"El modelo de juego es tan fuerte como el más débil de sus eslabones". Fran Cervera
La mayor amenaza de estos playoffs es LeBron James, que tiene un rango de tiro aceptable en casi todas las partes del campo. En la pintura es sobresaliente (casi el 75 % de acierto cerca del aro en temporada regular). En el último enfrentamiento en playoffs que mantuvieron Indiana y Miami, la capacidad atlética del equipo de Vogel limitó las penetraciones de James, que se vio obligado a lanzar a canasta desde posiciones más alejadas del aro. Para hacernos una idea, un tuit:
ESPNSIG: con @Hoya2aPacer en cancha, @KingJames intenta solo 28-63 tiros en la llave; sin Hibbert, 11 de 16 tiros de James en zona pintada.
— Alvaro Martin (@AlvaroNBAMartin) May 30, 2013
Para James, el tiro exterior es un recurso, un magnífico recurso, pero no el arma principal. Es mucho más eficaz cuando penetra y elige entre tirar o doblar la bola. Además, sus compañeros se disponen aprovechando este aspecto del juego y juegan abiertos. Cuanto más se convierta el lanzamiento lejano en el arma principal de James y no en un recurso, más posibilidades tendrá Indiana. Las dobles y triples ayudas serán esenciales, aunque concedan tiros exteriores.
Indiana Pacers no tiene un base natural. La distribución de balón se reparte entre Hill, Stephenson y George. Incluso West distribuye desde el poste. En muchos partidos de estos playoffs, las pérdidas de balón ha sido un hándicap en el juego de Indiana, que ha sido fulminado cuando no se ha centrado (véase la eliminatoria contra los Wizards). El equipo sufre colapsos en ataque y esto ha de aprovecharlo Miami con una defensa con mayor intensidad y que priorice la anticipación y la presión por encima de la contención.
Uno de los casos más inexplicables de la temporada es el rendimiento de Roy Hibbert después del parón del All-Star. Desde partidos con 0 puntos y 0 rebotes hasta actuaciones que podíamos calificar de su nivel, donde alcanza estadísticas cercanas al doble doble. Lo cierto es que en esta postemporada ha descendido sus prestaciones en todos los aspectos estadísticos, y la realidad es que West ha sido mucho más determinante que el gigantón neoyorquino. Pero, ¿es Hibbert quién creíamos que era o es este jugador de ahora? Probablemente ni fuera el que parecía ni sea este jugador, pero lo que es seguro es que Indiana necesita su mejor versión si quiere aspirar a eliminar a Miami. El trabajo mental con Hibbert y su propia automotivación para frenar a James serán factores decisivo.
Fundamental para que Miami afronte con garantías la eliminatoria es conseguir involucrar de manera consistente al resto de la plantilla luego de su Big-Three particular, sobre todo si se transforman en amenazas en ataque. Desde Allen hasta Chalmers, el acierto en el triple de Jones o Battier y la aportación en la pintura en cuanto a intimidación y canastas sencillas de Birdman Andersen (tiene el séptimo mejor PER en playoffs). James deberá involucrarlos, doblando la pelota hacia posiciones de tiro liberadas, pues no bastará con Wade y él como anotadores.
Indiana se reforzó pensando en Miami con Turner y Bynum. Miami desechó algunos fichajes para no perjudicar la química en el vestuario (sonó el mismo Turner o Caron Butler). El tiempo le ha dado la razón a Miami. Indiana ha tenido que soportar una fuerte crisis interna que ha minado su confianza, con declaraciones de sus propios jugadores en las que se hablaba de egoísmo y un Larry Bird desesperado durante los primeros partidos de la postemporada, pero al fin y al cabo se han plantado donde pretendían. En esta tesitura es cuando el criticadísimo banquillo de Indiana debería dar un paso al frente (Watson, Scola, Mahinmi), pero no parece el mejor momento para contar con ellos.
Si hay algo en lo que los Spurs pueden tener problemas es soportando encuentros a cara de perro, con alta intensidad e idas y venidas. En ese contexto, Durant y Westbrook seguirán siendo la pareja más temida de la liga. Su instinto natural y asesino reina en el caos. Oklahoma cuenta con una buena base para meterles en problemas, pero se han visto tocados con la lesión de Ibaka. Aunque el novato Adams se está batiendo en combate como si fuera un veterano, la pérdida de la intimidación que Ibaka aporta a la pintura podría ser demasiado sensible.
Los Spurs podrían contrarrestar este primer punto con un baloncesto de escuela. Oklahoma pasó unos apuros tremendos para defender el pick&roll de Paul y Griffin y podría verse en la misma tesitura si Parker solicita la ayuda de Duncan y Splitter. Además, Ginóbili recurre frecuentemente a esta solución, con lo cual Brooks debería pensar en un plan defensivo al respecto. Quizás dejando a Perkins más tiempo en cancha del que lo hemos estado viendo (sí, es una afirmación un tanto impopular) y Sefolosha acudiendo a las ayudas.
Cuanto más alta es la circulación de balón, más problemas tiene Oklahoma en defensa. Aunque las manos largas de Durant y Westbrook amenacen con contraataques feroces, Popovich debería concienciar a sus jugadores en esta misión. Los Thunder no son unos grandes defensores de perímetro en su conjunto. De una gran fluidez de pase surgirán espacios que han hecho de los Spurs el equipo que más tiros sin oposición consigue en la liga.
La veteranía e inteligencia de Tim Duncan ante un equipo que se ha quedado raquítico en la pintura podría ser crucial. Además, hay que sumar que Splitter ha dado, este año sí, el salto de madurez que muchos le demandaban. En los papeles, los Spurs cuentan con ventaja, pero del dicho al hecho hay mucho trecho.
La aparición anotadora de Reggie Jackson y Caron Butler por parte de Oklahoma podría dar el ahorro energético que Durant y Westbrook necesitan para rendir en el aspecto defensivo e inclinar la balanza a su favor en partidos con altas puntuaciones. En dos hombres muy de rachas, su consistencia y regularidad en ataque serán fundamentales en el devenir de la serie.
* Javier López Menacho.
– Foto: Michael Monroy (AP)
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