedor. Precipitar su llegada o aguardar un año es una decisión que corresponde a alguien que, guste más o menos cómo, ha gestionado con una maestría incuestionable los recursos de los que dispone la que tal vez sea la mejor selección de siempre. Ambas decisiones pueden ser correctas o erróneas, pero si de algo no cabe ninguna duda es que quien decidirá será la persona más indicada para hacerlo.
* Rafael León Alemany.
– Foto: EFE
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