"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
Querido amigo:
Casi resulta obligado comentarte en E-pistola cómo se vive y respira El Fichaje por estos pagos. Por aquello del más vale caer en gracia que ser gracioso, diría, desde esta peculiar atalaya donde sólo subo para contarte el panorama, que la llegada de Neymar ha sentado estupendamente por tus tierras de origen, sin unanimidades, claro, que eso ya no se lleva en ningún aspecto. Gusta del ex del Santos su abierta apuesta por el Barça aun cuando diversos tipos de moscones anduvieran dispuestos a torpedear la operación poniendo el resto sobre la mesa. El largo camino realizado para cortejar al flamante astro, la estrategia de acoso, derribo y seducción, ha resultado, finalmente, un éxito para el Barcelona. Y cuando pensamos en los restantes aspirantes y decimos resto, al parecer, eran las reservas completas de fichas del casino colocadas en el farol, gentileza de diversos y afamados tahúres. Como en el mundo del fútbol todo se mece en el funambulismo de la alegalidad, digamos que los diez millones avanzados y el deseo del chaval privaron por encima de talonarios en gesto, empero, nada romántico. A Neymar le apetecía, seguimos haciéndonos composición de lugar, mudarse a Barcelona desde que recibió aquel meneo en el Mundialito japonés, cuando Guardiola cuadró el círculo con siete centrocampistas que se movían cual mariposa para picar como avispa en las defensas de un Santos descuajeringado ante la impensable variedad táctica. Y eso ha prevalecido por encima de mayor exageración en las millonadas ofrecidas. No le llamemos lírica, pero no resulta demasiado común, desde luego, ya acostumbrados a que se lleve la pieza quien más pague por ella.
¿Es legal el precontrato, penalizar con indemnización de locura si cambias de parecer? Martí, hace lustros que hemos perdido la vara de medir en tales aspectos, ya no sabemos nunca qué es ético o estético en el fútbol, y menos si escuchamos las arbitrarias y veleidosas razones de aquellos que defienden el periodismo de camiseta. Por tanto, no hay juez que pueda sentenciar ya con objetividad tales procederes, tan habituales. De todos modos, el baile de cifras generado por la compleja operación, con dos clubes, dos empresas y no sé cuántos intermediarios a bordo, debería ser cortado de raíz por el Barcelona en saludable ejercicio de transparencia. Vamos a ver, ¿cuánto ha costado hacerse con el mozo? Para saberlo, más que nada, por la curiosidad intrínseca a cualquier movimiento que se realice en una sociedad democrática dentro de una entidad que pregona su espíritu abierto, sin dobleces ni escondites. Que una cosa es predicar y la otra, dar trigo. Al fin y al cabo, nadie va a clamar de momento al cielo por equis millones arriba o abajo y más tratándose de un figura de YouTube al que las nuevas tecnologías y la globalización han convertido en la gran esperanza blanca mundial en materia de promesas futbolísticas.
Existe curiosidad por conocer la cifra aproximada, más que nada en aras de entregarnos inmediatamente al ejercicio de la cuenta de la vieja, consistente en recordar los 50 millones previstos para refuerzos en el verano actual y cuánto se ha llevado la primera operación. Detrás, si hacemos caso a su planificación anunciada, deberían llegar dos porteros, un central y quién sabe si otro delantero en situación que recuerda aquella canción de Celia Cruz y su “no hay cama pa tanta gente”, cambiando cama por guita. Entre tan primaria suma y el overbooking de elementos en el actual plantel, contados los cedidos que regresan, aquella voluntad de realizar apenas retoques se trocará en una operación de entrada y salida digna de estación de metro en hora punta. Sin llegar a la revolución, podemos asistir a la primera práctica con fuego real capaz de alterar una etiqueta demoledora: el Barça, como cualquier superpotencia, compra caro y vende barato, acostumbra a pagar el gusto y las ganas cuando se sienta en la mesa de negociación y el de enfrente advierte que tiene la cartera del ricachón a mano. Ahora, entre el traspaso de Valdés y unas cuantas operaciones que involucran a expromesas de la cantera, el panorama se pone interesante, realmente. De ahí, en teoría, deberán salir los ingresos para sufragar los nuevos pagos y esa supone completa novedad en la casa.
Sigamos con las derivadas. Entre Neymar y los 100 puntos ligueros a punto de ser igualados, los golpes de efecto entre esos eternos vasos comunicantes favorecen muy mucho el grado actual de moral de la entidad y tropa blaugrana. Atentos, pues, a la necesaria reacción igualadora de Florentino, máxime cuando se desate en campaña electoral y prometa traer al moro, al loro y al señor de Puerto Rico sin reparar en gasto. La pelota propagandística ha caído en su tejado y espera devolución, que de eso va eternamente esta curiosa y ya conocida estrategia de desgaste al adversario. En otro punto del panorama, aplazado ahora en el tiempo, a ver cómo le sale la jugada del brasileño a Sandro Rosell, que se la ha vuelto a jugar personalmente en el envite. Hace ya diez años, la cosa le salió de chupa dómine con Ronaldinho. Tanto, que arrogarse la paternidad de tan revolucionario fichaje le convirtió en presidente in pectore así que abandonó la vicepresidencia por rotundas divergencias con Joan Laporta. Su victoria en las presidenciales quedó así cantada. Si Neymar hila fino en la cancha, se somete sin fricción al reinado de Messi –tal como ya viene anunciando– y el equipo recupera pegada para mantener hegemonía, cuando menos por aquí, tenemos presidente hasta la reelección, sin oposición que valga, no es necesario ser Nostradamus para vaticinarlo. De momento, ilusión ha inyectado y de eso vive el aficionado cuando no hay resultados que comentar.
En fin, Martí, así parecen las cosas por aquí o, al menos, esa es la impresión que causan. Por supuesto, nadie olvida el resultado de semifinales de Champions gracias a Neymar, pero entre él y el centenar de puntos digamos que las aguas bajan plácidas y dispuestas para un reconfortante baño. Lo comprobaremos, seguro, el próximo lunes, caso de confirmarse la iniciativa, cuando la cresta aparezca sobre la hierba del Camp Nou y computemos el número de almas apuntadas a su presentación. Si hay multitud, pues eso, que valdrá lo apuntado en estas líneas.
Cuídate, caballero, y a seguir atentos al mercato, que este verano nos distraerá más que una buena novela policíaca. Un abrazo,
Poblenou, en espera del Gallo
* Frederic Porta es escritor y periodista.
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