El delantero que ya está y el que viene
Los aficionados al fútbol podemos dar las gracias por espectáculos como el que se ha vivido en el derbi de Liverpool. A menudo alabamos la pasión con la que los aficionados británicos viven el fútbol, pero escatimamos en elogios al fútbol que se practica en las islas.
Intensidad no exenta de calidad. Así se podría definir en una frase el partido entre Everton y Liverpool. El ambiente en Goodison Park era inmejorable. No estábamos sentados aún en el sofá cuando llegaba el primer gol del Liverpool, obra de Coutinho, tras sacar Gerrard un córner y tocar con la cabeza Luis Suárez. Pese al tempranero gol red, los toffees eran dominadores. Otra jugada a balón parado (la pierna izquierda de Leighton Baines es oro) permitió a Mirallas anotar en el área pequeña.
El Everton dominaba el juego, alternando la salida en corto at ravés del binomio McCarthy-Barkley o buscando el golpeo en largo con Lukaku habilitando a Pienaar y Mirallas.
LUIS SUÁREZ HACÍA COMPETIR AL LIVERPOOL
Pero se adelantó nuevamente el Liverpool con un gran gol de falta de Luis Suárez. El uruguayo colocó el balón magníficamente, pero Howard no había colocado bien la barrera, dejando un hueco en el palo largo aprovechado por el delantero visitante. El Liverpool se situaba por detrás del balón y esperaba al Everton en campo propio. Pero Luis Suárez, máximo goleador de la Premier League (y sin jugar los primeros cinco partidos), hacía que el Everton tuviera que estar muy atento en la transición defensiva. Le llegaban poco a Howard, pero el uruguayo infundía pánico en Goodison Park. Distin, central francés del Everton, estuvo muy atento en las coberturas.
Ross Barkley tuvo el empate con un centro-chut que despejó Mignolet. A partir de aquí, el partido bajó en calidad, no en intensidad y agresividad. El Everton estuvo faltón y acabó dando las gracias al colegiado, ya que una entrada escalofriante de Mirallas a Luis Suárez fue sancionada solo con tarjeta amarilla. El balga entró con los tacos por delante y a la altura de la rodilla de Suárez. El partido estuvo parado más de tres minutos y finalmente el árbitro fue condescendiente con el jugador del Everton.
Entre bronca y bronca acabó la primera parte. Podíamos pensar que los segundos cuarentaicinco minutos serían como el final de la primera parte. Pero nada más lejos de la realidad.
Tras unos primeros cinco minutos en los que pasaron pocas cosas, todo cambió cuando Baines se lesionó y entró en escena Gerard Deulofeu, en un cambio súperofensivo de Roberto Martínez que resituaba a Gareth Barry en el lateral izquierdo, a Barkley en el doble pivote con McCarthy y a Mirallas en la delantera con Lukaku.
La entrada del extremo catalán fue muy positiva para el Everton. El de Riudarenes tuvo hasta tres ocasiones para definir ante Mignolet, pero en las tres el portero belga salió ganador. Pese al poco acierto de Deulofeu en la definición, asistió a Romelu Lukaku para el tercer gol del Everton y se mostró con confianza. Como un soplo de aire fresco, el Everton se activó tras su entrada.
ROMELU LUKAKU, EL NUEVE QUE VIENE
Realmente ya está aquí. Empató el partido definiendo dentro del área y puso al Everton por delante rematando un córner sacado por Deulofeu. Las ocasiones se sucedían; Howard detuvo un remate de cabeza de Luis Suárez dentro del área pequeña. La entrada de Sturridge dio algo de aire al Liverpool, y aunque poco después llegó el segundo gol de Lukaku (3-2 en el marcador), fue el propio Sturridge quien marcó el tercero para el Liverpool (los tres en jugadas a balón parado).
El partido nos deja varias conclusiones: en primer lugar, que en Inglaterra se juegan partido intensos pero también de calidad, con alternativas y variantes ofensivas. La segunda, que Deulofeu cada vez va a ser más importante para Roberto Martínez, como anunciábamos aquí hace unos días.
Para finalizar, dos nombres propios: Luis Suárez y Romelu Lukaku. El primero ya es uno de los mejores delanteros del mundo. Al segundo le queda poco.
El derbi de Liverpool acabó en tablas. Ambos pudieron ganar el partido, pero también perderlo. El Everton buscó más la portería contraria, pero con un porcentaje de acierto menor que el del Liverpool. Los que ganamos fuimos los aficionados.
* Ismael Ledesma.
– Foto: PA
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