"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
La Final4 de balonmano disputada en Colonia se resolvió en un cara o cruz en la prórroga con derrota de un Barcelona que se ha paseado por la Liga Asobal frente a un Hamburg que es quinto clasificado en Alemania y participante de rebote en esta Champions. Invitado con una wild card, el equipo alemán se adjudicó la plaza en un torneo de repesca que también ganó en la prórroga ante el Saint Raphael francés.
Estos datos avalan la tremenda distancia entre la Bundesliga alemana y la depauperada Asobal. Aunque España es campeona mundial y barrió a los alemanes en cuartos en ese torneo de enero, su liga es de mentirijillas. Tenía cierto empaque cuando el Portland San Antonio se peleaba con el Barça o cuando el Ciudad Real debía sufrir un poco para reiterar sus victorias. Ahora, la liga española es un torneo menor. El único rival posible del Barcelona, el Atlético de Madrid, ya no tiene el viento de los molinos del Ciudad Real, cuya herencia recibió. Esta temporada aún ha aguantado un poco, pero está montando un equipo de segundo nivel para la próxima y dolerá ver las enormes gradas de Vistalegre más despobladas todavía.
En tanto, el Barcelona se dispone a reforzarse con dos artilleros de lujo, Karabatic [oficializado hoy mismo] y Lazarov, con lo cual se abrirá más aún la brecha entre los azulgranas y los demás equipos de un torneo que en buena parte de las formaciones cada vez parece más la antigua División de Honor B.
Hace ya muchos años, el inolvidable Josean Gasca me dijo, hablando de baloncesto, que si el Real Madrid seguía creciendo y fichando jugadores debería tener un equipo B para jugar la liga española y dedicarse solo a jugar una liga europea todavía inexistente. “No puede ser que cada vez haya un abismo mayor entre ellos y los demás. Es un aburrimiento”. Pues bien, algo parecido puede pasar en la Liga Asobal. El Barça sólo ha perdido un partido esta temporada, casi al final del torneo, en Logroño, y en la próxima está destinado al pleno absoluto, a goleadas de escándalo por mucho que ralentice su paso.
Y aquí enlazo con la final de ayer. El HSV Hamburg tiene una gran plantilla, pero eso no basta en Alemania, donde Kiel, Flensburg, Rhein Neckar Löwen y Füchse Berlín lo han hecho mejor. Ha perdido siete partidos en la liga y a falta de dos jornadas está a siete puntos del Kiel. Y es el campeón europeo. Pero se notan, claro, las muchas horas en el crisol frente a un Barça en el congelador, y la próxima temporada se notará más aún.
El Barcelona, que se deshizo en semifinales de un Kielce polaco en alza, trabajó bien en el partido decisivo, tuvo ventajas en la primera parte, pero en la segunda le faltó solidez. Los alemanes movieron el banquillo y ni siquiera la entrada de Sterbik les frenó. A los azulgrana les faltaron recursos, tiradores, para superar a un Hamburg que en la víspera había sufrido una hemorragia de goles ante el Kiel (aunque también les pagó con otro tsunami rematador), pero que supo contener las acciones de un Barça recividante, sin variedad de colores en la paleta. Un equipo que con Karabatic y Lazarov sí podrá subir ese peldaño que falta en la campaña venidera.
El problema será, insisto, la inanición de la liga española, que ve cómo salen y salen jugadores a equipos extranjeros. Ante rivales capitidisminuidos, ante equipos que viven casi del sorteo del jamón, el Barcelona deberá planificar muy bien su trabajo para no llegar a Colonia, de nuevo escenario de la Final4, con falta de punch competitivo, de minutos tensos, de choques de trenes como se ha visto en la durísima edición de este año. Todo ello, si llega a dicha cita, porque cada vez hay más halcones en la competición y a los clásicos se añade ese Kielce en progresión, el Veszprem húngaro que casi apea al Kiel en cuartos y que sigue fichando y fichando… y el Paris Saint-Germain, que está montando un equipo tremendo.
El Barça jugó con ocho españoles en Colonia. El año que pueden ser solo seis… los mismos que estuvieron presentes en la final de la Copa EHF entre dos equipos extranjeros, el Nantes y el Rhein Neckar Löwen, con triunfo de los alemanes de los gemelos Guardiola en cancha de los franceses de Valero Jr., Alberto,Entrerríos, Maqueda y Borja Fernández.
Todo un problema para el nuevo seleccionador Manolo Cadenas, que curiosamente también emigra porque entrenará al Wisla polaco. Desde allí deberá controlar a los seleccionables porque en enero espera el campeonato de Europa de Dinamarca, donde los locales sueñan con tomarse una cumplida revancha de su humillación en el Palau Sant Jordi. Algo le podrá contar a Manolo el seleccionador femenino Jorge Dueñas, que tiene a doce de sus quince seleccionadas en equipos extranjeros.
Porque, en efecto, los entrenadores españoles también se van. Esta temporada lo han hecho, entre otros, Antonio Carlos Ortega y Ambros Martín, que han logrado los títulos masculino y femenino en Hungría y, en el caso del canario, también la Champions de chicas. Para la próxima campaña se añaden el mencionado Cadenas y el exseleccionador Juan Carlos Pastor, que dirigirá al Szeged húngaro.
El balonmano español empieza a parecer un desierto. Y somos campeones del mundo, insisto.
* Pedro Gabilondo es periodista. Ha cubierto 9 ediciones de Juegos Olímpicos (desde Munich 1972).
– Foto: EFE
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