"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
El Real Madrid hizo valer su mayor calidad ante el F. C. Barcelona y se llevó el campeonato de Liga tras derrotar a los azulgranas por 85-90 en el Palau Blaugrana. Xavi Pascual encontró la manera de competir contra el conjunto blanco en la segunda mitad del tercer partido de las finales, demasiado tarde para arrebatar a los de Pablo Laso un título merecido y cimentado en unos jugadores de un talento descomunal como Rudy Fernández, los Sergios o Jaycee Carroll y una intensidad defensiva de primer nivel.
El Barça se presentaba en el Palau Blaugrana ante su público con la intención de competir. Con la Final tan cuesta arriba, crear la sensación a su afición de que podrían ganar al Real Madrid debería dar muchas opciones de victoria a los de Xavi Pascual. El primer cuarto comenzó con una falta personal de Ante Tomic en el salto inicial, lo que presagiaba otro encuentro con el croata con problemas de faltas, pero solo fue una anécdota. En esta ocasión el pívot azulgrana apareció y de la mejor de las maneras, finalizando el partido con 29 puntos con dos lanzamientos fallados, un tiro de dos desequilibrado y uno desde la línea de personal. Con Tomic como referente ofensivo el Barça disputó un buen primer cuarto, el primero de la serie tras dos partidos que se habían decidido prácticamente en esos diez minutos iniciales. Sin embargo, Doellman fue el único ayudante del croata y el conjunto blanco, mucho más coral, no sufrió y finalizó con un 17-17 que tranquilizó a los de Laso y creó dudas en el Palau.
No fue un partido de exhibiciones por parte de los madridistas. Rudy Fernández no fue protagonista y los Sergios estuvieron a un nivel más bajo de lo habitual, aun siendo partícipes claros de la victoria blanca. El Real Madrid demostró fondo de armario y polivalencia para adaptarse en este partido y Jaycee Carroll, que hizo de Rudy durante todo el partido, y los veteranos Maciulis y Nocioni mantuvieron el nivel anotador del conjunto blanco en el segundo cuarto. Tras cuatro minutos y medio de período el marcador señalaba un favorable 24-30 para los blancos que todavía no había fallado lanzamiento en ese tiempo y una antideportiva de Satoransky conseguía sacar del partido al Barça. El Real Madrid aprovechó dos minutos de enajenación mental azulgrana y castigó con un duro parcial que puso el partido muy cuesta arriba llegando la máxima diferencia de los blancos (26-40) justo antes del descanso.
El Barça había dejado de encontrar soluciones ofensivas. Una vez más en esta serie el Barça encontraba su poder de anotación en un solo jugador, en esta ocasión Ante Tomic; en los partidos anteriores Mario Hezonja, en el primero, y Justin Doellman, en el segundo. Ante ese defícit de opciones el conjunto azulgrana se secó y el Real Madrid continuó castigando. Lo hizo sobre todo desde el exterior con 6/7 en el triple en ese segundo cuarto, con varios dolorosos anotados por Maciulis y Nocioni que dejaban tocados a los culés. Pero no fue solo en ataque donde marcó la diferencia el equipo blanco. La defensa, siempre intensa, marcó la distancia. El conjunto de Pablo Laso buscó marcar el territorio y puso golpes en cada ataque azulgrana, la premisa era sencilla: el árbitro no va a pitar todos los contactos, como mucho, pita uno de cada tres y el Real Madrid buscaba dar tres en cada jugada para que el jugador azulgrana se sintiera intimidado. Lo consiguió.
Tras el descanso, el partido cambió por completo. El Barça subió su ritmo ofensivo, buscó sus ventajas con Tomic y cuando por fin consiguieron cerrarse sobre él los exteriores, que no habían aparecido hasta el momento, hicieron acto de presencia en forma de puntos. La fórmula no tuvo nada que ver con el factor táctico, Xavi Pascual siguió sin ofrecer grandes alternativas a sus jugadores para competir, pero sí tuvo que ver con el factor psicológico. El entrenador azulgrana dio confianza a un quinteto que le funcionó y fue con él hasta el final. Satoransky, Abrines, Oleson, Doellman y Tomic fueron los elegidos y llegaron a poner a su equipo cinco puntos por delante (67-62) antes de finalizar el tercer cuarto. El base generó ventajas desde su físico y consiguió doblar buenos balones hacia el exterior donde Abrines, Oleson y Doellman estuvieron acertados desde el triple y el pívot croata seguía sumando sin parar.
Eso no fue suficiente. Sergio Rodríguez, Nocioni y, sobre todo, Jaycee Carroll acabaron con la fuerza azulgrana a base de anotación exterior. El canario volvió a meter a su equipo en el partido con dos triples cuando el Barça mejor estaba, el argentino anotó cuando los azulgranas fallaban y alejaba una y otra vez sus opciones con triples de esos que sentencian a cualquiera y Carroll fue un continuo en el cuarto período. El americano firmó 11 puntos sin fallo en el cuarto y dejó cualquier reacción en nada. Finalizó el partido con un lanzamiento a 14 segundos del final que sentenciaba definitivamente el encuentro, poniendo el marcador con cinco puntos de ventaja para los blancos: lo hizo con un tiro bien defendido, en una muestra más de la mayor calidad blanca. El Madrid cimentó el título en esa calidad individual, jugando continuamente con parejas de ataque para, cuando conseguía uno de los dos atraer la atención de la defensa, doblar para el hombre libre. Así de simple, así de complicado. Así venció el Real Madrid de Pablo Laso.
* Iñaki García.
– Foto: ACB Photo
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