Tito Vilanova, Día Cero

Día Cero

por MARTI PERARNAU el 16 julio, 2012 • 15:40

La rueda vuelve hoy a girar. Apenas muy lentamente, pues nos encontramos de nuevo en el Día Cero: revisiones médicas, primeras sonrisas, calendario ya fijado con las fechas trascendentes en rojo, alguna entrada pendiente, varias salidas por cerrar y una carretera de diez meses por recorrer. Todo parece igual que siempre, pero hay un cambio importante: no está Pep Guardiola, el marinero del viaje indescriptible. Su ausencia equivale a un interrogante poderoso: ¿Seguirá todo igual? ¿Continuarán los éxitos? No conozco la respuesta. Desde los argumentos de la razón parecería que sí, que no hay un gran motivo para imaginar una respuesta negativa pues, básicamente, ahí están los mismos futbolistas, un cuerpo técnico similar, años de experiencia y sabiduría, un modelo de juego indiscutible y la inercia positiva de tantos y tantos éxitos acumulados. El fútbol, sin embargo, contiene cantidades importantes de sinrazón o, mejor dicho, de incertidumbre aleatoria, factores que ni pueden planificarse ni obedecen a la exactitud de la ciencia. Un mismo equipo, incluso sin cambiar nada, jamás rinde exactamente igual dos temporadas seguidas (a veces rinde más), del mismo modo que un río nunca ve pasar la misma agua dos veces.

¿Qué ocurrirá esta vez? El mando de la nave es de Tito Vilanova y aunque todos los augurios le son favorables, hay que reconocer que por su parte todo está todavía por demostrar. Fue el mejor segundo, pero ahora ya es primero y ahí aún debe labrarse un currículo, tanto si lo entendemos desde los resultados como si lo hacemos desde la gestión del vestuario. Parece dudoso que dicha gestión tenga que ver con los habituales conflictos de vestuario (celos, ego, envidias) a la vista del comportamiento del colectivo en el último cuadrienio. Pero sí es razonable pensar que Tito tendrá retos importantes que quedaron pendientes: la gran absorción de energía colectiva por parte de Messi; el papel concreto de Cesc en el juego; el gradual pase de testigo de Xavi; las variantes tácticas; las dificultades para encontrar un mediocentro de garantías que rote con Busquets; el papel de los jóvenes canteranos que ascienden; la concentración de Piqué y Alves; o las dudas que puedan existir sobre el estado físico de Villa o Puyol. Probablemente podríamos añadir algunos más, pero ya son suficientes los mencionados para comprender la gran cantidad de preguntas a responder por el nuevo entrenador.

Aunque enfrente tenga a un Real Madrid que, probablemente, posee la plantilla más completa del mundo y aunque casi todo se interprete siempre desde el enfrentamiento entre ambos equipos, los grandes desafíos de Tito son de orden interno y consisten en responder con acierto esas preguntas que flotan en el aire del vestuario. Contra lo que pueda pensarse, la obra de Guardiola quedó inconclusa. Habrá quien piense en ello como algo negativo, pero también puede entenderse como muy positivo por lo que significa: en concreto, que quedan muchos éxitos por renovar.