Carles Planchart es el responsable del grupo de análisis en el Bayern de Múnich. Dicho grupo se encarga del análisis de los rivales y también del rendimiento propio, para lo que selecciona, archiva y resume aquellas jugadas, movimientos y acciones que Planchart considera fundamentales, tanto las que son colectivas como las individuales.
Todo este material se entrega a Pep Guardiola. Las del partido ya jugado se le entregan de inmediato, a la conclusión del mismo, para que el entrenador revise los aspectos más interesantes, pero es un material que en el corto plazo no resulta demasiado útil porque al cabo de tres días vuelve a disputarse otro partido y la prioridad se fija en el mismo y no en analizar el que ya se ha disputado. Pero no se olvida, sino que se reserva para determinados momentos de la temporada en los que haya más tiempo libre y el entrenador pueda reunirse de manera individual con los jugadores para repasar con ellos estas acciones relevantes.
Al terminar cada partido también se le entrega a Pep el análisis que Planchart y sus colaboradores han realizado sobre el siguiente rival. Por lo general, ellos revisan un promedio mínimo de cinco o seis partidos recientes del contrincante. No tiene sentido revisar partidos mucho más antiguos porque se dan demasiados cambios: jugadores lesionados, sancionados, modificaciones tácticas, etc, y además Planchart ya posee una gran base de datos de la mayoría de equipos (de la Bundesliga o de Champions League), por lo que no necesita retroceder demasiado en el tiempo.
No obstante, hay un gran matiz en este criterio. Si imaginamos el caso del rival que llegará estos días a Múnich, el Arsenal inglés, para dicho análisis lo más importante consiste en revisar partidos en los que el Arsenal haya planteado tácticas de juego similares a las que pueda disponer en el Allianz Arena. Es decir, si Planchart y Guardiola imaginan -y es muy probable que lo imaginen de este modo, visto lo ocurrido hace dos semanas en Londres- que el Arsenal jugará bastante replegado, el análisis dará prioridad a revisar aquellos partidos anteriores en los que el equipo de Wenger haya jugado replegado aunque no sean rabiosamente actuales. Tendría poco sentido establecer conclusiones a partir de un encuentro jugado por el próximo rival de una manera totalmente diferente a como lo hará este miércoles, aunque se tratara de un partido muy reciente.
Como campeonato muy bien organizado que es, la Bundesliga facilita cada lunes a primera hora de la mañana las imágenes de los partidos a todos los equipos competidores. Cuando hablamos de imágenes no nos referimos a las habituales de televisión, pues esas no son útiles para el análisis, sino que hablamos de las captadas en formato panorámico, que permiten observar simultáneamente el movimiento de los 22 jugadores. Esta es una facilidad muy interesante que ofrece la organización de la liga alemana a todos sus miembros, lo que no sucede en la competición europea, en la que resulta mucho más complicado obtener dicho formato de imágenes, lo que ha propiciado aventuras rocambolescas por parte de numerosos equipos para conseguirlas.
Habitualmente, Guardiola revisa personalmente los partidos del rival que Planchart le ha seleccionado. Por ejemplo, este pasado sábado, aprovechando un viaje veloz a Barcelona para visitar a su amigo Johan Cruyff, empezó a revisar aspectos específicos del Arsenal, tarea que continuó el domingo en su casa. Una vez ha extraído sus propias conclusiones, Pep las contrasta con el resumen que ha efectuado su grupo de análisis y con todo ello realiza una síntesis que presentará a los jugadores en los dos días previos al partido. En este caso, además, se trabaja sobre el conocimiento del partido jugado hace quince días más la propia experiencia de las numerosas ocasiones en que Guardiola se ha enfrentado al conjunto de Wenger.
¿De qué sirve tanto análisis? Pues como tantos otros factores que intervienen en el fútbol, depende. A veces no sirve para nada porque el rival modifica sus acciones o porque el azar y las incidencias del juego dictan su ley, pero en otras ocasiones resulta de gran importancia porque ofrece a los jugadores un conocimiento detallado de todo aquello que el contrincante puede realizar. Conocer al enemigo siempre ha sido una poderosa herramienta en todos los enfrentamientos.
– Foto: Focus
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