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Zaguero de tracción a las dos piernas, expeditivo y veloz al corte. De la estirpe de Sergio Ramos o Puyol, defensores con los ojos puestos en el balón, rápidos y solventes, potentes en el salto y capaces de amoldarse a la banda o al centro de la línea defensiva por el bien del equipo.
Acostumbrado a ser el pequeño de la manada desde que era niño, se ha forjado un futbolista con un alto nivel de exigencia. Jugando con chicos mayores que él ha quemado etapas tan rápido como su carácter y mentalidad sorprendían en el vestuario y en el campo.
FICHA TÉCNICA
Futbolista de fisonomía moderna, que reúne en su cuerpo las cuatro cualidades de la condición física de base: fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad. Como resultado, su juego pondera en arrancada, potencia, agilidad y ambición.
En el fútbol, las facultades físicas carecen de sentido sin balón ni mentalidad. En Derik Osede se juntan músculo, alma y cerebro. Como central, ensalza sus virtudes y esconde sus defectos. En acciones donde la pelota corre junto a él y a su par, se muestra decidido porque es veloz, y por alto, en pases frontales, se muestra certero porque es potente en el juego aéreo. Tan feliz desenlace no sería posible sin la confianza en sí mismo, sin su mentalidad ganadora ni su comprensión del juego desde su posición como defensa central.
Su cuerpo le hace ser el jugador que es. Su tren inferior es el queroseno de sus acciones. Sus cualidades como zaguero se caracterizan por la cadena de estímulos que dotan de significado al uso de la velocidad en el fútbol: reacciona, acelera, actúa y resiste; no se cansa.
En el yin y el yang del fútbol, su responsabilidad es defender. Conoce el oficio por coraje y pizarra. Veloz, intuitivo y atento a todo. Por físico y anticipación, solvente al cruce y vigoroso en la carga. Prefiere mantener la iniciativa de su equipo. Intenta recuperar y pasar pero sabe que lo primero es sacudirse el peligro.
De visión kantiana, es un jugador con un fuerte sentido del deber. Todas sus acciones técnicas responden al bien común, buscan el beneficio del equipo. Prevalece en su juego el talento defensivo. Tanto con el balón en sus pies como sin él trata de trasmitir seguridad y concentración.
El dominio de las dos piernas para ejecutar con destreza la secuencia control-pase inspira la firmeza de su juego. Su poderío en el juego aéreo, cuando llega en carrera, le da puntos extra como jugador de equipo porque en ataque aporta goles y en defensa, determinación.
En ocasiones se equivoca en la toma de decisiones, se entretiene con el cuero en los pies, se precipita y su primer pase diagonal u horizontal, al no ser la mejor opción, resulta fácil de interceptar. Lo habitual es que entregue la pelota al mediocentro, el jugador que maneja los tiempos, o al lateral, encargado de dar amplitud al juego del equipo, aunque tampoco rehúye la opción de conducir para dividir y atraer.
A través del pase, la salida del balón, el control orientado o la conducción busca ser eficaz. Su objetivo, lograr pequeños aciertos y eludir los errores. Conoce a la perfección que su rol técnico dentro de un equipo no es marcar la diferencia sino aportar consistencia. Sus acciones tienden a sumar en el espíritu colectivo, cuyo afán es la victoria.
Con los ojos siempre pendientes de la pelota, dispone de un gran sentido táctico. Destaca por su colocación cuando la defensa está organizada. Es un zaguero comunicativo, líder y comprometido. En la fase defensiva, aporta confianza por su carácter y concentración. Vigía del orden táctico cuando el equipo repliega, decidido en el riesgo de la anticipación y tan solidario como para no dudar en salir de su zona para resolver una cobertura con eficiencia.
Con el balón en poder del equipo, es un defensa central de pase tenso y salida de balón tan sencilla como clara. Predispuesto a ser un apoyo permanente para dar inicio al juego, al pedir la pelota se convierte en una solución para mover al rival y superar las líneas de presión. Suele decantarse por el pase al compañero más cercano. Sus opciones preferidas son los laterales y el cerebro del equipo. Es un soporte para el juego de posición y un candado de la fase defensiva.
Pasional cuando juega, en ocasiones actúa como un defensa bombero, decidido a apagar todos los fuegos. En la duda entre ser valiente o comedido, entre el acoso y el achique, recula. Esto se traduce en pases a la espalda o en los movimientos entre líneas de los delanteros rivales, donde Derik sufre.
A pesar de su potencia en el salto, a balón parado tiene ciertas dificultades para dominar el marcaje, pero en el uno contra uno, cuando se decide, baja su centro de gravedad y es difícil de superar.
• Sentido del deber. A pesar de su juventud, piensa y actúa como un futbolista profesional. No hace más de lo que sabe y responde de forma eficaz a todo lo que el partido y su equipo le exige.
• Mentalidad ganadora, madurez y liderazgo. Competitivo y ambicioso, la selección natural en la que se ha criado en Valdebebas ha forjado un carácter de hierro sobre el campo. Da instrucciones y asume responsabilidades.
• Cualidades físicas. Jugador a la vanguardia de un fútbol donde prima la velocidad, la fuerza y la potencia. Sin menoscabar la técnica, su aceleración y agilidad están al servicio de su eficiencia futbolística.
Debe:
• Desconexiones. Derik es capaz de mantenerse todo un partido inconmensurable y en segundos desconectar. Los fallos alteran su juego, le desesperan y comienza a errar.
• Madurez táctica. Por su edad juvenil, a veces comete desvaríos en la toma de decisiones. No conoce el juego en profundidad y eso le siembra dudas a la hora de elegir una acción u otra. Por ejemplo, entre el achique e ir a la presión puede perder su sitio y dar la oportunidad al rival de tomarle la espalda o darle tiempo y espacio al delantero para armar el chut.
• Solvencia a balón parado. Pese a su potencia y energía para saltar, cuando defiende en estático, en faltas laterales y saques de esquina, pierde la referencia del rematador. Su par actúa con más reflejos y suele rematar a portería.
Derik Osede, de ascendencia africana, es un futbolista hecho al microondas. Acostumbrado a superar las expectativas y a competir con jugadores de más edad que él, ha crecido a pasos agigantados tanto en lo físico como en lo técnico-táctico. Por mentalidad, sigue destacando desde que llegó a La Fábrica, y ahora como campeón de Europa Sub-19 su personalidad le ha reafirmado como jugador de fútbol.
Su temporada en el Real Madrid C ha aportado agresividad y ritmo de juego a su fútbol. Jugar en Segunda División con el Castilla no significa para él más que otro desafío en el camino de ser profesional. Eso sí, cada vez con menos lugar para el fallo.
Derik tiene que ser un jugador mens sana in corpore sano, un futbolista que crea en sí mismo, en sus virtudes, con ilusión por obtener el éxito. Rápido, contundente al corte e inexpugnable en el juego aéreo. Atento, bien colocado y de juego sencillo. Siempre líder.
* Miguel Ángel Montoya es Periodista. En Twitter: @Montini3 En la web: zidanesypavonesfc.blogspot.com
– Fotos: Twitter de Derik Osede – Catherine Kortsmik
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