"La clave del éxito no es jugar como un gran equipo, sino jugar como si el equipo fuera una familia". Stephen Curry
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Brasil no está totalmente de acuerdo con Daniel Alves cuando dice que Douglas es un gran jugador. Durante los más de dos años que lleva militando en el São Paulo, ha sido duramente criticado por la hinchada, impaciente con sus errores en el lado derecho y con el período menos victorioso que el club ha vivido desde el Campeonato Brasileño de 2008, el último de una secuencia de tres títulos nacionales, por primera vez en un club de Brasil.
De todos modos, Douglas juega a menudo. Hasta el momento, han sido 130 partidos con la camiseta san-paulina, y seis goles. “Tiene características similares a las de Daniel Alves”, decía el informe de los emisarios catalanes que desembarcaron en Brasil para ver dos de sus partidos, “y es siete años más joven”.
Presente en la selección brasileña sub-20 que ganó el Sudamericano y fue campeón en el Mundial 2009, también tiene dos títulos por clubes: un campeonato regional de Goiás y la Copa Sudamericana 2012, una especie de Europa League de América del Sur, en São Paulo.
La probable adquisición del Barça no va a ser destacada si su relevancia para el sistema de juego catalán es la misma que la de Daniel Alves, pero podrá funcionar si se convierte en una opción para componer el elenco y participar en situaciones específicas que requieren una alternativa aún más ofensiva que Montoya.
Douglas siempre ha destacado en comparación con sus pares en el entrenamiento físico, y este factor es una de las explicaciones de su estancia como titular.
No tiene la fuerza para destrozar oponentes, pero tiene el aliento para correr más que el promedio. También, de alguna manera se las arregla para mantener el ritmo desde el principio hasta el final del encuentro, aunque no siempre consigue combinar la fuerza física con el pensamiento rápido para tomar las decisiones correctas.
Natural de la ciudad de Monte Alegre, la cual tiene menos de 10000 habitantes y está situada al noreste del estado de Goiás, centro-oeste de Brasil, tiene una manera de ser tímida. En su vida personal no tiene nada que ver, por ejemplo, con Neymar o Daniel Alves. En el césped, sin embargo, es por lo general más flexible. Necesita comenzar bien los encuentros y no acumular errores, ya que esto le hace perder parte de su confianza.
El diestro Douglas suele tomar muchos riesgos y no tiene miedo en utilizar la pierna izquierda. Tiene dificultades para conducir el balón y le cuesta proteger en el cuerpo a cuerpo o cuando recibe la presión por la espalda. Para ser productivo ofensivamente, lo ideal es recibir el balón en conducción, nunca parado, y preferentemente hacerlo en los últimos 30 metros de la cancha.
En jugadas a balón parado, también tiene algo de calidad, especialmente en las faltas frontales y media distancia. En São Paulo no tuvo muchas oportunidades en tiros libres por jugar en el mismo equipo que Rogério Ceni, dueño del equipo desde 1997 y el más grande arquero-goleador de la historia del fútbol mundial (en la fecha de esta publicación, 116 goles oficiales).
Douglas es un lateral –en esencia– ofensivo, lo que se acerca más a su punto máximo cuando la estructura colectiva tiene tres centrales (3-5-2) o tres mediocampistas más defensivos (4-3-1-2). Por otro lado, sobre todo en 2013, mostró una buena versatilidad táctica, siendo una presencia constante más arriba, casi como delantero, en un 4-2-3-1. Y no solo en la derecha.
Llega bien desde la segunda línea, ya que se aprovecha como pocos de las defensas adversarias que se preocupan más por los jugadores que tienen el balón que con los que se mueven para recibirlo. Con Ganso y Maicon –y ahora Kaká–, compañeros que tienen más el balón esperando el mejor momento para pasar, estas características han sido aún más evidentes. Pero cuando el esférico está en sus propios pies, pasando por el centro de la cancha, le gusta romper por el centro, dejando la derecha para las caídas de los atacantes.
Sin la pelota, su preferencia por el desmarque lateral obviamente crece, con el fin de proporcionar más alternativas a sus compañeros, pero tampoco es raro verlo ir hasta el centro del campo para colaborar en la posesión del balón.
Es imprudente en la marca y más a menudo de lo que debería impide el buen funcionamiento de una línea de cuatro jugadores en defensa, ya que descuida sus labores. Sufre a la espalda y para cerrar las vías de paso junto al central derecho. Además, no será capaz de reducir la fragilidad del Barça en las jugadas defensivas.
* Gustavo Carratte es periodista y editor del sitio web brasileño “Conexão Fut”.
– Foto: Rubens Chiri/saopaulofc.net
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