Cuando Roman Abramovich compró el Chelsea en junio de 2003 adquirió un club histórico de casi cien años –ahora tiene 109–, pero con un discreto palmarés cimentado en una liga conquistada cuarentaiocho años antes, dos Recopas y tres FA Cup, siendo la Copa de Europa un territorio sin explorar más allá de los cuartos de final. Toda una vida ocupando un segundo (o tercer) plano en el fútbol inglés iba a dejar paso a una década de protagonismo absoluto que iba a tener en el nombramiento de José Mourinho –relevaba a Ranieri, primer técnico de Abramovich– como técnico del club un punto de inflexión de absoluta trascendencia en este dominio que se extendería también por Europa.
En la era Abramovich el Chelsea ha llegado siete veces en once años a esas semifinales de Copa de Europa que jamás había alcanzado antes, ha ganado tres veces la Premier League, cuatro la FA Cup y ha dejado su sello en Europa con la ansiada Champions de 2012 y la Europa League del accidentado 2013. A lo largo de estos once años, las vitrinas del museo no han dejado de nutrirse de trofeos, sin embargo en Inglaterra nunca dominó tanto como cuando fue Mourinho el que se sentó en el banquillo de Stamford Bridge. Este dominio no solo se tradujo en los 89,7 puntos de media cosechados en las tres temporadas (95 en 2004/05, 91 en 2005/06 y 83 en 2006/07) que completó hasta su misteriosa salida en septiembre de 2007 –la media de las seis temporadas posMourinho sería de 77,3 puntos–, sino que dejó patente la grandeza del técnico portugués a la hora de plantear las grandes citas ante los equipos punteros de la Premier.
En el cara a cara con los cinco primeros de cada temporada con Mourinho (sumando sus dos etapas en el club: 2004-2007 y la abierta en verano de 2013) el Chelsea ha sacado 68 puntos de 96 posibles, un 70,83 % que choca frontalmente con el 46,94 % de puntos que se cosecharon durante la ausencia del técnico de Setúbal (septiembre de 2007-junio de 2013), tiempo en el que desfilaron seis entrenadores por el banquillo de Stamford Bridge: Avran Grant, Guus Hiddink, Carlo Ancelotti, André Villas-Boas, Roberto Di Matteo y Rafa Benítez.
La senda que dejó marcada Mourinho la ha retomado esta campaña, y a pesar de que el equipo casi ha perdido sus opciones al título liguero –la Premier se le ha escapado en los estadios más modestos–, ha recuperado los galones en una competición donde ha vencido cinco (ha empatado uno y ha perdido otro) de los siete duelos de altura en los que se ha batido con los cinco primeros. Acuciado por las bajas, con la Premier prácticamente imposible y con la vuelta de semifinales de Champions ante el Atlético a la vuelta de la esquina, Mourinho reservará parte de su artillería en el partido del domingo ante el Liverpool –el club le ha dado el visto bueno para actuar como considere oportuno–, que necesita siete de los nueve puntos restantes para recuperar el trono del fútbol inglés veinticuatro años después. El partido de Anfield es casi un marrón para el Chelsea, mientras que para los de Rodgers no perder supondría un paso casi definitivo en su camino hacia el título, que quedaría a expensas de dos victorias ante Crystal Palace en Selhurst Park y el Newcastle en Anfield, ambos rivales con los deberes hechos y sin nada en juego.
El Chelsea con Mourinho ante los cinco primeros de la Premier (2004-2007, 2013-2014):
El Chelsea entre la salida de Mourinho y su retorno ante los cinco primeros de la Premier (2007-2013):
* Alberto Egea.
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