1.- Esta edición de la Champions League se está mostrando muy dura con los equipos que han basado su crecimiento deportivo en su pujanza económica. Antes del partido de esta noche, el Manchester City tiene muy pocas opciones de clasificarse para octavos de final, incluso menos tiene ahora el Chelsea después de su derrota contra la Juventus. También era muy complicado que el Zenit consiguiera su pase, y hoy podría confirmarse que no jugará la siguiente ronda de la máxima competición europea. Algo falla en esos proyectos. Falta de organización, fichajes por nombre y no por necesidad… un poco de todo.
2.- Dos fichajes, dos hombres batieron el récord de gasto en un día por un mismo club, pero ninguno de ellos resulta todavía lo suficientemente decisivo en el Zenit de San Petersburgo como para pensar en que están amortizando los cien millones que volaron con mucho amor desde Rusia hacia Portugal. En todo caso se podría pensar ello de Witsel, participativo en la creación del juego y en la colaboración a la hora de robar el balón, aunque sin prácticamente influencia decisiva en el desarrollo del choque.
3.- De las grandes inversiones del Zenit, sin duda alguna es Danny la más relevante en el aspecto productivo. Se ha notado mucho la ausencia del mediapunta portugués, lesionado durante varios meses. Él es el cerebro que convierte los movimientos del balón en el medio del campo en jugadas de ataque de cierto peligro. Él ha sido quien ha despertado al Zenit del letargo en el que estaba sumido en el primer tiempo con una reacción tras el descanso que lo ha salvado, al menos matemáticamente hasta esta noche, de quedar eliminados cuando pitara el árbitro.
4.- Pero Danny no está al cien por cien físicamente. De ahí que sólo lo hayamos podido disfrutar en plenitud de facultades técnicas durante una fase muy concreta del partido, los veinte minutos después del descanso. Después de ello, la culminación del empate ruso ha sido más fruto de la insistencia y el corazón del equipo que de la organización y creación de ideas colectivas.
5.- Mientras Danny no aparecía, el Málaga vivía tranquilo y a gusto, y no es para menos. Cuando a los nueve minutos de encuentro te encuentras con una ventaja de dos goles en el marcador sin forzar la máquina es presumible que se bajen los brazos y la intensidad, lo que a la postre puede ser peligroso. Pero no fue así en el Málaga. Pellegrini protegió su centro del campo con su habitual doble pivote, Toulalan-Camacho, a los que añadió un trabajador insaciable como Duda, y así las posibilidades del Zenit disminuyeron.
6.- Quizás lo más preocupante del equipo ruso sea la falta de ideas y de colaboración entre compañeros. Al sacar el balón, los centrales tenían delante la única y tímida presión de Santa Cruz y Seba, que bloqueaban la salida hacia Denisov. Con esa simple disposición táctica, hacían que Bruno Alves y Lombaerts sufrieran tremendamente para combinar con los interiores, teniendo que jugar en largo, donde Demichelis y Onyewu (después Weligton) ganaban muy fácil la posesión.
7.- El Málaga no tenía un equipo para aguantar el balón, al contrario que habitualmente. Además del centro del campo más físico que técnico, Pellegrini incorporó a dos jugadores muy rápidos y habilidosos para jugar al contragolpe como son Seba y Buonanotte. Y si la salida del balón desde atrás no era fluida (probable), siempre existía la posibilidad de mandar un melón que Santa Cruz se encargaba de transformar en una pelota útil. Contrarrestaban al Zenit cuando los rusos tenían la posesión y le hacían daño al contragolpe. Plan muy lógico.
y 8.- El partido estaba ya muerto, o esa sensación daba, y Pellegrini optó por dar minutos a los canteranos. Juanmi y Portillo tienen una calidad indudable y servían para el objetivo común de matar el partido a la contra, pero ninguno estuvo del todo fino para finalizar las numerosas intentonas del Málaga tras el fallo de Kerzhakov que pudo suponer el empate al poco de empezar la segunda parte. Al final, uno de los baratos del Zenit, Fayzulin, generó y culminó la jugada del empate. Mención especial en esa acción para Danny, que en su intento de remate a un metro de la línea de gol mandó el balón hacia atrás. Si lo intenta hacer otra vez aposta, no le sale.
* Jesús Garrido es periodista.
– Foto: Málaga CF
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