1.- Unai, amigo de las rotaciones, fue fiel a su política de cambiar onces y dispuso de teóricos suplentes como Ricardo Costa, Pablo Hernández, Barragán, Piatti o Parejo. El plan del técnico vasco triunfó vertiginosamente: el conjunto valencianista arrolló al PSV en el primer periodo. El fútbol-relámpago desplegado y un resultado tan favorable (3-0) solo invitaba a la tranquilidad.
2.- El central Víctor Ruiz abrió el marcador, Soldado se reencontró con el gol por partida doble y Barragán hizo del carril del ‘2’ una atracción de subidas y bajadas al más puro estilo ‘Cafú’. Todo pintaba color de rosas. La cosa funcionaba. Emery apostó por Parejo en la medular. Huelga comentar que para las grandes citas, al Valencia le urge un perfume con fragancia a fútbol elegante. El canterano madridista desprende ese aroma, tiene luz y cuando se pone a jugar ilumina a sus compañeros. Unai lo quiere también para correr y, para esos trotes, aún le queda trecho y kilómetros para recuperar la forma.
3.- Piatti también posee duende y marcó su golito en el 56′. Es argentino, como lo era Pablo Aimar, aquel que frotaba la lámpara del último Valencia campeón de la UEFA. Hay similitudes. Pero, ya se sabe, estas cosas suelen perjudicar al que continúa la senda del anterior ídolo. Y más en un territorio como Mestalla, con un público de máxima exigencia. No vale cualquier cosa en el campo del inconformismo. Su entrenador lo sabe de primera mano.
4.- Porque lo viven día a día y porque hay que matar las eliminatorias, el equipo no puede excederse en confianzas. El PSV, blandito atrás, había casi metabolizado la eliminación. La cabeza de los holandeses aún recordaba el tremendo varapalo sufrido ante el Twente. Willems era un juguete de plástico en manos de Pablo y Barragán, tanto que fue sustituido a la media hora por Pieters. Además, Manolev y Marcelo tampoco tuvieron su noche. Las defensas se miman poco en Holanda. En la Eredivisie se mima el cuero desde tiempos ancestrales, desde que florecen allí los tulipanes.
5.- El PSV progresó a través del balón. Priorizando éste gracias a la empanada y laxitud del bloque ché en el último cuarto de hora. Llegaron así dos tantos (Toivonen y Wijnaldum) que dejan un mal sabor de boca y una eliminatoria abierta para la vuelta. No estará Soldado por sanción. Este curso ha marcado ya más de 20 tantos. No es Kempes, no es el Piojo López, ni es Villa, pero tiene cosas de cada uno y el mismo instinto asesino de los tres. Sí, Messi marcó cinco ante el Arsenal y es el mejor del mundo, pero el ariete valenciano también ha llegado a esa cifra en una semana y es carne de Eurocopa.
6.- El Capitán Trueno Unai Emery, así se autodenominaba en su libro «Mentalidad ganadora» presentado estos días, es técnico discutido en la ciudad del Turia y defendido fuera de ella. El fútbol no debe ser mirado con lupa ni con prismáticos, sino con los dos utensilios y desde todas las perspectivas. «¿Cómo es criticado si van terceros?» «¿Cómo le apoyan si está a años luz de los dos grandes?» A todo entrenador de ideas le salen amigos y enemigos. Él lidia con la situación y conoce que son tiempos arduos en los que hay que vender para sobrevivir y ganar y jugar para seducir.
7.- Cuatro años como máximo responsable del área técnica, 40 años en el DNI y Unai Emery ha ejercido de entrenador, suele sacar lo mejor a los suyos; de maestro, ha arrimado el hombro a jugadores como Feghouli (descansó) y Jonás y Mathieu que son incombustibles y no entienden de reposo; y de policía, en la peor de las parcelas, la represiva, por futbolistas como Miguel, Banega o, anteriormente, Manuel Fernandes. Le ha faltado esa suerte que entrega la normalidad. Ése 4-2 es un fiel reflejo a la intranquilidad.
8.- La Europa League es la competición que quita tiempo y dinero, pero que entrega prestigio continental. Siempre es preferible conquistarla que caer en cuartos de Champions. Algo que ganó el Valencia al caer derrotado antes. De vez en cuando hay que recular y dar un pasito atrás para dar dos hacia delante. El Valencia lo concedió y viajará a Eindhoven sin su ariete y recordando que, en fútbol, no hay espacio material para los despistes. La lupa de Mestalla no se lo permite. Tiene ganas de fiesta y este torneo es idóneo para que las fallas duren hasta mayo en Bucarest y haya, de esta forma, un trueno a favor del capitán de la nave, Unai Emery.
– Foto: Valencia CF
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