La selección argentina consiguió su primer título del mundo al derrotar a los Países Bajos por 3-1 en Buenos Aires. Fue la final de los papelillos en el campo. La final del frío austral. La final de un mundial que debía ganar Argentina por lo civil o lo criminal. Y si no que se lo pregunten a los peruanos que recibieron un 6.0 en Rosario más que dudoso con el que los de Fillol, Kempes o Tarantini conseguían el goal average necesario para dejar en la cuneta a Brasil y pasar a la final y derrotar a los Rensenbrink, Brandts o Van de Kerkhof. De este modo, los argentinos se impusieron en el primer mundial que se jugó con la revolucionaria pelota Adidas Tango. Tango tenía que ser. Y en Argentina. Palmas de tango en el Monumental de Buenos Aires. El árbitro de aquella controvertida final, el italiano Sergio Gonella, anunció su retirada poco después, argumentando que ya no tenía nada que conseguir en este deporte y que arbitrar partidos de liga tenía ya poca entidad para él.
* Dave Bridge.
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