De vez en cuando nos gusta hacer ejercicios de rugby ficción y no hay ningún equipo que se preste más a ello que los All Blacks. No es la primera vez que hablamos de la selección neozelandesa, de su estricta organización interna y de las jerarquías que rigen la elección de jugadores. Partiendo de todas esas premisas, en algunas ocasiones nos ponemos a revisar lo que hay en el fondo de armario de las franquicias de los campeones del mundo y el panorama siempre resulta fascinante.
Vayamos a lo más complicado: vamos a intentar buscar un sustituto para Richie McCaw. Si conseguimos dejar de lado que es el jugador más influyente de la historia del rugby profesional y nos dedicamos a analizar flankers abiertos que merezcan llevar el ‘7’ neozelandés a la espalda, nos encontramos jugadores del nivel de Sam Cane (el elegido como heredero), Matt Todd o el deslumbrante Ardie Savea. Lo complicado no es elegir a uno, lo realmente difícil es encontrar los motivos para que los otros se queden fuera.
Algo parecido sucede con el relevo de Dan Carter: Aaron Cruden, Beauden Barrett, Lima Sopoaga, Richie Mo’unga, Ihaia West… Los cinco aperturas titulares de las cinco franquicias del Super Rugby tienen argumentos (no al mismo nivel, evidentemente) para defender una posible candidatura.
No es la primera vez que decimos que uno de los partidos más interesantes que podríamos ver actualmente –a nivel de selecciones– sería el de los All Blacks contra los suplentes de los All Blacks. La temporada pasada nos encontrábamos con la eclosión de un jugador desconocido, a principio de temporada, como Nehe Milner-Skudder. El relevo del lesionado jugador de Hurricanes lo ha tomado Damian McKenzie. Con 20 años, el sonriente es el fullback titular de Chiefs y tiene casi todos los récords ofensivos individuales (ensayos, puntos conseguidos, metros recorridos con la pelota, etc) del presente Super Rugby. Es inevitable que su nombre suene con fuerza para el puesto de 15 titular de la selección, pero la competencia en ese puesto tiene nombre y apellidos: Ben Smith, Israel Dagg o el propio Beauden Barrett (utilizado con frecuencia como reemplazo para el 15 en el equipo de Steve Hansen).
El razonamiento es simple y lo conocemos. Para meter a cualquier jugador en el XV titular de los All Blacks hay que sacar a otro jugador de un nivel que le haría titular indiscutible –en la mayoría de los casos– en cualquier otra selección. Nos sirve para recordar una reflexión que consideramos brillante: «El leitmotiv del Super Rugby es poder ver a los All Blacks todas las semanas». Mostremos algunos ejemplos prácticos: Dane Coles y Kieran Read son los dos jugadores titulares de la selección neozelandesa que menos similitudes tienen con cualquiera de sus posibles sustitutos, y ese el el motivo por el cual gente del nivel de Codie Taylor o Steven Luatua ve empequeñecida su figura dentro del equipo nacional.
Resultaría relativamente sencillo para aquellos seguidores habituales del Super Rugby hacer una lista de 50 jugadores (por dar una cifra) con posibilidades reales de vestir la camiseta negra, resulta muy probable que 15 o 20 de esos jugadores nunca lleguen a ser internacionales.
Los tres primeros centros del escalafón neozelandés en 2015 (Ma’a Nonu, Conrad Smith y Sonny Bill Williams) no están disponibles en 2016. El puesto de 13 parece en posesión de Malakai Fekitoa. Para el 12 suenan con fuerza los nombres de Ryan Crotty y Charlie Ngatai (ambos han hecho méritos a lo largo de los años y han esperado que corriese el escalafón), pero resulta imposible no pensar en Seta Tamanivalu, George Moala… Las opciones resultan casi infinitas y siempre se corre el riesgo de que una aparición fulgurante lleve al traste las previsiones de sucesión en algunos puestos. Los casos de Waisake Naholo y Nehe Milner-Skudder nos han servido como ejemplo para demostrar que la excepción confirma la regla y que hay ocasiones en las que el recién llegado alcanza el nivel suficiente como para saltarse los criterios establecidos dentro de la estructura del equipo.
Con entre dos y cinco candidatos solventes para cada puesto, resulta realmente interesante dedicarse a hacer esos ejercicios de rugby ficción y ver cuántos equipos titulares distintos nos salen, sin repetir jugadores, para el XV del helecho.
* Javier Señaris es analista de rugby.
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