Diecinueve de mayo del 2012. El Allianz Arena de Múnich acogía ese día la final de la Champions League 2011-2012. Sí, fue esa final en la que el Chelsea se coronó por primera vez rey de Europa en el campo del Bayern, su rival en aquella final. Pero no, no fue un día especial por esa circunstancia. A 1.328 kilómetros de allí, concretamente en Edimburgo, se disputaba la final de la Copa de Escocia. Pero no era una final de Copa cualquiera, era una final que ni Rangers ni Celtic tenían opción de ganar. Sin embargo, el partido iba a ser diferente por ser una final entre el Hearts y el Hibernian. Sí, era el Derbi de Edimburgo y llevaban sin verse las caras en una final copera desde hacía más de 110 años. Ese día fue especial para toda la ciudad por dos motivos: porque había un título en juego y porque ambos se estaban disputando el título de Grande de Edimburgo.
Sin embargo, el protagonista de esta historia no jugó el partido, ni siquiera era jugador. Es un tipo peculiar, con una idiosincrasia típica de cualquier irlandés de esa edad. Estamos hablando de Pat Fenlon, entrenador del Hibs en aquella final. Fenlon llegó al Hibernian en noviembre de 2011, venía de dirigir al Bohemians y a la selección sub-23 de República de Irlanda. Su currículum no podía ser más brillante: 5 ligas irlandesas y 3 Copas entre otros méritos. Así que ya estaba acostumbrado a ganar trofeos.
Aquel día, el Hibernian era un equipo bastante superior al Hearts, tenía más calidad en la zona de tres cuartos: contaban con Leigh Griffiths, el máximo goleador de la liga, y por si fuera poco, le rodeaban de tipos como Claros y Doyle que le surtían de asistencias cada partido. Pero la humildad superó a la calidad y el Hearts jugó uno de los mejores partidos de su historia, volviendo a ganar la Copa. Pero esta vez no fue por la mínima: le endosó un contundente 1-5 que dejó muy tocado el puesto de Pat Fenlon. Al final, Rod Petrie le ratificó y el técnico irlandés continuó en el equipo capitalino una temporada más.
La semana que viene se cumplirán dieciocho meses de aquella final y las cosas en Edimburgo no pueden ir peor: el Hearts fue intervenido el verano pasado y tuvo que desprenderse de la mitad de sus jugadores. Pero eso no fue lo único, la Scottish FA decidió penalizarlos con 15 puntos menos para el inicio de la liga. Hoy en día, esa sanción sigue vigente y el Hearts es el favorito en todas las quinielas para descender a la Championship -segunda división escocesa-; en la otra acera, el Hibernian tuvo otra oportunidad la temporada pasada de ganar un título, esta vez en Copa de la Liga y frente al Celtic de Glasgow. Perdieron por 3-0 y Pat Fenlon siguió en el banquillo.
Este año, los caminos de Hearts y Hibs se volvieron a cruzar: octavos de final de la Copa de la Liga, el Hearts llevaba casi mes y medio sin ganar un partido y sacó un once repleto de jovencuelos que no superaban los 20 años de edad. El Hibs se la jugaba, volvía a cruzarse con una de sus bestias negras, pero todo parecía favorable, jugaban en su campo y volvían a contar con una plantilla mucho más trabajada y con más calidad. Pero volvieron a perder, esta vez por 0-1. A finales de semana, Pat Fenlon comunicó que dejaba ser técnico del Hibernian y decidió poner fin a su larga y dolorosa carrera en Edimburgo.
* Miguel Ángel Ríos.
– Foto: Getty
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