"Lo que equilibra a un equipo es la pelota. Pierde muchas y serás un equipo desequilibrado". Johan Cruyff
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1.- En los dos minutos que pasaron desde el gol de Evra al empate de Mandzukic, Múnich tragó saliva. El Bayern, lastrado por las bajas, estaba lejos de su mejor versión y sufría para incomodar a un United que, como en Old Trafford, estaba compitiendo como lo que es: un gigante del fútbol europeo. Parecía un contexto perfecto para observar, por fin, la reacción del equipo de Guardiola ante la adversidad. Un escenario que ha logrado evadir por completo a lo largo de la temporada. Tendremos que seguir esperando. El gol del croata niveló el marcador sin que la impaciencia llegara a asentarse en el Allianz Arena y encarriló una eliminatoria que terminó siendo más disputada de lo que nadie hubiera imaginado. Pese a las dificultades, el gran favorito sigue avanzando.
2.- Las numerosas bajas en el centro del campo obligaron a Guardiola a presentar una formación totalmente innovadora cuyo ordenamiento es difícil de describir con números. Lahm y Alaba comenzaban las jugadas abiertos, pero ni bien el balón superaba su posición, se cerraban alrededor de Kroos, único mediocentro y único mediocampista natural del sistema. El uso de falsos laterales ha sido una de las señas de identidad de este Bayern, pero nunca habíamos visto un movimiento tan marcado como el de esta noche. Adelante, Götze era el único enlace hacia una línea de cuatro atacantes integrada de derecha a izquierda por Robben, Müller, Madzukic y Ribéry. ¿2-3-1-4? Algo parecido.
3.- Los resultados del experimento fueron mixtos. La presencia de los laterales al lado de Kroos permitió al Bayern tener una constante superioridad numérica frente a Rooney y Welbeck a la hora de sacar el balón jugado. Los de Guardiola se plantaban en la zona de tres cuartos con facilidad, pero ahí comenzaban los problemas. Con Lahm y Alaba de interiores, Robben y Ribéry no tenían a nadie que los doblara por fuera y tenían que enfrentarse en soledad a una defensa del United que estaba preparada para la ocasión. En la izquierda, Kagawa y Carrick trabajaron incansablemente para nunca dejar vendido a Evra, mientras que en la derecha Phil Jones volvió a demostrar por qué es uno de los defensas más prometedores de Europa. Su incansable duelo contra Ribéry seguramente quedará como uno de los hitos de su carrera.
4.- Destacamos antes la presencia de Götze como único enlace porque, como en Old Trafford, el movimiento entre líneas del Bayern dejó muchísimo que desear. La espalda de Carrick viene siendo el punto débil del United hace ya casi una década, pero a lo largo de los 180 minutos de eliminatoria apenas fue explotada. En la vuelta, la figura de Müller ha sido clave en este aspecto. Sorprende que un jugador con tanto talento y comprensión de juego como el alemán sufra tanto a la hora de encontrar zonas de recepción en el carril central. El United podía amontonar hombres en su área porque nunca había nadie que los incitara a salir. Como en la ida, Vidic volvió a consagrarse como uno de los jugadores del partido. Bajo ese contexto, no fue ninguna sorpresa.
5.- Guardiola había dicho en la previa que su escenario ideal equivalía a un cero en la cuenta de tiros al arco del United, y en el primer tiempo su equipo cumplió el objetivo con solvencia. Al Bayern le costaba muchísimo generar ocasiones, pero el United nunca pudo salir con el mismo peligro que en la ida. En este sentido extrañó mucho la posición que Moyes eligió para Welbeck. En Manchester, el inglés había causado terror con su diagonales a la espalda de Javi Martínez. De hecho, la no titularidad de Rafinha probablemente fuera una repercusión directa de ese hecho. Sin embargo, en el Allianz, Welbeck se pasó el partido en el carril central, luchando con una defensa bávara a la que nunca pudo anticiparse. El 0-0 al descanso terminó siendo el resultado más lógico.
6.- El Bayern ha demostrado en el último mes que si le presionas arriba, lo más normal es que sufra. El aspecto es tan importante que el próximo análisis mensual sobre el equipo girará en torno a ese aspecto. El United, consciente de que necesitaba un gol para seguir vivo en la eliminatoria, regresó al campo de juego con una actitud mucho más agresiva. Rooney, Welbeck y Kagawa encimaron a los focos de salida del Bayern y llenaron de nervios a la pareja de centrales bávara. El riesgo dio sus frutos. Al minuto 57 Evra clavó el balón en el angulo y silenció el Allianz Arena.
7.- En la Champions League, cada suceso tiene una repercusión notable sobre el estado emocional de los veintidós jugadores en el campo, y la verdad es que el United, al verse tan cerca de lo imposible, terminó descontrolándose. Los espacios que tan bien había cerrado en las bandas se abrieron, Ribéry desbordó a Jones por primera vez en el partido y Mandzukic se alzó por encima de Evra para empatar el marcador. “Mario ha sido clave para nosotros. Cada vez que hemos jugado mal en esta temporada, él ha estado ahí para salvarnos”, había comentado Guardiola en la rueda de prensa anterior al partido. El poderío aéreo del delantero croata en el área es casi tiránico. Había aparecido en Old Trafford y volvió a aparecer en el Allianz Arena. No hay cinco jugadores en la plantilla más decisivos que él.
8.- Contrario a lo que la intuición indicaba, el United continuó presionando y el partido se convirtió en un intercambio de golpes del que el Bayern terminó sacando provecho. Ribéry, encendido, no paró de encontrar la línea de fondo hasta que su equipo se puso por delante en el marcador. Con el 1-2 en contra y con 15 minutos por jugarse, Moyes decidió jugársela y retiró a Fletcher para dar entrada a Javier Hernández. La medida terminó pareciendo muy prematura. No tener un pivote cerrando la diagonal hacia adentro era una ventaja que Robben no iba a dejar escapar: anotó el 3-1 final tan sólo dos minutos después de la entrada del mexicano al campo. El Bayern nunca te perdona.
y 9.- Seguramente, Guardiola lamente dentro de sí mismo que el empate de Mandzukic llegara tan rápido. Su equipo se ha instalado en semifinales sin haber tenido que enfrentar ninguna situación adversa a lo largo de la temporada. El juego del equipo es lo suficientemente sólido como para soñar con mantener esta constante, pero si no se logra, ¿sabrá el Bayern sufrir? ¿Podrá mantener la calma? Lo más probable es que esta maravillosa competición nos termine despejando las dudas tarde o temprano.
* Ignacio Archondo.
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