1.- Sin desarrollar un juego ni mucho menos brillante, el Barça ha ganado 4-0. Podría parecer normal, pero no lo es. Y es la tónica general de esta temporada. Nunca se brilla tras el parón de Selecciones y menos con tantas bajas, pero es como si no hubiera importado. Virtudes y defectos han permanecido intactos.
2.- Un equipo estudiado, frío y calculador. No de la manera de hace dos años, sino de una normal. Una en la que no se asumen riesgos en la salida de balón ni se rechazan las opciones de atacar con espacios. Es el primer punto el que permite explicar muchas de las diferencias: al no buscarse superioridades a la espalda de cada línea ni un avance colectivo y coral, al equipo le cuesta más asentarse en campo contrario o encontrar posesiones interminables. A cambio, el nivel de perfección exigido es menor. Un mal pase ya no conduce a que el contrario se plante ante el portero con facilidad. Digamos que es más fácil defender (porque hay más gente atrás) y atacar (porque los de delante tienen más espacio). Claro que el camino más fácil no es el que suele llevar más lejos, pero de momento está funcionando a la perfección.
3.- En esta escasa fluidez en la circulación culé, o al menos falta de continuidad en la misma, influía también un Cesc que vino a hacer de Xavi y de Cesc al mismo tiempo en el día de hoy. De Cesc, ese excelente mediapunta con mucha movilidad que es decisivo tanto pasando como rematando, fenomenal, como casi siempre. De Xavi, mal, como casi siempre también. Recibiendo atrás, no mejora la calidad de la jugada, no potencia a sus compañeros ni los coloca mediante pases: no mueve al equipo. Estando Iniesta en la alineación, choca un poco que sea Fàbregas el interior que más retrasa su posición para recibir por este motivo.
4.- Aunque, claro, globalmente ambos han protagonizado un muy buen encuentro. Andrés ha sido por fin ese líder que, especialmente sin Messi, se hace tan necesario. Inició muy mal la campaña, sí, pero hace tiempo que su mejoría es imparable. Hoy ha regateado, asistido y abierto el marcador. Haciendo estas cosas, seguramente, nunca vuelva a ser el de hace unos años. Al menos no regularmente. Sin embargo, Iniesta es mucho más que eso y, con un rol más protagonista y libre, seguramente pudiera tener más continuidad en la excelencia y hacer olvidar que ni Xavi ni Cesc se acercan al Xavi de hace dos años.
5.- Evidentemente, también ha influido el planteamiento del Granada, cuya intención en ningún momento ha sido ejercer un repliegue intensivo, sino tratar de tener posesiones sorprendentemente largas y atacar. Más allá de los disparos de Piti y algún centro que ha encontrado rematador, no ha conseguido generar demasiado peligro. No obstante, el excelente Brahimi (quien ha dado la tarde a Montoya) y las caídas a banda de El Arabi conseguían meter atrás al Barça. En cualquier caso, quizá su planteamiento olvidara que Pinto, por tiempo que haya estado inactivo, siempre responde. Si el portero suplente perfecto existe, debe de ser él.
6.- Estas caídas a banda de El Arabi han desnudado las carencias del actual Piqué: saliendo de su zona para ir a la banda. Para más inri, la izquierda. La movilidad de Piti, teórico extremo derecho, ha provocado que Adriano no pudiera tampoco cubrir este vacío y que se vislumbrara el posible problema para asentar la pareja Bartra-Piqué (la constituida por los mejores individualmente en la actualidad), especialmente cuando regrese Jordi Alba.
7.- No obstante, los goles del Barça caían por su propio peso y en ningún momento vio peligrar el partido, pese a que el siempre indescifrable arbitraje de Mateu Lahoz diera lugar a las situaciones de descontrol y desconcierto también habituales.
8.- En este contexto, la segunda parte ha servido principalmente para reafirmar la calidad de los nuevos talentos de La Masia. Para ver cómo Bartra, cuando se le den licencias para salir jugando, es uno de los pocos centrales en el mundo capaces de convertir, por sí mismos, en buena la salida de balón de un equipo. Para que Sergi Roberto se ganara que Martino dijera posteriormente que ve en él la bandera del futuro Barça, a la espera de que confirme esta impresión dándole más oportunidades. Y para vislumbrar las espectaculares condiciones que atesora Adama, quien, yendo por detrás de Deulofeu en el ascensor, hace pensar que el Barça tardará muchos años en necesitar fichar jugadores de banda.
y 9.- Una semana más con tres puntos, una más con goleada. Otra más que dará lugar a debates acerca de la manera de jugar del Barça. Si bien es cierto que hay razones para desconfiar de la competitividad en las más altas instancias, el actual Barça ya ha superado a Atlético y Real Madrid y camina por la competición doméstica con una firmeza de la que no puede presumir ningún otro integrante de las grandes ligas.
* Rafael León Alemany.
– Foto: MD
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