El Barça de los delanteros

por MARTI PERARNAU el 15 enero, 2015 • 17:25

De Luis Enrique hemos estado esperando que tomara aquellas decisiones tácticas que más desea o que más siente, aquellas con las que se encuentra cómodo en su modo de entender el juego. Observándolo desde el exterior, durante meses dio la sensación de que planteaba los partidos con cierta incomodidad, sin acabar de mostrar su verdadera propuesta. Lo que más ha influido en que lo percibiéramos de este modo fue la mutación de centrocampistas: del Rakitic inicial al Xavi del Bernabéu, movimiento que resultó desconcertante porque supuso un giro importante en la propuesta de juego, como si el entrenador dudara de sus propias ideas y optara por retornar al juego de posición tradicional de la casa blaugrana.

Desde el inicio de 2015, e independientemente del resultado obtenido en cada encuentro, de la alineación presentada y de las sensaciones desprendidas, el equipo ha dado otro giro importante, dejando atrás la etiqueta del Barça de los centrocampistas para convertirse en el Barça de los delanteros. La zona central ha dejado de ser un terreno donde masticar el juego buscando la digestión perfecta y ha pasado a ser una zona de puro tránsito. Esta profunda modificación estructural está en consonancia con las ideas que se conocen de Luis Enrique y, sobre todo, con el tipo de juego que mostró en el Barça B, de rápidas transiciones ofensivas. A su vez, coincide con la fortaleza de los tres atacantes actuales, posiblemente la delantera con mayor potencial en la actualidad.

Como todo modelo de juego, la propuesta del entrenador obliga a alinear a los futbolistas más adecuados a dicha modalidad, lo que deja al descubierto algunos interrogantes tanto en las contrataciones que se realizaron como en el choque de modelos de juego que hay si se mira hacia abajo, hacia las categorías inferiores del club, que llevan años formando jugadores para otro tipo de juego. Falta por saber si esta versión de principios de 2015 será la propuesta definitiva de Luis Enrique.