1.- El Barça no ha dominado al Betis, pero lo ha aplastado. Durante media hora ha sobrevivido en el caos a través de un guardameta prodigioso, sumido ahora mismo en un estado de “flow” que dibuja a su alrededor un escudo de impenetrabilidad. Mientras Messi se resentía nuevamente de los isquiotibiales, su espíritu supermanesco jugaba de portero y se apellidaba Valdés. Y tras esa media hora caótica, con el Betis acuchillando los costados del equipo del Tata Martino, al Barça le han bastado dos movimientos para dar jaque mate.
2.- Uno ha sido de Song y el otro de Pedro. En realidad, ambos han sido dos pases al hueco: el de Song ha ido hacia Fàbregas, que había intuido un hueco a la espalda de los excesivamente adelantados defensas béticos; el de Pedro ha ido hacia el propio Pedro, principio y fin de la jugada, que ha recogido un balón en el balcón de su área y lo ha llevado, ante el pasmo de los rivales, y también de los suyos, hasta la red del área contraria. Dos movimientos, jaque mate.
3.- Ha sido un Barça muy a la manera madridista de hace unos años. Es decir, un portero mágico, mucha capacidad competitiva, equipo partido en dos, delanteros peligrosos y a verlas venir. La propuesta agobiante del Betis, su reiterada contundencia defensiva en el cuerpo a cuerpo, un césped bacheado o la ausencia de Busquets pueden argumentarse para explicar la caótica media hora inicial del Barça, pero también puede decirse que el equipo no ha buscado en dicho tramo controlar el balón, ni preocuparse por conservarlo, ni ha pretendido zafarse del acoso más que con balones en largo, sirva Valdés y sus patadones como paradigma.
4.- Aunque sin balón también es posible dominar el ritmo de juego, no ha sido el caso. Era el Betis quien lo lograba a partir de la buena conexión entre Xavi Torres y Verdú, que martirizaban las espaldas de los laterales blaugrana con Vadillo y José Carlos, pesadillas de Montoya, totalmente abrumado, mientras Jorge Molina exigía de Bartra su mejor versión. Con Messi recién roto, Valdés ha precisado su capa voladora para salvar dos cuchillazos béticos y al Barça se le ha puesto cara de angustia.
5.- El resultado final dirá que no importa vivir en el alambre ni jugar con fuego si se acaba triunfando. Así ha sido en Sevilla, donde el Barça suma una victoria importante y amplia, merecida y contundente, forjada a partir de acciones individuales. La del pase de Song a Cesc para el primer gol (de Neymar) ha recordado las viejas buenas asociaciones de ambos en el Arsenal. La de Pedro en cabalgada solitaria ha sido un recordatorio de aquel delantero que desconcertó a Alemania en las semifinales del Mundial.
6.- Aunque cronológicamente pudiera pensarse que la retirada de Messi y su cambio por Iniesta han tenido alguna influencia en el cambio de escenario y resultado, no ha sido así. La entrada del volante no ha serenado el juego barcelonista, ni le ha permitido conquistar el balón, pero las dos acciones de Song y Pedro y el 0-2 sí han dado paso al momento de Iniesta y su templanza. El albaceteño no ha protagonizado ninguna actuación portentosa, pero ha sido el pegamento que ha unido un equipo que estaba fracturado.
7.- Han sido tan duros los dos mazazos consecutivos en un minuto, que el Betis ya no ha vuelto a ser el mismo y el Barça ha dejado de padecer. Alves y Montoya cerraban mejor, Bartra ya no precisaba sacar el extintor por doquier, Song e Iniesta marcaban el ritmo que querían, Cesc disfrutaba del entorno amplio donde se gusta y Neymar y Pedro también podían correr a placer. A falta de una organización colectiva de altos vuelos, el Barça ha contrastado su extraordinaria competitividad a partir de la calidad individual, inmejorable.
8.- Si el cuarto gol se ha resumido en un excelente centro de Alves bien cabeceado por Cesc, el tercero ha dejado todo el aroma del Barça más colectivo, con Iniesta picando con el exterior un balón sobre las cabezas béticas y media docena de barcelonistas llegando en manada al remate, Cesc en primera fila. Imbatido e imparable, el Barça del sensato Martino va sumando réditos en la cuenta de explotación, que muestra altibajos, pero cifras impresionantes.
y 9.- En el pasivo, Messi sin duda. La nueva lesión que sufren sus isquiotibiales alimentará toda suerte de explicaciones, algunas muy próximas a la realidad, otras instaladas casi en el esoterismo. La recaída muscular es tremendamente negativa precisamente por eso: por tratarse de una recaída que, a su vez, ya posee carácter reincidente. La temporada de Messi y, quizás, la del Barça pueden depender del acierto en este ámbito, en el que no caben soluciones a medias. Sin los isquiotibiales curados al 100 % no hay futbolista que pueda rendir al máximo, con lo que la mayor urgencia que puede tener Messi es no tener prisa.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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