Puntal del Panathinaikos dirigido por Puskas que llegó a la final de la Copa de Europa de 1971. Está considerado uno de los mejores jugadores griegos de toda la historia. Nacido el 22 de enero de 1942 en Atenas (Grecia), se desempeñaba como mediapunta o segundo delantero. Futbolista con el centro de gravedad bajo, destacaba por su agilidad, desborde, excelente técnica y brillante visión de juego. Se le conoció con el apodo de el General por la influencia que tenía sobre el resto de compañeros en el campo.
Empezó a jugar al fútbol desde los 11 años en el Amina Abelokipon, un modesto equipo cuya sede estaba cerca del estadio Apostolos Nikolaidis. En 1959, con 17 años, el Panathinaikos se fijó en él y le contrató tras pagar 9.000 dracmas y adelantarse al Olympiakos en su fichaje. Pronto debutó en el primer equipo y el conjunto griego, que por entonces únicamente había ganado tres títulos de liga, pasó a dominar el balompié heleno.
Desde muy joven, Domazos lideró al Panathinaikos. En su primera temporada, el PAO ganó la liga después de tener que jugar un desempate con el AEK de Atenas, al que derrotaron por 2-1. A partir de ese éxito, el equipo del trébol ganó cuatro ligas más en los siguientes cinco años en una etapa en la que figuraban en el plantel hombres como Kostas Linoxilakis, Andreas Papaemmanouil, Vangelis Panakis, Giorgos Andreou o Loris Theofanis. Y por el banquillo pasaron entrenadores de la categoría de Antonis Migiakis, el inglés Harry Game o el yugoslavo Bobek.
Tras una pequeña sequía en el curso 65-66, volvieron los títulos con el primer trofeo copero para Domazos en 1967, al imponerse en la gran final al Panionios por 1-0. En la siguiente temporada alcanzaron por primera vez en la historia del club un doblete de liga y copa en una de las mejores campañas de Domazos en el aspecto goleador (9 goles).
El conjunto ateniense era un habitual de la Copa de Europa, aunque no había logrado pasar de la primera ronda. Sin embargo, tras ganar la liga en la temporada 69-70, con Puskas en el banquillo, el equipo subió varios escalones y se convirtió en la gran sorpresa de la competición europea en 1971. En la primera ronda pasaron sin problemas ante el Jeunesse Esch por un global de 1-7 y en la segunda apearon al Slovan de Bratislava, con Domazos marcando en la ida en Atenas. En cuartos de final la cosa se complicó con el Everton de Alan Ball, al que se impusieron por un parcial de 1-1 gracias al valor doble de los goles en campo contrario. En semifinales les esperaba el Estrella Roja, que en Belgrado les apabulló por un claro 4-1. Pero en la vuelta, con un Apostolos Nikolaidis lleno, el Panathinaikos remontó por 3-0 de la mano de Domazos, Antoniadis, Kamaras y un inspirado guardameta Konstantinou. En la final, el rival fue el Ajax de Cruyff y Neeskens, que les venció con suficiencia por 2-0 en Wembley. Los neerlandeses, meses después, declinaron participar en la Copa Intercontinental y el cuadro verde se enfrentó con Nacional, aunque finalmente cayeron a doble partido por 2-3.
En 1972, el legendario mediapunta amplió su palmarés con su octava liga tras una dura pugna con el Olympiakos. Después de este triunfo el cuadro verde renovó la plantilla. Se marcharon jugadores importantes como Filakouris, Kamaras, Mitropoulos, Sourpis, Tomaras o Ikonomopoulos y llegó savia nueva como Juan Verón, Livathinos, Óscar Álvarez, Borivoje Đorđević y Kizas, además del excelente entrenador polaco Kazimierz Górski. El Panathinaikos estuvo casi un lustro sin ganar nada hasta que conquistó otro doblete de liga y copa en la temporada 76-77 y la Copa de los Alpes al año siguiente. En la liga aventajaron en dos puntos al eterno rival. En la copa doblegaron en la final al PAOK por 2-1. Y en la Copa de los Alpes se deshicieron del Budocnost, el Vllaznia Shkodër y el Slavia de Sofía.
En 1978, con 36 años, Domazos dejó la entidad por problemas con el técnico Górski y firmó por el AEK de Atenas. En el conjunto amarillo y negro, con Andreas Stamatiadis en el parcela técnica y Thomas Mavros, Christos Ardizoglou, Nikos Christidis o el yugoslavo Dušan Bajević como socios en el campo, también saboreó las mieles del éxito con una nueva liga en 1979, la décima y última de su excelente currículum. Sin embargo, su corazón le impidió retirarse en un equipo que no fuese el Panathinaikos, y con el inicio de los años 80 regresó a casa. Apenas disputó 12 partidos y al término de la campaña colgó definitivamente las botas. Para la historia del club del trébol dejó unas formidables estadísticas de 510 encuentros y 134 tantos entre los dos periodos en los que estuvo en la institución.
Con la selección griega fue internacional en 50 ocasiones y marcó 4 goles. Debutó en un amistoso frente a Dinamarca el 2 de diciembre de 1959. El equipo griego, dirigido por el francés Paul Barron, cayó frente a los daneses por 1-3. Su estreno en un duelo oficial tuvo que esperar un par de años, cuando Grecia participó en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1964. Domazos jugó ante Irlanda del Norte en Belfast y Alemania Occidental en Augsburgo, pero dos derrotas alejaron al equipo nacional de lograr un billete para el torneo.
Su primer gol en la selección llegóen 1963 en un amistoso contra Chipre que sirvió como preparación para la calificación del Mundial de Inglaterra que estaba a punto de comenzar. Sin embargo, aquella diana lograda de penalti no sirvió para ganar el encuentro, puesto que los chipriotas vencieron en casa por 3-1. En su camino para la Copa del Mundo, Grecia compartió el grupo 7 de clasificación con la URSS, Gales y Dinamarca. Domazos ya era un fijo para los técnicos Petropoulos y Magiras, y disputó cinco de los seis partidos. El equipo empezó muy bien, con dos victorias en Atenas ante Dinamarca y Gales que le permitieron liderar la tabla. Pero a continuación tres derrotas consecutivas frente a Gales y en los dos choques contra la URSS (Domazos no jugó en Moscú) le alejaron definitivamente del mundial. Restaba una única visita a Copenhague, en la que sacó un empate para finalizar en tercera posición del grupo a un punto de Gales y a cinco de los soviéticos, que acudieron a Inglaterra.
A finales de los 60, la columna vertebral del Panathinaikos también lo era de la selección griega. Domazos compartió vestuario con Ikonomopoulos, Loukanidis, Bellis, Kamaras o Eleftherakis, pero Grecia no obtuvo la clasificación ni para la Eurocopa de 1968 ni para el Mundial de México 1970. En la clasificación para la competición europea se toparon de nuevo con una potente URSS que únicamente cedió dos puntos. Grecia, a su nivel, compitió muy bien y sumó dos victorias frente a Finlandia y Austria y un empate contra los finlandeses en Helsinki. Por su parte, en la clasificación para el torneo norteamericano se quedaron a un solo punto de hacer historia. Tuvieron rivales de peso como Rumanía, Suiza y Portugal, pero alcanzaron los siete puntos y fueron el equipo más goleador. Domazos se perdió por lesión los choques en su país ante Portugal y Rumanía, pero estuvo presente en el empate contra los portugueses en Oporto, con Eusebio como capitán; en el apabullante triunfo contra Suiza por 4-1; y en el empate frente a Rumanía en Bucarest, donde anotó el gol griego.
En la década de los 70, el papel de Grecia bajó muchos enteros y casi todo fueron sinsabores. Desde 1970 a 1977 vistió la camiseta del combinado nacional en 25 ocasiones y la mayoría de veces se marchó a casa sin conocer la victoria, tanto en partidos amistosos como oficiales. Muy pronto quedaron descolgados para optar al pase para la Eurocopa de 1972 y los mundiales de 1974 y 1978, y solo en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1976 tuvieron una buena actuación, al quedar a dos puntos de Alemania Occidental. En aquel periodo sí hubo un par de alegrías en dos amistosos en los años 1972 y 1974. En el primero, Grecia consiguió doblegar por primera vez a Italia, al ganarle por 2-1 en El Pireo con un gran partido de Domazos, Antoniadis y Pomonis. En el segundo, Grecia viajó a Brasil para enfrentarse a la verdeamarela en Maracaná. Los brasileños, que alinearon a Leao, Rivelino, Jairzinho, Luiz Pereira o Clodoaldo, no pudieron imponerse a una selección griega donde además de Domazos destacaban Antoniadis, Sarafis, Synetopoulos o Eleftherakis.
El mítico mediapunta se despidió del equipo nacional en 1980 en un homenaje que le tributaron con Australia como adversario. El encuentro, disputado en Atenas. concluyó 3-3 y uno de los tantos llevó la rúbrica de Domazos.
En su vida posterior al fútbol ha sido un hombre de negocios y en ocasiones ha escrito artículos de opinión en varios medios deportivos griegos. En 2004 fue uno de los encargados de transportar la antorcha olímpica en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atenas.
* Alberto Cosín.
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