Querido Fede,
Con mi lentitud habitual respondo tu carta, la de la confusión, menudo concepto en estos tiempos confusos. ¡Como para tener las ideas claras con la que está cayendo! ¿Has conocido alguna época más confusa que la actual, con mayor incertidumbre? Yo no y probablemente sea porque se nos han ido cayendo todas las referencias. Para el hombre, el futuro es un horizonte al que nunca llegamos, pero hacia el que podemos orientarnos a base de referencias temporales y espaciales, como esas estacas que puntean las carreteras nevadas. Alguien ha quitado las estacas y nos hemos quedado a ciegas mirando el horizonte. Perdona la filosofada, pero hay días para todo y hoy tocaba esto.
¿Confusión en el Barça? Más bien en su entorno, que es ese actor que te arropa cuando no te hace falta y te deja desnudo cuando necesitas cubrirte. ¡Es que suena cada disparate! Si juntaras todo lo que está diciendo a diario no quedaría ni Messi en pie. Todos fuera, norma de la casa en las derrotas. Ya ni Puyol o Xavi están para nuevas batallas… Lo entiendo, no creas; entiendo que poner unos cromos en una portada y lanzar nombres desde una radio es más atractivo, superficialmente, que analizar en profundidad las causas de unos pocos tropiezos. Porque no olvidemos que si calificamos como menor la temporada del Barça es por unos pocos tropiezos. Alguno llegó por relajación; algún otro por ineficacia en un remate o por precipitación en un acto defensivo; alguno hubo por razones tácticas o de falta de concentración; o vaya usted a saber, que esto es un deporte colectivo e intervienen mil factores.
Pero poco más. No recuerdo grandes críticas al 3-4-3 cuando Guardiola dominó el Bernabéu en diciembre; ni el menor comentario sobre el número de centrocampistas cuando plantó nada menos que a siete en la final del Mundial de clubes (sí, aquella del 3-6-0 como la bautizó el entrenador del Santos), en apabullante exhibición. Y podríamos ampliar esta contradicción con docenas de ejemplos. Sí, la temporada no ha subyugado como las anteriores y tenido cierta sordina en su tono y momentos delicados o negativos, sin duda, pero ya querría cualquiera estar compitiendo hasta el final en seis competiciones distintas y siempre llegando hasta el último aliento.
Te digo todo esto porque, a falta de referencias ciertas, no tengo nada claro que el Barça de Tito deba arrasar con nada y mucho menos con todo, de Alves a Xavi, de Piqué a Tello, de Puyol a Villa, de Afellay a Keita y así hasta que no quede ni el utillero. Es probable que haya habido episodios oscuros en el vestuario y que apreciemos sus consecuencias de manera plausible. Pero permíteme que muestre inmensa cautela ante la avalancha de adivinos que ya dan por traspasada a media plantilla, mientras lanzan nombres de futuribles, sin importar que apenas ninguno de ellos cuadre con el modelo de juego que proponía Pep y que propondrá Tito, el mismo, por cierto, lo que es una garantía de alto octanaje.
Déjame que, tras tu confusión, presente yo mi escepticismo. Me chocaría mucho ver grandes cambios en este equipo. Desde luego, variantes tácticas sí porque el fútbol es acción y reacción y Tito necesita responder preguntas que quedaron en el aire tras las visitas de Madrid y Chelsea al Camp Nou. Y alguna incorporación de peso en puestos hoy debilitados. Y la marcha de algún jugador de repertorio. Ni siquiera descarto que una vaca sagrada pueda decir adiós. Pero no dejemos que nos enloquezcan en estos tres meses que vienen. Con el enloquecido mundo que sufrimos, ¡solo faltaría eso, además!
Así que paciencia y a seguir vendiendo libros en tu Tarraconensis querida, que ya sé que estás en el Top absoluto con tu “Contes del Camp Vell”. Enhorabuena, amic.
Cibelensis, 4 de mayo de 2012
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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