E-pistolario: Doña Espe, a.k.a. Sara Mago

por FREDERIC PORTA el 22 mayo, 2012 • 14:45

Mi querido Martí:

Permíteme de nuevo abusar de tu diván virtual, recurso al que llego tras pasar una mañana con las sienes moraítas de martirio, como cantaba aquella folklórica en copla. Mal se me había puesto el cuerpo tras la victoria del eufemístico otro fútbol en Munich -a punto estuve de pedirte el hombro-, cuando aparecen en este martes de marras las proverbiales dos tazas del caldo. Pésima noticia amba, suficiente por calado para arrancarme de las ensoñaciones documentales y amarillentos papelones en los que, ya sabes, ando sumergido. Para papelón, por cierto, el de doña Espe. ¿Cómo actúo, apreciado amigo? ¿Domino las riendas de mi indignación o las dejo sueltas? ¿Opto por la ironía en presunto passing shoot cuando ellos van a garrote y tentetieso? Lo que no me apetece es callar ante la enésima muestra de su atrevida ignorancia, ante su deseo de manejar al prójimo, su creencia y sentimiento, según convenga al antojo de la casta que la crió y la jalea. Vaya con la silbatina y la amenaza explícita de aquella que bautizó a don José, el enorme, digno e indignado, en Sara Mago para quedarse ancha como el campo de Castilla y convenciéndonos de que aquí no se echa, ni recicla, ni siquiera a políticos ausentes de clase cuando tocaba ética. Con que floten y suelten bullshit en determinadas direcciones, a cierta patria les basta. No importa desfachatez, carencia, ni siquiera memez. Si respeta intereses de casta, vale y cuela. Patente de corso dispone, pues, la aprendiza de liberal que no recuerda, ni aplica, el ABC de tan respetable y añeja creencia, la aportada por Disraeli, ¿recuerdas?, cuando espetaba a su adversario aquello tan lindo de “discrepo de usted, pero daría mi vida para que usted siguiera disintiendo”. Si non è vero, è ben trovato. Si no es textual, por ahí andaba la maravillosa diatriba.

La enésima cólera de Dios -con lo mal que le ha ido a este Estado seguir ese camino pedregoso desde el primer Aguirre, don Lope-, asegura que la Copa es de España y cabe aplicar códigos penales ante silbidos, chiflas y abucheos varios. Ancha como el campo de Castilla. ¿Suena de algo la libertad de expresión? Al parecer, no. Como tampoco les debe sonar a quienes ceden la calle a Falange Española a ver si son ellos capaces de impartir el debido orden entre los tozudos periféricos. Back to the fifties, then… Vaya, y nosotros que la creíamos preocupada por la catástrofe de su Bankia, por los números rojos de la Comunidad o entretenida con el hijoputa (es su pública definición, jamás la nuestra, que nos hemos molestado en educar y respetamos a sus correligionarios ministrados, es de justicia), a quien tanta obsesión y tiempo dedicaba por un quítame allá esos protagonismos políticos. Que silben, si así lo desean y haga el favor, señora, de meterse en la piel y los sentimientos ajenos, por humana empatía y ruego. Y si no se mete, déjelos en paz, no incordie ni tenga el cuajo de venir a aleccionarnos, precisamente usted, ejemplo de nada, cómo debe bajar cada cual las escaleras o vestirse por donde le apetezca. De redentores y trileros, el país lleno, así nos va. Es usted quien ha gestionado la catástrofe, nosotros quien la aguantamos y quienes, téngalo seguro, no la votaríamos ni cuando el infierno se congele, que dicen en tierras de Obama. So antítesis de servidor público (y eso sí debería dolerle como el mayor insulto).

Si, claro, en un mundo ideal y estupendo, absoluto respeto a himnos y banderas. Siempre que no caigas en el ancestral capazo del agravio comparativo y te exijan la ley, el porte y la clase que las Espe de este cortijo singular jamás han demostrado, los unitarios a machamartillo sin acentos ni variantes, ante tu enriquecedora identidad, esa que llevas por gusto, naturaleza y decisión, no por imperativo legal. Por el amor de los cielos, qué tropa, tenaz en desvelar el misterio aconsejado por Shakespeare: Calla y podrás pasar por quien no eres, habla y te desnudarás. Ya sabes, Martí, que el Bardo decía también que ser consciente de la propia ignorancia es un gran paso hacia el saber y que lloramos al nacer porque venimos a este inmenso escenario de dementes. Pues eso, ya que nos vacían los bolsillos con su desastrosa gestión, ya que no hallaron remedio ni cuita para nuestros males, la solución consiste en parar el espectáculo si alguien disiente, si alguien expresa criterio distinto al de ese Gran Mufti que se pirra por un micro con el que arreglarnos la existencia y un púlpito donde darnos la brasa que nunca le solicitamos, oráculo infalible de Delfos.

Señora, ocúpese de sus ciudadanos y déjenos tranquilos, que bastante tenemos con realizar nuestras diarias abluciones de paciencia y tolerancia ante ciertos especímenes que nos roban la paz, la vida, la cartera y la esperanza, sin mayúsculas esta vez.

Martí, hay para sacar bandera blanca ante la necedad, el colmillo afilado y tanta bravata. Si a alguien el cuerpo le pide guerra, que se pille un buen libro de la estantería y calme sus impulsos. O acabaremos Aguirre sin remedio, perdidos, y, eso sí, sería terrible. Mañana dirá que no conviene mezclar política con el fútbol -otra enorme frase hipócrita y hueca- y nos explicará el secreto del buen cocido, cualquier cosa por no apartarse de ahí, de la persistencia en el ridículo. Qué país, Miquelarena…

El Born, martes 22 de mayo de 2012

– Foto: EFE