Una de las perlas de la nueva generación de futbolistas alemanas está lista para brillar con más fuerza que nunca. Su fútbol puede catalogarse de mil maneras diferentes: preciosista, brillante, potente, eficaz, elegante… pero la palabra que mejor lo define es único. Está considerada como uno de los mayores talentos que ha dado el fútbol moderno en los últimos años y su nombre estará en la boca de todos y todas en poco tiempo. Es Dzsenifer Marozsán.
Nacida en Hungría en abril de 1992, la joven Marozsán ha vivido el fútbol desde su nacimiento. Su padre, János Marozsán, fue un mediocentro internacional por Hungría a principios de la década de los 90. En 1996 János se mudó al estado alemán de Saarland para jugar en el equipo de la capital, el 1.FC Saarbrücken. La familia se asentó en el territorio fronterizo con Francia y fue allí donde Marozsán empezó a destacar como futbolista en el humilde DJK Burbach, antes de formar parte de las categorías inferiores del club donde jugó su padre. En el 1.FC Saarbücken se convirtió en la jugadora más joven en debutar en la Frauen-Bundesliga y en anotar un gol en dicha competición, en el año 2007.
Su paso por las categorías inferiores de Alemania ha sido exitoso. En el año 2008 fue nombrada Balón de Plata y Bota de Oro en el Mundial Sub-17 que se disputó en Nueva Zelanda, además de conseguir la tercera plaza en dicha competición y ganar el Europeo de la misma categoría también ese año. En el año 2009 recibió la Fritz-Walter-Medaille de bronce en la categoría femenina, quedando solo por detrás de sus compañeras en categoría inferiores de Alemania Marina Hegering y Alexandra Popp. Un año más tarde se proclamó campeona del mundo Sub-20 con tan solo 18 años y en el 2012 fue nombrada Balón de Oro del Mundial Sub-20 de Japón, donde Alemania cayó en la final contra Estados Unidos.
En el verano del 2009 firmó su primer contrato profesional con el 1.FFC Frankfurt, el club más laureado de la historia del fútbol femenino europeo. Con su fichaje, el equipo de Hessen buscaba renovar y rejuvenecer una plantilla muy veterana, y decidieron que la joven mediapunta fuera la base del nuevo proyecto. Desde el primer momento, el entrenador Sven Kahlert le dio la titularidad. Poco a poco se fue viendo que la apuesta del club era acertada. En octubre del 2010, Silvia Neid hizo debutar a la joven Marozsán en un amistoso contra Australia. Su rendimiento en la temporada 2010/2011 fue impresionante, anotando 8 goles en liga y ayudando al equipo a ganar la DFB-Pokal ante su máximo rival, el 1.FFC Turbine de Potsdam. Neid la incluyó en la lista de seleccionadas para el Mundial de 2011 que se disputaba en Alemania, sin embargo, una lesión en los ligamentos de su rodilla derecha, en un entrenamiento en Kaiserau, la dejó fuera del torneo.
La lesión le marcó el inicio de la campaña 2011/2012. La jugadora no se encontraba al 100 % y su nivel era bastante irregular; enlazaba grandes actuaciones con partidos donde no aparecía. Tampoco ayudó su nueva posición en el once inicial. Sven Kahlert la colocó como referencia del equipo en ataque, perdiendo así su llegada desde segunda línea y la habilidad en la fase de creación. Como resultado, el equipo acabó la temporada de manera decepcionante.
Este año las cosas han cambiado. A pesar de haber tenido algún problema con las lesiones, Marozsán parece recuperar su mejor nivel. Está siendo muy regular, liderando al equipo en los partidos importantes. La Eurocopa del 2013 puede ser el gran escaparate que necesita para que los focos del mundo del fútbol se fijen en ella y se convierta en una estrella a nivel mundial.
Jugadora bastante potente, con una fuerza considerable. Ha perdido mucha velocidad después de su lesión en la rodilla y ya no tiene esa aceleración y cambio de ritmo que unidas a su calidad la hacían imparable en categorías inferiores. Aun así, sigue teniendo una muy buena agilidad y una velocidad en los últimos metros muy destacable. No es una jugadora de un gran despliegue físico.
Su posición ideal es la de mediapunta. Necesita estar en constante contacto con la pelota y es muy peligrosa entre líneas, ya que su espectacular visión de juego, unida a su capacidad para asistir a sus compañeras, crea una elevada cifra de ocasiones de gol por partido. No hay que olvidar que también puede sacar a relucir su tremendo disparo. Ella impone el ritmo que el equipo necesita en cada momento. Por todo ello, sin el control de la pelota es una jugadora muy poco útil.
Puede jugar como la referencia más adelantada del equipo, pero su tendencia natural a bajar a buscar la pelota y combinar, haciendo que el equipo juegue sin delantera. También puede jugar de mediocentro. En ocasiones especiales juega ahí, pero tanto el equipo como la jugadora salen perdiendo. Con ella en el centro del campo el equipo gana en salida de balón pero pierde en llegada al área, trabajo defensivo y coberturas, pero sobre todo pierde a la única jugadora capaz de dar el último pase.
Marozsán es sin ninguna duda una de las jugadoras de mayor nivel técnico en el mundo del fútbol. Domina ambas piernas, tiene capacidad para disparar desde cualquier posición y es un peligro sacando faltas y saques de esquina. Su dominio del balón es casi insultante y la habilidad para el regate no se queda atrás. Domina todos los rangos de pase y posee una excelente capacidad para asistir y definir.
* Borja Rodríguez.
– Foto: Mika Volkmann (SID-IMAGES)
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