“¿Qué hay de tu agria polémica con Fede Porta?”, pregunta el amigo comensal. Y yo que me parto la caja. Aunque, de repente, pienso: “¿Pensarán eso de verdad?” Y advierto que, claro, amigo Fede, hace días que no atiendo mis obligaciones en el E-pistolario público que mantenemos. En privado ya conoces las causas: la espalda que se quiebra, el gripazo que te tumba y ese maravilloso viaje a Bilbao para un debate de altos vuelos que me permite, más allá de la vivencia especial entre Lezama y San Mamés, conocer a dos escritores de gran categoría intelectual: Bill Buford y Simon Kuper, la crème de la crème. Escribiré de ellos y de sus ideas en breve, pero antes discúlpame, amic, por tanta desatención…
Así que creen que, a cuenta de árbitros y victimismo, nos habíamos agriado. Es un gran chiste. Resulta curiosa la velocidad de los acontecimientos. O su liviandad, mejor dicho. En tres días, los grandes asuntos se observan cual hormigas ínfimas. Salvo lo de Pep, evidente, que está siendo largo como sólo Pep sabe alargar sus cuitas. Ahora que todo el mundo tiene opinión sobre todo, te confieso no tener opinión sobre lo que hará Pep. Hace un par de meses sí la tenía, lo que es síntoma de que no tenía opinión, sino más bien creencia, que parece lo mismo sin serlo. Entonces creía que Guardiola renovaría de inmediato. Atendidos los plazos más perentorios, sigue sin hacerlo para desasosiego culé (supongo que mayoritario, aunque ya sabes que más de uno se frota las manos por si se va).
Si somos sinceros, nadie sabe nada por más que muchos aparenten saberlo todo de Pep. ¿Lo sabe, acaso, él mismo? Imagino, especulo, que lo habrá hablado con su esposa; quizás con Tito, especialmente por la influencia emocional de su recuperación física; probablemente con Manel Estiarte, su amigo del alma. Y quizás con nadie más. Con ellos sí. Con el resto, jiji jaja. E imagino también que sus dudas no transitan por los caminos clásicos y tienen que ver, exclusivamente, con sensaciones personales, estados de ánimo, capacidad de seguir peleando. El deporte es una guerra muy cruda y cruel. Hay que tener un carácter especial o una gran voluntad para seguir peleando después de tanto pelear. No advierto conformismo ni ganas de dormitar. Simplemente, ¿quiero seguir viviendo en medio de esta batalla? ¿Quiero seguir batallando? Nosotros vemos la batalla desde fuera, donde no salpica. Y los aficionados también. Pero ellos están donde el ruido y la furia, donde las flechas y las corazas. Y eso es duro para la cabeza, por más que sea agradable para la cuenta corriente.
La única certeza es que Pep ha logrado ser dueño de su tiempo y sus decisiones. No es moco de pavo para la época que nos ha tocado vivir. Renovará o no, según le dicte su cabeza. Y lo anunciará cuando nadie lo espere; no en vano, él planificaba la siguiente jugada incluso antes de recibir el balón. En esto hará igual.
Déjame añadir un elogio a tu Santoral. Me encanta esa sección que has ido construyendo a partir del E-pistolario original. La pieza de Paulino Alcántara; la maravilla de Los 5 Magníficos maños; ese Pirri majestuoso, símbolo eterno del madridismo; la similitud entre Pete ‘Pistol’ Maravich y el malherido Ricky; y hoy, el ‘Pelucas’ César, el futuro rey destronado por Messi. Fantástico. Gracias de corazón, Fede.
Madrid, jueves 15 de marzo de 2012
– Foto: Archivo FC Barcelona (2011)
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