La ría baja cargada de letras. De fútbol y de pasión. En Bilbao, futboleros ellos, llevan tiempo acercándose al juego desde otros ángulos, atacando la portería contraria desde el verbo sentido de Galeano, desde los planos cinematográficos de David Trueba o desde los relatos cortos de Casciari. Ellos son solo algunos de los ilustres que se han vestido de corto para saltar a la otra Catedral, la literaria, esa que estos días edifican en el Botxo. Allí se celebra la sexta edición de Letras y Fútbol, un festival donde la palabra es la estrella del partido.
“Desde la Fundación del Athletic queríamos abordar ámbitos de trabajo que en otros clubes no se desarrollan. Uno de ellos era el de la cultura”, rememora Galder Reguera, encargado de la Responsabilidad Social Corporativa de la Fundación. Bajo ese paraguas desplegaron una serie de líneas estratégicas con la literatura, el cine, el arte o el diseño como protagonistas y con el balón como telón de fondo. Los goles no tardaron en llegar. Primero fue el Festival de Cine Thinking Football, en el que todas las películas seleccionadas están relacionadas con el balompié y con su influjo en la sociedad. El siguiente paso fue conjugar deporte y literatura en un once por el que ya han pasado autores como Enric González, Eduardo Sacheri, Simon Kuper, Sergi Pàmies, Martín Caparrós o Manel Vilas.
Desde el Athletic pretenden abrir nuevas sendas con este Festival. Vías alternativas con las que ampliar la comunión entre afición y equipo. “Se trata de devolver a la masa social una porción de lo que da al club”, cuenta Reguera. “Estamos intentado aportar algo a la sociedad. Es algo muy positivo. Estoy muy ilusionado con esta iniciativa”, apostilla José Ángel Iribar, adjunto a la presidencia y embajador del club rojiblanco. Esencia de la entidad vizcaína: “Representamos unos valores, una forma de entender el fútbol, y el club forma parte de esa realidad social que se inserta en un conjunto más amplio que es Vizcaya”. En esa idea de club abierto a sus aficionados se entiende la última innovación de Fútbol y Letras: un club de lectura.
Es la novedad de esta edición que tendrá lugar entre el 2 y el 6 de noviembre en la capital vizcaína. Con esta iniciativa los seguidores del equipo bilbaíno han podido recomendar diferentes libros a las figuras más destacadas del club. De todas esas recomendaciones recibidas a través de la web del Athletic, el presidente, Josu Urrutia; el entrenador, Ernesto Valverde; el capitán, Carlos Gurpegui; o el mayor mito de la entidad, José Ángel Iribar han elegido un libro que posteriormente leerán y comentarán en un acto público. “Una muestra más de compromiso, que es otra de nuestras señas de identidad”, explica Galder.
Algunos como el Txopo Iribar se han comprometido por partida doble y no se han podido decantar por un solo libro. “Soy un lector intermitente, leo lo que puedo, pero era una idea fantástica y creo que me puede animar a leer más” , dice el histórico portero del Athletic que alterna las lecturas de El fútbol a Sol y Sombra de Eduardo Galeano con La vida que pensamos de Eduardo Sacheri. “Galeano es más biográfico y periodístico, el de Sacheri se basa en pequeños cuentos que resultan entrañables, fácil de identificarte con ellos. Son estilos diferentes pero estoy disfrutando de ambos”, explica Iribar, quien reconoce que no se lo pensó ni un momento a la hora de apuntarse al club de lectura.
Algo influyó en la decisión del portero, la espina que tenía clavada. El escritor uruguayo –que falleció el pasado mes de abril– participó en uno de los primeros Letras y Fútbol, pero ambas leyendas no se conocieron personalmente. El Txopo toma la palabra: “Quiero rendirle un pequeño homenaje, unas palabras por su gran trayectoria, algo sencillo en cualquier caso”. Aunque eso le ponga un poco nervioso, no está acostumbrado a hablar ante una audiencia tan amplia. “El presi, Urrutia está igual”. Tendrán que tirar de valentía como ha hecho Mikel Balenziaga. El lateral izquierdo del Athletic no es ni mucho menos un lector habitual y al conocer la iniciativa se apuntó voluntariamente. Acaba de terminar de leer Mussche (Lo que mueve el mundo en Euskera) de Kirmen Uribe. Y el reto aquí era común, ya que si Balenziaga terminaba el libro, los alumnos de Jonan Bedialauneta, profesor de ikastola de Sopela (Vizcaya) que recomendó su lectura, también se lo tendrían que leer. En Sopela ya tienen deberes.
Pero las actividades de esta semana cultural y deportiva no cesan ahí. Si el año pasado repartieron más de 60.000 cuentos entre los viajeros del metro y autobús de Bilbao, en esta edición se ha apostado por el cómic. “Son dos obras inéditas: Diamanteak, Urrea eta Ikatza (Diamantes, oro y carbón) y El portero que se repartirán en librerías y transporte público”, desvela Reguera, quien puntualiza que se tratan de lecturas para un público adulto: “Nos pasó con los cuentos el año pasado, no eran cuentos para niños. En ocasiones es mejor fomentar la educación y la cultura en los adultos y que desde ahí se filtre a los más jóvenes, desde el ejemplo”.
Y para predicar con ese ejemplo, la Fundación del Athletic ha vuelto a reunir un plantel de lujo para las charlas coloquio que comienzan el próximo lunes. Entre los asistentes destacan nombres como los de Eduardo Mendoza, Manuel Jabois, Ronald Reng, Juan Tallón o Martí Perarnau. “Abordamos todas las creatividades que utilizan la palabra para comunicar, queremos saber por qué les interesa a esos poetas, escritores, actores o periodistas el fútbol como tema o por qué les puede repeler”, comenta Galder Reguera. Manuel Jabois le da la réplica: “Es un juego que me atrae periodística y literariamente. Hay vencedores y vencidos, es la atmósfera que representa Gay Talese, y eso es muy atractivo. El fútbol me cautiva de forma poética porque es algo que sobrevive de mi infancia”.
Pero ¿qué lugar ocupa el deporte rey en la sociedad contemporánea? ¿Cómo influyen sus patrones de comportamiento en ámbitos como la economía, la xenofobia o en la idea de globalización frente a culturas particulares? Son preguntas que buscan respuestas en Letras y Fútbol. Martí Perarnau intenta aportar su visión: “Existe una serie de libros relacionados con el fútbol que no hablan de marcar goles o del estilo de juego. Nos enseñan las aristas que tiene este deporte, como el problema de los hooligans o las depresiones que llevan a los deportistas de élite a un destino trágico. Ese tipo de escritores aportan a la sociedad mucho más de lo que la gente se imagina”.
Para Manuel Jabois, un Festival como Letras y Fútbol tiene una misión clara: “Aportar una mirada más tranquila que no pierda una ápice de la pasión que genera el fútbol. Se trata de inflamar el verbo y no las acciones que conducen a la violencia”. Conoce bien el periodista gallego a esta España cainita donde se celebran más las caídas ajenas que las victorias propias, aunque defiende que eso también forma parte del juego, que es parte de la pasión, pero siempre que se sepa encauzar. Perarnau, por su parte, lanza una reflexión que ha flotado en el ambiente de Letras y Fútbol en anteriores ediciones: “Se habla de la cultura como si fuera un ente superior al fútbol, pero cuando Bill Buford se adentra en un tren lleno de ultras y cuenta esas experiencias en un libro, está realizando una actividad creativa, eso también es cultura”.
Galder Reguera sale rápido al corte: “El fútbol y la cultura han estado relacionados desde sus inicios. Ha sido una cultura obrera, no elitista. A principios del siglo XX hay pinturas sobre campos de fútbol, y en Inglaterra o en Argentina hay mucha literatura futbolística”. Iribar corrobora el auge que los libros, deportivos o no, entre los jugadores: “Ahora es común verles con un libro en la mano en los viajes o en las concentraciones. Algunos van con el libro electrónico, dicen que les facilita la lectura aunque yo prefiero pasar las páginas, tocar el papel, tocar la historia que estoy leyendo”. Algo que ha cambiado mucho desde las tardes en que defendía la portería del viejo San Mamés: “En mi época no se escribía tanto de fútbol. Nosotros éramos más de jugar a las cartas”.
Ese boom de libros deportivos (y sobre todo futbolísticos) que se ha producido en los últimos años tiene un componente de burbuja literaria para Manuel Jabois que durará lo que perdure la calidad de los mismos y las buenas historias que contar. Profundizando en esa idea, a Martí Perarnau le fascina el proceso de elaboración, de análisis y de resumen de libros como el de Ronald Reng: “En Letras y Fútbol me gustaría hablar con él de Robert Enke. Una vida demasiado corta y cómo se realiza un libro de esas características, cómo se aborda la recreación de una tragedia desde diferentes puntos de vista y manteniendo el máximo rigor”.
La relación, en cualquier caso, entre el fútbol y la literatura no es nueva y son muchos los clubes que se han servido del relato elaborado por algunos de sus seguidores más ilustres para alimentar pasiones y coser cicatrices. Inolvidable resultará para siempre la imagen creada por Vázquez Montalbán para su Barça con aquel Ejército desarmado de Cataluña que supondría la primera piedra del Mès que un club. Por no hablar de Roberto Fontanarrosa y Rosario Central, con la palomita de Aldo Poy como emblema. “El Madrid, sin embargo, nunca ha necesitado refugiarse en ningún discurso. El discurso del Madrid ha sido siempre la victoria, incluso cuando no la conseguía, porque ya estaba pensando en la revancha”, declara Jabois.
Para el autor de la letra del himno de la Décima ningún equipo, en cualquier caso, cuenta con un discurso tan auténtico como el Athletic Club: “Es algo que va más allá del fútbol, que se entronca con una forma de ser y de vivir el club que es única en la élite. Nadie se nutre hoy en día exclusivamente de los suyos, de su cantera, y encima demuestran que son competitivo”. Ese ADN rojiblanco ha sabido salvaguardar su esencia, y saltar a otros terrenos de juego como el literario. Ahí también encontramos libros que alimentan el sentimiento de pertenencia. “El hijo del hincha, de Jose Mari Isasi, es uno de los libros que siempre recomiendo. Está inspirado en el Athletic y me resulta fácil reflejarme en lo que cuenta”, confiesa Iribar.
Así, entre recomendaciones literarias y reencuentro de amigos, entre abrazos sacados de los libros de de Nick Hornby y con el maestro Galeano en la memoria, celebran hoy el compromiso de una pasión compartida. Porque han decidido llevar a escena aquella frase de Juan Villoro que decía que la literatura no se enseña, se contagia. Como si de un virus se tratara, entre libro y libro, desde el Athletic pretenden inocularlo para seguir formando a su manada. Pero por otros caminos. Lejos de Lezama o la grada de San Mamés, para que sea la palabra quien les guíe al fútbol. Y entonces sí, leer mejor el vuelo de la pelota.
Los libros elegidos por los protagonistas en el Athletic Club de Lectura:
* Emmanuel Ramiro es periodista.
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