"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
Mi considerado amigo,
Como la vida actual es un zapping, el viernes me pareció ver otra atrocidad del merchandising y el sábado, escuché sin atención cómo mencionaban a una de tus apuestas favoritas. Por partes, como decía el Jack el Destripador: Sigue sorprendiendo el aspecto desolador del Páramo Miniestadi cuando juegan los nens del Barça, con lo requeteestupendos que son. Así, imposible que los barbilampiños asusten a rivales con toda la barba, de los que se afeitan con hacha de sílex, como el Hércules. ¿Era el Hércules, no? Lo digo por sus escuchimizadas rayitas blanquiazules, casi inapreciables, tipo pinstripes de mis queridos Yankees. Con la excusa de los ingresos atípicos, algún día veremos a once tipos vestidos de lagarterana o con tutú a modo de pantalón. Cómo se pasan, qué desaire continuo a las señas de identidad de cada cual. En el caso que nos ocupa, a ver: Franja bien gorda azul centrada en el pecho, secundada por dos blancas o Alicante no es Alicante, acabáramos. Y en todas partes cuecen las mismas e incomestibles habas, ya lo sabemos. Un día, si quieres, Martí, nos dedicamos a la perversión sobre los colores.
Segunda, que oí hablar de tu protegido Sergi Samper. Tras contemplar el tumulto de flores que has dedicado al chaval, primer clasificado en la interesante y utópica propuesta de herederos de Xavi, me apeteció escribirte sobre la cantera blaugrana. Por si alguien duda aún, y seguro que no eres tú, eso no es ya producción espontánea de espárragos silvestres o generación puntual. La Masia Joan Gamper Productions es una fábrica de sueños para ascender, vender y regalar, descomunal su producción. De ahí que desee provocarte. Ya sabes, ante la próxima campaña, carísimo Bale, a la espera de Neymar, el Barça se promocionará a base de panellets caseros, dulces y sabrosos como los yogurines asturianos, sólo que con mejores ingredientes naturales. Y entre esos panellets, te propongo mi juego de preferencias: Sergi Roberto y Bartra, menudo par de dos. Sobre los jóvenes, el sabio dicho del mantenerse, ardua tarea tras el llegar, que ya cuesta un potosí. No sé, francamente, dónde queda el techo de Cuenca y Tello, si serán flor primaveral ante lo que abrasa el sol barcelonista; ni tampoco conozco los tramos pendientes hasta la eclosión del mejor Montoya, que me encanta, ni apostaría el resto por Dos Santos, aún reconociéndole categoría internacional.
Pero Sergi Roberto y Bartra son harina de otro costal. El primero es centrocampista de los que cabe uno en su molde. Él y basta. Del segundo me admira la potencia en el arranque y la voluntad de caudillaje cuando gobierna desde el centro de la zaga. Y hasta le pondría una vela a Kubala para rogar por el rápido abandono de los pajaritos en la cabeza de Gerard Deulofeu, quien no puede permitirse un nido justo ahí si quiere ser el mejor atacante catalán desde Charly Rexach, con lo que ya ha llovido. Ilústrame, pues, cuando puedas, sobre la situación de tu Barçax35, elitista mercado de valores donde las empresas unipersonales también suben y bajan en su cotización. A muchos de los aspirantes, dudo entre calificarles como estrellas contribuyentes o personal de relleno, sin ánimo de faltar. La diferencia, al 80% de la totalidad de plantel, una burrada, estriba entre perpetuarse para la Champions o ganarlas a porrillo, por ser descriptivos, que no eufóricos. Seguro que mantienen el actual nivel, por supuesto, y ahorran una pasta en caras miradas al exterior, al escaparate mundial, pero no las tengo todas en que aporten el suficiente porcentaje de valor añadido, término que detesto y que hoy sirve para barridos y fregados, como muestra ese botón.
Martí, por cierto, ¿quieres que, un día de estos, hablemos de Ricky Rubio? Cuídate.
Poblenou, lunes 27 de febrero de 2012
– Foto: Álex Caparrós (FC Barcelona)
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