E-Pistolario: Del Bosque, for president

por FREDERIC PORTA el 29 junio, 2012 • 10:56

Querido amigo,

Sinceras disculpas, Martí, pero la canícula funde el deseo de cartear salvo que la motivación por juntar letras sea generada por algo excepcional. Para el caso, alguien. O sea, Del Bosque. De ahí el titular, for president. Sitúalo en plena antítesis del apuntarse al carro ganador, ese deporte nacional tan necesario para subir autoestimas en prolongados tiempos de bajón como estos. Me encanta Vicente. Me gustaba ya en pantalón corto, estrictu sensu futbolístico, cuando administraba pases a la manera teutona de un Netzer o un Overath, colocando caramelos a cuarenta metros mientras oteaba el horizonte verde con aquella cachaza hoy felizmente confirmada, tras las décadas transcurridas de pública relación. Esa pesada percha le hacía pasar por lento ante la cátedra crítica, que es vitalicia desde su consagrado púlpito en la piel de toro, de ahí que resulte coherente su confesión de pedir reencarnación en Sergio Busquets. Su sino parece no contentar, ni de corto, ni con traje, de ahí que le siente a medida la vocación, compartida con Guardiola, por perseverar, perseverar y sinónimos de lo mismo. No lo ha tenido fácil, ni sigue siéndolo, conseguir aquello por lo que muchos suspiramos: que la banalidad ajena entre por una oreja y salga por la otra. Él, fiel a su espejo, coherente con ideario y ajeno a la charlatanería, va a la suya, en la mejor acepción de tal frase hecha. Y échemelo a la espalda, que aún hay sitio.

¿Bronca con el doble pivote? Pues a insistir hasta que se derritan escépticos y reticentes, que en esta selección de hoy falta gol y con uno a favor ya puede bastar. Por lo tanto, mejor que Alonso esté al quite y Busquets lance el capote para evitar chascos, pérdidas, incitaciones al contraataque ajeno y otras alteraciones cardíacas. Quede abrigado siempre el once, que en Polonia y Ucrania siguen con fresco. ¿Rechinar de dientes ante el tiki-taka? Muy sobria y castellana manera de insistir, sostenella y no enmendalla, ante los logros alcanzados por tan irrenunciable estilo, el único propio, el único apropiado para la excelsa técnica ganadora de los nietos de la cacareada, estéril, primaria furia. ¿Entrar en el debate del 9 puro o falso? Sí, sí, usted pregunte lo que quiera, sólo faltaría, que yo le responderé cuanto me dé la gana, que para eso soy el encargado del chiringuito. Eso sí, sin perder jamás la calma, ni alterar ese rostro impasible bregado en infinitas partidas de póker que dan para dominar el territorio, saber quién va de farol y cuándo echar el resto. En nación de cigarras, esta hormiga sabia de potencial atómico cuenta con el tiempo por aliado. Ese transcurrir de años y ejemplo en el ejercicio de profesión que debe sonrojar a gentes como Florentino Pérez con sólo oír su nombre. En tiempo de veneración por la imagen, por el contenido epidérmico, por arrimarse al sol que más calienta a cada momento, conmueve que alguien como Vicente Del Bosque anuncie señorío, conocimiento enciclopédico, destreza para desenmascarar maldades vacuas con sólo trabajar como trabaja y mostrar cómo muestra cual es el fruto de su constancia, sin amilanarse, ni ceder un ápice a ser como los demás quisieran moldearle. Nada, ni una minúscula concesión. A cambio de ese convencimiento en su razón, hay premio: otra final por saber manejar a la generación de oro con guante de terciopelo.

Incluso en los detalles aparentemente nimios, Martí. Como ese de que Grande creyera en la intuición de Cesc y permitiera cambiarle el segundo por el quinto por simple confianza en el jugador, desterrando ese sentimiento de jerarquía, esa tendencia al ordeno y mando que hubiera distinguido a millones de jefes de este estado en el momento del pánico, en el instante de dar la pauta a quemarropa, a todo o nada. No hay libro de autoayuda más eficiente, ni más barato, que esa manera de mandar, la misma que confía en Sergio Ramos para auparle hasta su venganza más sublime cuando podía sufrir el más abominable de los ridículos, sentenciado a la ejecución instantánea del convencido defensa por la vía del hashtag, guillotina de mayor filo que las utilizadas en la Revolución Francesa. Con Del Bosque, paradigma de la tolerancia y el empeño, no quedan las vacas gordas en mejores manos de pastoreo, de decencia y de tantos valores dignos, buenos, que el fútbol parece empeñado en despreciar. Prescindo de otras comparaciones y lecturas vanas. Me quedo con la coherencia de este señor y vuelvo a expresarle mi más sentida admiración por ser como es y mostrarlo como lo muestra. Que cacareen otros. Él, don Vicente del Bosque, crea desde el íntimo convencimiento. Con eso le basta y sobra para ganarse nuestro respeto incondicional.

Resguárdate del bochorno, querido, y no trabajes demasiado, que eso no se lleva y así nos va.

Poblenou, 28 de junio del 2012

* Frederic Porta es escritor y periodista. En Twitter: @fredericporta

– Foto: AFP