Tal vez el día más memorable para la la afición al fútbol de Nueva Zelanda llegó hace justo cuatro años. Ese día consiguió empatar a uno contra Italia con un gol de Shane Smeltz en una de las mayores sorpresas de la fase de grupos del último mundial. De hecho, los oceánicos conseguirían acabar el grupo por encima de los transalpinos, que acabaron últimos con tan solo dos puntos (el otro punto venía de un empate contra Paraguay en la primera jornada de esta primera fase que cerraron con una derrota ante Eslovenia). Los neozelandeces, en cambio, acabaron el mundial invictos, con tres empates, pero no lograron pasar de ronda por primera vez en su segunda participación. La primera expedición neozelandesa se había desplazado hasta España 1982, donde acabaron perdiendo sus tres partidos después de quedar encuadrados en un un grupo muy potente, el de las sedes de Sevilla y Málaga, con Brasil, URSS y Escocia.
* Dave Bridge.
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