El camino hacia el banquillo de la NBA: ‘Central Division’

por el 24 octubre, 2013 • 14:43

La quinta parada de nuestro repaso a los banquillos de la NBA nos lleva a la Central Division, con dos equipos de primer nivel como Chicago Bulls e Indiana Pacers y otros dos, Cleveland Cavaliers y Detroit Pistons, que buscan dar la sorpresa.

MILWAUKEE BUCKS – LARRY DREW (1ª TEMPORADA EN EL CARGO)
Larry Drew

Si Mike Woodson fue el responsable de devolver a los Hawks a playoffs, Larry Drew fue el encargado de mantener a Atlanta en el mapa de la postemporada NBA. Sin embargo, igual que le ocurrió al actual técnico knickerbocker en 2010, una caída sistemática en rondas tempranas hizo que el pasado verano, tras tres temporadas como entrenador jefe, los Hawks prescidieran de sus servicios.

Esos tres años en Atlanta, todos ellos con registros triunfadores en liga regular, son la única experiencia con que cuenta Drew como líder del banquillo. Suficiente para que los Bucks le ofreciesen un contrato por cuatro años y 40 millones de dólares.

Antes de convertirse en head coach, Drew pasó seis años en el banquillo georgiano como asistente de Woodson, a la espera de la oportunidad con la que llevaba soñando desde 1992, cuando firmó su primer contrato como entrenador asistente. En Los Ángeles se mantuvo hasta la llegada de Phil Jackson en 1999, año en que empezó un itinerario que le hizo pasar por Detroit, Washington y Nueva Jersey antes de alcanzar la franquicia del halcón en 2004.

Pero su contacto directo con la NBA no se limita a la banda del pabellón, sino que viene de mucho antes. Para ser exactos comienza en 1980. Una vez acabado el ciclo universitario en Missouri, los Pistons le eligieron en la primera ronda del draft, aunque al verano siguiente le traspasaron a los Kings, con los que jugó en Kansas y Sacramento –el cambio de residencia se produjo en 1985. Allí conoció a Mike Woodson, compañero inseparable de Drew durante años, pues en 1986 ambos fueron traspados a los Clippers.

Dos años pasó en el hermano pobre de Los Ángeles antes de marcharse a Italia, al Scavolini Pesaro, antes de regresar a la ciudad californiana para jugar en los Lakers. En 1991, vestido de púrpura y oro, Larry Drew puso punto y final a su carrera como jugador profesional.

Once años como base fueron insuficientes para secar sus ganas de baloncesto, pues tardó sólo un año en convertirse en asistente. La oportunidad de ser head coach tardó, pero llegó; y su buen papel en Atlanta ha permitido encontrar enseguida un nuevo hogar. Los Bucks confían en él para reconstruir un equipo que ha perdido a Monta Ellis y Brandon Jennings, sus dos grandes estandartes en las últimas temporadas.

CHICAGO BULLS – TOM THIBODEAU (4ª TEMPORADA EN EL CARGO)

Tom Thibodeau y Derrick Rose

Si la oportunidad de dirigir a un equipo fue tardía para Larry Drew, aún más lo fue para Tom Thibodeau, quien se convirtió en su propio jefe 21 años después de llegar a la liga. Actualmente es considerado uno de los mejores entrenadores de la NBA, con la intensidad y el trabajo defensivo por bandera.

El actual técnico de la franquicia de Illinois aterrizó en la NBA de la mano de los Timberwolves en 1989, el mismo año en que se fundó esta franquicia. Así, Thibodeau alcanzó la liga profesional estadounidense como asistente de Bill Musselman, tras haber pasado ocho años en los banquillos universitarios, repartidos entre las universidades de Salem State y Harvard.

Su estancia en la fría Minnesota duró dos años, seguidos de una temporada en Seattle como ojeador de los Supersonics. El curso 91/92  fue el último de Thibodeau lejos del parqué, al menos hasta el día de hoy. Después llegaron las llamadas de San Antonio Spurs (1992-1994), Philadelphia 76ers (1994-1996), New York Knicks (1996-2003) y Houston Rockets (2003-2007); cuatro franquicias en que se hizo un nombre como asistente especialista en sistemas defensivos.

De Houston viajó a Boston para enrolarse en el ambicioso proyecto celtic, capitaneado por Doc Rivers y con los recién llegados Kevin Garnett y Ray Allen. El papel de Thibodeau fue clave en el campeonato que los Celtics ganaron en 2008 –el primer anillo desde 1986– y el subcampeonato de 2010. El segundo de estos hitos fue el último que consiguió en Boston antes de que los Chicago Bulls, entonces aún renqueante por la segunda retirada de Michael Jordan, apostasen por él como head coach.

Desde que asumió el cargo, los éxitos y reconocimientos no han parado de llegar, a pesar de los problemas que Derrick Rose, MVP de la liga en el primer año de Thibodeau , ha tenido con las lesiones. Los Bulls consiguieron el mayor récord de victorias de la liga en 2011, año en que alcanzaron la final de conferencia –primera vez desde 1998– y en que Thibs fue nombrado mejor entrenador de la liga. En la temporada 2011/12 fue el mejor equipo de la Conferencia Este, mientras que en los últimos playoffs plantaron cara en primera ronda a los Miami Heat pese la plaga de lesiones que sufrieron.

Precisamente ese es el principal valor de los Bulls de Thibodeau: nunca se han amilanado ante las bajas. A pesar de no contar con su estrella, el equipo ha mirado hacia adelante y ha plantado cara a cualquier rival haciendo lucir el trabajo del grupo. Por ello, con la vuelta de Rose, es difícil no pensar en este equipo como un aspirante al título. La clave está en el banquillo, donde se respira una doctrina similar a la que ha existido en San Antonio desde la llegada de Gregg Popovich.

CLEVELAND CAVALIERS – MIKE BROWN (1ª TEMPORADA EN EL CARGO, TAMBIÉN ENTRE 2005 y 2010)

Tras fracasar en Los Ángeles Lakers, Mike Brown vuelve a la tierra que le vio nacer y que fue su hogar baloncestístico durante cinco años. Y lo hace para tomar las riendas de un proyecto que apunta maneras. En su anterior etapa consiguió que los Cavaliers de Lebron James llegasen a playoffs, se asentasen en ellos y alcanzasen una final, la de 2007, en la que cayeron por 4-0 contra San Antonio Spurs. Ahora, con Kyrie Irving como nuevo líder del parqué, Brown tiene la obligación de devolverlos a la senda del éxito.

En 2005, Cleveland, que no acudía a los playoffs desde 1998, fue su primera experiencia como head coach. Sólo contaba con 35 años de edad y siete de experiencia en los banquillos de la NBA, como asistente de Bernie Bickerstaff (Washington Wizards, 1997-1999), Gregg Popovich (San Antonio Spurs, 2000-2003) y Rick Carlisle (Indiana Pacers, 2003-2005). Anteriormente había estado en Denver Nuggets durante cinco años (1992-1997), encargándose de realizar sesiones de vídeo y el scouting del equipo. A nivel universitario, cursó sus dos primeros años de carrera en Alemania y los dos siguientes en San Diego, donde se vistió de corto para jugar en el equipo de baloncesto, aunque cuando acabó se decidió por ver los partidos desde la banda.

En sus experiencias como asistente se hizo valer por su trabajo en la parcela defensiva, estilo que impuso en el equipo de Lebron James y compañía, hasta llevarles a postemporada en las cinco temporadas que se mantuvo en el cargo. A pesar de las enormes carencias del equipo, los Cavs de Brown nunca cayeron en primera ronda, además de alcanzar la final de la NBA  en 2007 y volver a la final de conferencia dos años después, en un curso en que el de Ohio fue nombrado mejor entrenador de la liga.

En 2010, tras caer ante Boston en las semifinales de conferencia, Mike Brown fue despedido, a pesar de haber marcado en liga regular el segundo mejor récord de la franquicia –el mejor es de 2009, cuando consiguieron 66 victorias en 82 partidos. Tras una temporada como comentarista televisivo llegó su gran oportunidad, la de suceder a Phil Jackson en el banquillo de Los Angeles Lakers.

Brown fue criticado desde el principio por su trabajo en California. El equipo perdió la fluidez ofensiva de antaño, mientras que en defensa, la que se suponía su especialidad, tampoco eran un equipo brillante. En playoffs cayó en segunda ronda, por 4-1 ante Oklahoma City Thunder, y las dureza de las críticas aumentó hasta hacer la situación insostenible, a pesar de que se tratase de una temporada atípica por culpa del lockout.

Al inicio de la 12/13, con una victoria en cinco partidos y una pretemporada para el olvido, los Lakers destituyeron a Brown, considerándole incapaz de conducir un equipo diseñado para conquistar el anillo tras las incorporaciones de Steve Nash y Dwight Howard. El tiempo demostró que el único problema no residía en el banquillo, o quizá el remplazo elegido, Mike D’Antoni, tampoco era el correcto.

Ahora, el hijo pródigo vuelve a casa para redimirse del fracaso angelino. En Ohio, desde la llegada del nuevo milenio, no saben lo que es meterse en playoffs sin Mike Brown. Ahora, la estrella es Irving, las incógnitas Andrew Bynum y Anthony Bennett y la gran pregunta es si los Cavaliers volverán a convertirse en aspirantes sin que James regrese al equipo cuando se convierta en agente libre el próximo verano, un rumor que ha sonado mucho.

INDIANA PACERS – FRANK VOGEL (4ª TEMPORADA EN EL CARGO)

frank-vogel

Entrenador de moda en una de las franquicias de moda, en continuo ascenso desde la llegada de Vogel al banquillo en el año 2010. Labor intachable en su primera experiencia como líder del banquillo.

Sus primeros pasos en el baloncesto semiprofesional los dio en Juniata College, una universidad de la tercera división de la NCAA donde cursó sus tres primeros años de Biología, carrera que finalizó en Kentucky. El cambio de universidad se debió a un hombre admirado por Vogel, Rick Pitino, el entonces entrenador de los Wildcats.

Tras la graduación, el ahora técnico pacer continuó en Kentucky encargándose de elaborar los vídeos para el equipo dirigido por Pitino, quien posteriormente ejerció de padrino para su entrada en la NBA. Cuando él recibió la llamada de los Celtics para ser entrenador jefe en 1997, se llevó a Vogel a Boston para realizar un trabajo similar al que hacía en el equipo universitario. Cuando los Celtics despiden a Pitino en 2001, Vogel se mantuvo en Massachusetts como en asistente de Jim O’Brien, su nuevo padrino.

Desde entonces, su carrera se mantiene muy unida a la de O’Brien, quien fue despedido en enero de 2004. Al año siguiente vuelven a coincidir en Filadelfia, donde ambos se mantienen por una temporada.

Tras esta experiencia pasajera en la ciudad del amor fraternal, Vogel pasa dos temporadas realizando labores de scouting,primero en Los Angeles Lakers (2005/06) y después en Washington Wizards (2006/07).

En el verano de 2007 vuelve a encontrarse con O’Brien en Indiana, para ejercer nuevamente de asistente hasta que, el 30 de enero de 2011, Vogel recibe la oportunidad de dirigir al equipo. Los Pacers habían ganado 17 de los primeros 44 partidos, lo que motivó el despido de un O’Brien incapaz de meter al equipo en playoffs durante los tres cursos anteriores. Sin embargo, Vogel llegó y besó el santo: marca de 20-18 y primera clasificación de los Pacers a postemporada desde 2006.

Los Pacers cayeron en playoffs, ante Chicago Bulls por un contundente 4-1; pero llegar hasta ahí parecía imposible a mitad de temporada, por lo que la directiva confió en Vogel como head coach. La apuesta se ha mostrado como ganadora en las dos siguientes temporadas, con récords de victorias superiores al 60% en liga regular y con actuaciones brillantes en playoffs, plantando cara a los Miami Heat en ambas ocasiones.

La llegada de Vogel ha coincidido con la vuelta del esplendor pacer, al que han contribuido las irrupciones de Roy Hibbert y Paul George, el Jugador Más Mejorado de la temporada pasada. De estar lejos de la postemporada a convertirse en uno de los aspirantes al título en sólo tres años. Sin duda, el trabajo de este hombre de 40 años es digno de elogio.

DETROIT PISTONS – MAURICE CHEEKS (1ª TEMPORADA EN EL CARGO)

La renovación producida este verano en los Pistons ha afectado también al banquillo, donde Maurice Cheeks ha sustituido a Lawrence Frank, ahora asistente de Jason Kidd en Brooklyn. “Damos las gracias a Lawrence por su arduo trabajo y dedicación, pero creemos que lo mejor para la franquicia es hacer un cambio en este momento” manifestó Joe Dumars, presidente de la franquicia, tras despedir a Frank.

La experiencia de Cheeks en la NBA inicia en el año 1978, cuando Philadelphia 76ers elige, en la 36ª posición del draft, a este base que llegaba de West Texas State University. En la ciudad del amor fraterno permaneció hasta 1989; once años que le sirvieron para acudir a cuatro All-Star (1983, 1986, 1987 y 1988), recibir diversos reconocimientos por su labor defensiva –cuatro veces incluido en el mejor quinteto defensivo (1983, 1984, 1985 y 1986) y una en el segundo (1987)– y ganar el campeonato de 1983 junto a Moses Malone y Julius Erving.

Con 32 años, Cheeks se marchó de Filadelfia e inició un viaje que le llevó, en cuatro temporadas, a un igual número de franquicias. Spurs, Knicks, Hawks y Nets contemplaron sus últimos pasos como jugador profesional, con una reducción de minutos progresiva hasta la retirada en  1993, cuando sumaba 36 años.

Acabada una dilatada carrera sobre el parqué, Cheeks encontró rápidamente acomodo en la banda del pabellón. Lo hizo como asistente de Dan Panaggio en los Quad City Thunder de su Illionis natal, equipo de la CBA que ganó el campeonato de 1994, la única temporada en que el hoy entrenador de los Pistons permaneció allí.

La llamada de la NBA le hizo cambiar de aires. Su entrada a la liga fue de nuevo a través de los 76ers, quienes retiraron la camiseta con el 10 de Cheeks el 6 de febrero de 1995. Apostaron por él como asistente de John Lucas, y después mantuvo el puesto con Johnny Davis y Larry Brown. Así hasta que en 2001, tras la final perdida por los 76ers de Allen Iverson ante Los Angeles Lakers, Cheeks se convirtió en head coach de Portland Trail Blazers.

Su primera experiencia al mando de un equipo fue satisfactoria, igualando la marca conseguida por los Blazers en la temporada anterior. Incluso cayeron en playoffs ante el mismo rival, Los Angeles Lakers, y por el mismo resultado, un contundente 3-0. En el siguiente curso, el 02/03, los de Oregón volvieron a completar una buena regular season para caer después en primera ronda. Al año próximo, Cheeks no metió a los Blazers en playoffs, y fue despedido mediada la 04/05, cuando el equipo sumaba 22 victorias en 55 partidos.

Su siguiente destino fue una nueva vuelta a Filadelfia, esta vez como entrenador jefe de los 76ers. Permaneció en el puesto desde el verano de 2005 hasta diciembre de 2008, cuando la directiva le cesó al no encontrar el camino del éxito, mismo motivo que llevó a Iverson a cambiar de aires a finales de 2006. Un despido duro para ambas partes, por todo lo que ha significado Cheeks para esta franquicia.

Desde 2009 y hasta su nombramiento como entrenador jefe de los Pistons, Cheek ha ejercido de asistente de Scott Brooks en Oklahoma City Thunder, donde ha vivido de cerca el crecimiento constante del equipo de Kevin Durant y compañía. Los motivos por los que fue elegido para el puesto los explica el propio Dumars: “El liderazgo y las cualidades a la hora de desarrollas jugadores, como ex jugador que es y como entrenador, combinan muy bien con lo que estamos construyendo para el futuro. Ha ganado un campeonato NBA, ha sido asistente en dos finales (2001 y 2012) y ha ejercido de mentor de algunos de los mejores jugadores jóvenes de la liga”.

Las palabras del presidente piston parecen cargadas de razón, Cheeks puede ser el hombre idóneo para una franquicia que confía en ir a más con los fichajes de Josh Smith y Brandon Jennings. El primer objetivo es meterse en playoffs, algo que llevan sin hacer en Detroit desde el año 2009.

EL CAMINO HACIA EL BANQUILLO DE LA NBA. OTRAS DIVISIONES
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* Gonzalo Carpio del Saz es periodista.

– Fotos: Gary Porter – Jim Young (Reuters) – Daniel Shirey (USA Today Sports)




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