Un muy buen amigo, Frederic Porta, periodista de mil batallas y escenarios, me despierta con esta propuesta de E-pistolario entre Barcelona y Madrid. Recibir una carta en estos tiempos, aunque sea por mail, es motivo de jolgorio. Así que abriremos un intercambio a flor de piel, nada serio: apenas un hola entre amigos. A Fede le contesto en breve, en cuanto sepa qué decirle…
Apreciado Martí,
Preciosa, tu web. Y aporta conocimiento, reflexión e ideas, virtudes poco comunes en este, ay, periodismo deportivo que nos ha tocado padecer al compartir vocación. Ahora que el mainstream del oficio opta por el periodismo de camiseta y bandera, vas y me concedes el honor de compartir tu espacio sagrado, cuando formo parte de los espectadores flemáticos, casi de tópico inglés. Allá vamos, pues. Al fin y al cabo, treinta años -ya- de admiración profesional y afecto personal bien lo valen. Y por meternos en harina, a propósito de cifras, si 30 tacos resultan una bendición para nuestro particular caso, Gardel cantaba la nimiedad de los 20 años en un tango y ansío generarte dudas con los 10 de marras. Puntos, para el caso, un poco pillado por los pelos. Antes de sublevar al personal con la apuesta, Kubala me libre, subrayaré la evidente distancia de 45 puntos pendientes hasta alcanzar el objetivo. Si el Real Madrid gana la contienda en buena lid, dichoso lenguaje bélico aplicado, seré el primero en felicitar al ganador como corresponde en deporte añejo, pero mucho me temo que tal deseo ha desaparecido ya entre nuestras declaraciones de intenciones.
Que te inviten a casa ajena y hacer el feo de protestar y quejarte de entrada equivale al colmo de la falta de modales. Pero entre Mourinho y Pepe, las intrigas de Florentino y los intrigantes colegiados, se pone cuesta arriba proceder con versallesca calma. En este Estado existe un subrepticio deseo de orden natural, ya lo he sostenido en diversas ocasiones, consistente en la maldad de creer que el Madrid debe ganar la Liga y el PP gobernar desde la Moncloa. El resto, anormalidades del sistema o casi, ver girar el mundo fuera de órbita. Poco margen a la disidencia, nula tolerancia para tragar con alteraciones del sistema normal en el transcurrir de la vida. Con lo bonito que resultaría seguir a la gabarra otra vez de paseo, o un paroxismo andaluz de plena euforia, o una traca de Fallas lejos de marzo. No. Desde que imperan las superpotencias, lo de sota, caballo y rey, se limita a los dos primeros. Al monarca se le ofende negando sede para minorías disidentes, pero ya sabemos que, en Sepharad, del Real abajo, ninguno. Ni Juan Carlos puede rechistar, que bastante tiene ya con lo suyo. Manda el constructor. El resto, a callar o a proceder cual palmeros de Peret.
Así las cosas, querido Martí, comprende esta íntima desazón ante la ensoñación de aguantar a un Mourinho triunfal cuando personifica aquello del vencer por cualquier medio, by any means, que electriza el vello a los románticos en extinción. O sea, tú, yo y un señor bajito de Cuenca. Esperemos, al menos, que Pepe mantenga tranquila su tendencia a cocear durante el próximo desfile de la victoria. Por cierto, ¿conoces algún precedente de equipo histórico hegemónico que haya sufrido tanto deseo vecinal por verle pulverizado? Peculiar, el apoyo brindado al Barça de Guardiola. Anhelan verle enterrado, curioso, cuando le observamos aún en periodo de expansión, lejano el cierre del negocio, siendo como somos conscientes de razonar contracorriente.
Sí, el Madrid es de fiar cuando marcha delante, pero vividas ya experiencias de los más variados colores, aún restan 45 puntos y Guardiola los mantendrá tiesos como palos, atentos cual mastines, para amargarles la fiesta. Los compañeros de gremio que apuestan por la tontería de tirar la Liga no conocen al personaje. Ni la pasta de que está hecho ese vestuario, atractivo por antítesis a la arrogancia que destilan algunos profesionales de blanco. Buenos en el desempeño de su disciplina, por supuesto, pero intragables en su conducta. No son ejemplo de nada y para nada, permíteme la franqueza.
En fin, que tampoco quiero abusar de tu paciencia. Sólo añadir que la objetividad no existe en el género humano y el periodismo no parece excepción a la regla, pero, al menos, que no vendan la piel antes de cazarlo gente que sólo aprovecha la institución en su ególatra beneficio. Mourinho, antes o después, dejará el Bernabéu hecho un solar. Y no voy con segundas, que aquí no se trata de un nuevo pelotazo, sino de mostrar señorío y deportividad en el triunfo, valores del tiempo de Carlos Gardel, extirpados como muela cariada entre quienes se llenan la boca con tales conceptos dinamitados.
Que hay Liga, Martí, y tela por cortar. Y el orgullo de ver en contienda a los dos mejores equipos de Europa. Aunque ese detalle le importe una higa a los militantes de cada trinchera, periodistas de bandera incluidos.
Cuídate, un abrazo y sigue cuidando de la web -y de tu vida- como si de un bello jardín se tratara. Que lo es.
Barcelona, lunes, 20 de febrero de 2012
* Frederic Porta es periodista (y amigo).
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