El Campeonato del Mundo de Sopot ha dado comienzo con el reparto de los dos primeros metales, que han ido a parar al cuello Broersen y Whiting. La neerlandesa consigue el primer oro para los Países Bajos desde Van Hulst (1.500 en 1985 y 3.000 en 1989) y Cooman (oro en el 60 en 1987 y 1989) en 1989. Es el quinto metal para este país. Whiting rompe con la hegemonía europea en el lanzamiento de peso, pero para ello ha tenido que exprimirse al máximo en una final con un nivel altísimo y con cinco lanzadores superando los 21 metros. En esta jornada también hemos vivido la primera jornada del heptatlón, en la que Eaton cierra con 3.653 puntos (6,66 en 60, 7,78 en longitud, 14,88 en peso y 2,06 en altura). Las previsiones hacen pensar que podría estar muy cerca del récord del mundo. La pértiga parece que será decisiva.
En cuanto la actuación española, destacó Ruth Beitia, que volvío a demostrar que está para ser nuevamente medalla en un gran campeonato. Toni Abadía también brilló al conseguir marca personal en el 3.000, pero se quedó a un puesto de la final.Igual que Borja Vivas, que estuvo virtualmente en la final hasta un último lanzamiento.
Eaton empezó con marca personal en el 60, pero no fue capaz de superar los 8 metros en la longitud. Esto le hizo estar por debajo de las proyecciones del récord del mundo, pero lo compensó con buenas actuaciones en peso y en altura. Mañana le esperan las vallas, la pértiga y el 1.000. En estos momentos el récord del mundo es factible. En vallas está en marca personal y puede estar cerca de 7,60. En salto con pértiga tiene este año 5,35, y el día del récord hizo 5,20. Todo hace indicar que llegará al 1.000 con posibilidades de récord del mundo. Estar cerca de 2.,2/2,34 le podría valer para conseguirlo, siempre y cuando compita en sus marcas del año en las vallas y pértiga. Destacado ha sido el concurso de altura de Krauchanka, logrando superar los 2,21, lo que le coloca en segundo puesto, pero con mucha igualdad en las proyecciones.
La segunda jornada es la mejor de Sintnicolaas, que tiene una gran pértig, prueba que puede ser decisiva en el desenlace final en el reparto de los otros metales. Van der Plaetsen, Krauchanka y el neerlandés parecen destinados a luchar hasta el último metro del 1.000 por esas dos medallas. El oro, salvo accidente, será de Eaton.
Nadine Broersen (Países Bajos.) 4.830; Brianne Theisen-Eaton (Canadá) 4.768; Alina Fodorova (Ucrania) 4.724
Se presentaba como una de las más igualadas y abiertas de los últimos campeonatos. A la tercera prueba se llegaba con Broersen (4.830) en cabeza, gracias entre otras cosas a su récord personal en altura: 1,93 m. En ese punto la brecha era de más de 100 puntos sobre Day-Monroe y Theisen-Eaton. En la longitud, la canadiense estaba contra las cuerdas después de dos nulos, pero logró saltar 6,13 en el tercero y salvar los muebles. En el 800 se la jugaban en la lucha por los puestos segundo y tecero. Theisen-Eaton salió a por todas y marcó un parcial de 62” en el 400. Su esfuerzo tuvo recompensa y se alzó con la plata y un nuevo récord nacional con 4.768 puntos. La sorpresa vino de la mano de la ucraniana Fodorova, que consigue el primer metal para su país por tan solo 6 puntos sobre Day-Monroe. Curiosamente Fodorova estaba fuera de los tres puestos que daban derecho a participar en Sopot 2014, pero dos días antes de cerrar el plazo para la consecución de marcas se fue al campeonato húngaros y consiguió el oro.
Ryan Whiting (EE. UU.) 22,05; David Storl (Alemania) 21,79; Thomas Walsh (Nueva Zelanda) 21,26
Parece que hay una máxima por la cual los norteamericanos se alzan con los triunfos en los campeonatos del mundo de pista cubierta y los europeos hacen lo propio con los disputados al aire libre. Las últimas grandes competiciones, JJ.OO. y Campeonato del Mundo de Moscú, fueron dominados por los europeos, que hicieron añicos los rankings previos a la competición. En esta ocasión, Whiting hizo valer su excepcional estado de forma para superar a Storl y conseguir así su segundo título mundial. El alemán ha vuelto a dar su mejor versión en un gran campeonato, pero sus 21,79 fueron insuficientes para superar los 22,05 de Whiting. El tercer puesto se lo llevó Walsh, la sorpresa del concurso. El neozelandés había presagiado un gran concurso después de una temporada austral plagada de éxitos, pero el resultado supera todas las expectativas. Se ha comentado mucho en su país la rivalidad futura que podían tener Gill y Walsh. Por ahora toma ventaja Walsh sobre el campeón del mundo júnior, que no ha competido este invierno. Majewski volvió a competir bien, pero esta vez sus rivales han estado a más altura. El polaco ha hecho marca de la temporada, pero le faltaron unos centímetros para encaramarse al podio. Extrordinario el búlgaro Ivanov, que superó los 21 metros y batió su récord nacional. Vivas quedó noveno en la clasificación (20,19) y no pudo acceder a la final.
La noticia fue ver sufriendo a Vlasic para clasificarse. Beitia demostró un gran estado de forma y logró saltar sin complicaciones 1,95. Las sensaciones han sido inmejorables. Del resto de favoritas la única que no ha logrado saltar esa altura ha sido Vlasic, que ha tenido que ser repescada en 1,92, pero estará en una final en la que se presume un duelo a cuatro bandas entre Kuchina, Vlasic, Beitia y Licwinko. La alemana de origen francés Jungfleisch y la sueca Green intentarán buscar la medalla, pero parece que lo tendrán complicado salvo fallo de las favoritas.
Realmente fue una serie matinal sin sorpresas. El mejor tiempo fue de Regina George con 51,60. Magnífica impresión la causada por la bahameña Miller, que corría en 52,10. Es una atleta que entró cuarta en el Campeonato del Mundo de Moscú en el 200 y ya había sido campoena del mundo juvenil (Lille) y júnior (Moncton). La única favorita que tuvo problemas fue a la subcampeona de EE. UU., Atkins.
Muchas variaciones con respecto a la mañana. En la primera semifinal se caía Rosolova y George no salía, dejando el paso libre a la jamaicana Hall, vencedora con 52,87. Atkins confirmó la mala impresión de la mañana y se quedó fuera de la final. La segunda fue mucho más disputada, con Ryzhova arriesgando mucho con una salida suicida que al final le costó el puesto en la final. Miller corrió tácticamente muy mal. Se llegó a abrir en la última curva y le pasaron por dentro, pero logró salvar los muebles y se metió en la final. Si corre mejor, tendrá opciones de medallas. McCorory venció esta semifinal con 51,35 y Spencer fue segunda con 51,58. En total, dos jamaicanas en la final. Esto demuestra que hay que contar con ellas para el relevo 4×400.
Clasificación sin sorpresas. Todos los favoritos pasan ronda, destacando Brown (45,84), que fue el único que bajó de los 46”. Le tocó la serie de Maslak, pero el checo se limitó a clasificarse y no luchó por el primer puesto. Ujakpor compitió en esta serie entrando en 47,16. Realizo un primer 150 rápido, pero finalmente no pudo aguantar el ritmo de los primeros. El último en clasificarse por tiempos fue el británico Levine, con 46,64.
En la primera dominó Maslak desde el principio. Su parcial fue de 21.19 y no dejó lugar a la duda. Por detrás se produjo una fuerte lucha que acabó con Clemons y Gordon en segunda y tercera posición. Inicialmente se había clasificado Steele, pero fue descalificado por pisar la línea. La segunda semifinal se la llevó Brown por delante de Brenes y Verburg. Fuera de la final se quedó Luguelín Santos que no corrió bien tácticamente. Después de ver las semifinales parece que Maslak toma ventaja, pero es de suponer que la final será una lucha sin cuartel por coger la calle libre en cabeza. Brown también dominó con mucha claridad tanto las series de la mañana como la semifinal de la tarde. EE. UU.tiene a sus dos hombres en la final, lo que hace pensar que tendrá ventaja a la hora de correr el relevo.
Pocas participantes debido a que hubo bajas de última hora como Korobkina, que finalmente correrá el 1.500, y Bobocel y McColgan por lesión. Solo tres atletas fueron eliminadas. La primera semifinal fue una exhibición de Genzebe Dibaba, que está un peldaño por encima de todas las demás. En la segunda vimos a Jamal y Obiri en gran forma, algo que ya se presumía. Entre estas dos atletas y Hassan podrían estar las otras dos medallas. En la final estarán las dos atletas que entrena Abdi Bile (Desalegn y Mohammed), ahora entrenador de Emiratos Árabes Unidos.
Aquí si tuvimos la primera sorpresa de la mañana con la eliminación de Silas Kiplagat, uno de los grandes favoritos. También caía Lopez Lomong, campeón de EE. UU. Con anterioridad se daba a conocer la baja del líder del año, Moustaoui, por lesión. Su compañero de entrenamientos, Souleiman, causó una buena impresión y venció en la segunda serie por delante de Willis. Ambos lucharán por las medallas. La primera serie fue para el alemán de origen etíope Tesfaye. La tercera fue la más rápida y en ella se impuso Wote (3:36.75) por delante de Iguider. Por la impresión causada por el etíope, puede estar muy arriba en la final. Mechaal se fue a 3:41.27 y se queda fuera de la final.
Aregawi demostró que es la gran favorita y que salvo sorpresa mayúscula el título será suyo. La primera serie fue para la marroquí Arafi con 4:10.95. Kampf tiró toda la prueba y logró clasificarse por puestos, dejando fuera a la rusa Korobkina. La segunda serie fue una auténtica exhibición por parte de Aregawi y la tercera se la llevó Moser, pupila de Salazar. Segunda entró la albanesa Gega, mientras que Macías fue cuarta con 4:17.14. En última posición llegó Bulut con más de 4:24. La turca corrió su segundo 1.500 desde su sorpresiva plata olímpica. De cara la final el oro parece que tiene dueña, pero los otros metales estarán más reñidos. Moser y Arafi fueron las que mejor impresión dejaron en las series.
Se produjeron varias sorpresas, una de ellas la no clasificación para la final de Muir, atleta británica que había mejorado 7 segundos este año su marca personal. Tampoco alcanza la final Ajee Wilson ni ninguna rusa. La mayor decepción se la llevaba Hinriksdottir, que después de firmar una excelente carrera se enteró que su descalificación por pisar la línea. En una final de 800 no es habitual no ver a ninguna rusa. Cichocka venció con mucha comodidad en la primera serie y realizó la mejor marca del año con 2:00.37. Lupu se hizo con la segunda semifinal con 2:00.65 y la tercera se la llevó la suiza Buchel, que se aprovechó del trabajo incansable de Price, que tiró toda la serie, y consiguió un nueva marca personal con 2:00.93. Buchel ya ha sido bronce en el Campeonato de Europa sub-23 de Tampere.
La clasificación era dura y así se demostró, con atletas de mucho nivel que se han quedado fuera. Entre ellos Kevin López, que tuvo la mala suerte de coincidir con Aman. El etíope venció con 1:46.73 y Kevin, que llevó el peso de la prueba, entró tercero con 1:47.34. La segunda serie fue para el sudafricano Olivier, que venció con 1:46.18, y la tercera, para Kszczot con 1:45.76. Osaigie entró pegado al polaco con 1:45.88. Esta tercera serie fue lanzada por el keniano Mutai, que se quedó sin recompensa y fuera de la final. Aman, Olivier, Kszczot son los favoritos en la final.
Pearson venció en la primera con 7,79, igualando el mejor registro del año. En la segunda venció la norteamericana Ali con 7,87, con la panameña de origen norteamericano Lewis en segundo lugar (7,91). La francesa Billaud se llevó la tercera con 7,87 adelantando a la saltadora de longitud DeLoach-Soukup. La británica Porter ganó la cuarta con 7,95. En total cuatro atletas nacidas en EE. UU. estarán en las semifinales.
Ningún atleta logró bajar de los 6,50 en esta primera ronda. Kilty fue el mejor de las series al firmar unos explendidos 6,53 y Chambers fue el segundo con 6,57. Por contra los norteamericanos estuvieron lejos de sus registros del año. Bracy realizó una salida muy mala (0.206), pero logró remontar. Kimmonds se fue a 6,68. Buena impresión la causada por el chino Su (6,58), Rogers (6,59) y Jakubczyk(6,57) El jamaicano Carter se quedó en 6,58. Esta primera ronda tampoco indica mucho. Algunos atletas han preferido reservarse.
Se convirtió en un paseo triunfal para los favoritos, clasificados sin ningún problema para la final. La lucha fue en los hombres de segunda fila, que pelearon por un puesto en esa final. Birmimgham tiró en la primera semifinal y Robertson en la segunda. Este esfuerzo tuvo su recompensa, porque ambos se clasificaron por tiempos. Toni Abadía hizo marca personal (7:46.36), pero no logró acceder a la final. El duelo en la final está servido entre Kenia, Etiopía y EE. UU. En los enfrentamientos previos Etiopía salió vencedor, pero Kenia tiene a dos atletas de 3.29 en 1.500.
La sorpresa saltó en el primer intento, cuando el polaco Strazalkowski que se fue hasta los 8,18 m. Nunca antes había sido capaz de pasar la barrera de los 8 metros. Reif, con 8,13, y Tsatoumas, con 8,10, fueron los siguientes en la clasificación de longitud. Duda da Silva y Torneus lograron la clasificación en el último salto. Menkov saltó 8,04, pero ya no hizo el último intento. Stewart, Gaisah –medallista en Moscú– y Saladino se quedan fuera de la final.
Eran solo once participantes las que competían con la finalidad de eliminar solo a tres. Pobre concurso en el que la octava Li saltaba 13,76. Mosina, Costa y Jagaciak son las tres atletas que se quedaron fuera. La mejor marca correspondió a Williams (14,35). Koneva y Saladuha son las grandes favoritas para la final.
* Óscar Fernández Villar.
– Fotos: Getty – Fotobank.PL/UMS
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