1.- El Barcelona afrontaba en Granada el reto de ganar una liga que parecía sentenciada en marzo y perdida en abril, cuando caía en el Camp Nou ante el Valencia. Desde entonces, pleno de victorias y dominio insultante ante todos los rivales.
2.- El Granada no se jugaba nada, pero quería competir y ser protagonista. Su entrenador, José González, varió el sistema habitual: prescindió de Cuenca, cerró con trivote y buscó la velocidad y autosuficiencia de El-Arabi y Peñaranda en las transiciones ofensivas. Pero ni la prontitud en el primer tanto del Madrid hizo temblar al Barcelona, acostumbrado en los últimos años a jugar muchas finales y ganarlas casi todas.
3.- El dominio en el juego pronto se materializó en goles. El primero, tras una gran incorporación por banda izquierda hasta llegar a línea de fondo de Jordi Alba., que le puso el gol en bandeja a Luis Suárez. Si el primero tuvo como protagonistas al lateral izquierdo y al uruguayo, en el segundo sería la banda derecha y una gran carrera de Dani Alves –el césped seco propició que pudiera llegar al balón, su fe hizo el resto–. 0-2 y partido encarrilado. La vigésimocuarta Liga culé estaba más cerca.
4.- En la segunda mitad el Granada adelantó líneas y tuvo mayor intencionalidad ofensiva, lo que provocó un equipo partido y, en ocasiones, algo caótico. Lo aprovechó Messi para filtrar un balón al espacio a Neymar, que entraba absolutamente solo. El brasileño asistió a Suárez para que el Bota de Oro europeo firmara su hat-trick y su gol número cuarenta, 14 en los últimos cinco partidos. El nueve es el protagonista indiscutible de este campeonato. El Barcelona volvía a ser campeón.
5.- Segunda liga consecutiva (dos de dos para Luis Enrique), seis en los últimos ocho años y 15 desde que llegó Johan Cruyff al club culé en 1988. Los blaugrana, hasta entonces, solo habían ganado nueve. Su tiranía en la competición doméstica está definida por la confianza y seguimiento en un modelo, una manera de jugar, la implantada por Johan Cruyff, cuyo desembarco en Barcelona cambió el juego, la mentalidad y también los triunfos. Ahora llegan mucho más a menudo.
6.- Es la liga del gran Iniesta, del Neymar que lideró cuando Messi no estuvo, del asistente argentino que ha entendido en cada momento qué era lo mejor para su equipo, de la gestión de Luis Enrique, también del incansable goleador Luis Suárez y, sobre todo, de un colectivo que reaccionó justo a tiempo cuando la crisis de juego y resultados cerca estuvo de dejar escapar una Liga que se dio por ganada y que, una vez casi perdida, se valorará como debe ser siempre en aquel que consigue vencer en la liga más competitiva del mundo.
y 7.- Y de Cruyff, siempre de Cruyff. Porque sin él, si no se hubiera seguido su camino, nada de esto estaría pasando.
* Ismael Ledesma.
– Foto: EFE
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