En Guadalajara, México, el 24 de octubre de 2011, Yarisley Silva destrozó los pronósticos al convertirse en campeona de los XVI Juegos Panamericanos con 4.75, el mejor salto de su vida en ese entonces, para dejar en el camino a la doble titular del orbe, de Doha 2010 y Daegu 2011, Fabiana Murer. Una actuación histórica para Cuba, que llegó como anuncio formal de que la Mayor de las Antillas, hasta Daegu desconocida en el universo donde Spirit, Pacer, Nordic y compañía suelen imponer su ley, se hacía presente en la compleja especialidad.
La joven de 26 años, nacida el 1 de junio de 1987, es tenaz y cree que los obstáculos nunca tienen el poder necesario para apagar los sueños. Llegó al atletismo a los 9 años, después de haber intentado sin éxito vincularse con el ballet y la danza. Incursionó en varios eventos, como sucede con los muchachos que inician su vida deportiva en la isla caribeña. Con la pértiga se cruzó a los 13 años, cuando su antiguo entrenador de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE), Ormani Arenado Jones, de Pinar del Río, la provincia más occidental de Cuba –ubicada a unos 170 km al oeste de La Habana–, y su tía María Caridad Rodríguez la indujeron a practicar una modalidad que, admite, no conocía hasta ese momento: “¿Salto con pértiga? No tenía ni idea de lo que era, pero lo intenté y me gustó”.
Hoy, a trece años de su comienzo firmado con salto de 2.50 m, Yarisley Silva aparece como la principal figura del atletismo cubano contemporáneo. Por sus resultados ha trascendido los límites de la alegría nacional para coexistir dentro de una avanzada de atletas que, por su progresión, clasifican como las grandes animadoras de la especialidad en los últimos tiempos.
Yarisley exhibe una carrera deportiva caracterizada por el ascenso progresivo y continuado en sus resultados. En 2003 ni siquiera aparecía en el ranking; había muchas, tantas, que saltaban 3.60 que la IAAF apenas tomaba en cuenta a esta cubana, superada en ese tiempo por su coequipera Katiuska Pérez (4.20; lugar 66). Luego comenzó a figurar, paso a paso, hasta colocarse en el puesto 28 en el 2008, con el 4.50 que abría las puertas de todos los eventos de primer nivel.
Por más de una década ha militado en el equipo nacional junto a su entrenador Alexandre Navas Páez. Período que, según sus propias palabras ha englobado:
“(…) años de sacrificio y dedicación. Llenos de momentos difíciles, con dificultades técnicas e indecisiones que atentaron contra mis resultados”
En 2008 hasta me pasó por la cabeza dejar la escuela, y de los entrenamientos me iba a diario. Estaba cansada de todo y de todos
Fueron momentos verdaderamente duros. Yo entré en un shock psicológico que duró todo el año. No podía despegar, me paraba en la carrilera y todo lo que veía era un muro contra el que yo no podía. No puedo explicar exactamente lo que significaba aquello. En la práctica, corría y pasaba de largo por la cajuela y por encima del colchón. Así fui a Beijing, a correr, hice un despegue y salté 4.15 m, pero después no pude hacer nada más
Dormía mal, me despertaba varias veces en las noches llorando, tratando de buscarle una explicación a lo que me estaba pasando, pero me prometí que tenía que demostrar lo que podía hacer, tenía que salir adelante y así lo hice. Después de eso todo comenzó a fluir. 2011 fue bueno y me abrió las puertas de estar en Europa, de codearme con la élite y aprender de ella. Europa me enseñó mucho, competir allí es una experiencia única porque puedes ver y enfrentarte a las mejores del mundo, y eso, lejos de las derrotas que puedas tener, es un elemento de motivación, para mí lo fue, porque yo sabía que podía estar a su nivel e intentarlo”.
Esa capacidad de autosuperación y la gran voluntad con que se entrena cada día le ha hecho llegar a este 2013 para mirar desde arriba, con una temporada que merece, desde ya, el calificativo de magistral. Hasta hoy, la cubana ha puesto sus pies en el podio en quince de las dieciséis competiciones que ha enfrentado y suma seis saltos que optimizan tanto su marca personal como el récord nacional de Cuba y del Área de Centroamérica y el Caribe –considerando registros hechos tanto al aire libre como bajo techo–. Recordemos el 4.76 m en Donetsk (9 de febrero), el 4.78 en Estocolmo (21 de febrero), el 4.81 en la Habana (16 de marzo), el 4.82 en el Jordan Creek Mall (24 de abril), el 4.85 de los Drake Relays (26 de abril) y el 4.90 en Hengelo (8 de junio).
Su marca personal es precisamente esa altura con la que se impuso en el Grand Prix de Hengelo (Países Bajos), donde se encumbró por sobre los 4.90 para clasificar tercera en el ranking femenino (al aire libre) de todos los tiempos. Por delante de ella: Jennifer Suhr y las tres estocadas sobre 4.90 que tienen por cumbre el 4.92 (6 de julio de 2008) y el arsenal de Yelena Isinbayeva, dueña de 16 saltos iguales o superiores con límite en el 5.06 (28 de agosto de 2009), que es el actual récord del mundo.
Si de registros ganadores se trata, la historia abraza a los 4.75 como un medidor para medallistas en cualesquiera de los eventos internacionales de mayor rigor, léase mundiales y/o Juegos Olímpicos, y esta cifra ha sido pan comido para Silva, que acumula siete incursiones semejantes en lo que va de contienda. Un rendimiento que no ha sido eslabonado por ninguna de sus co-especializadas en los últimos tres años (desde el Mundial de Daegu 2011 hasta la fecha). Quien más se le acercó fue Jennifer Suhr, con cinco conquistas (4.88, 4.75, 4.81, 4.75 y 4.83) durante todo el 2012. De la misma forma ha superado en doce oportunidades los 4.70, otra seguidilla sin precedentes y que aventaja lo hecho por Martina Strutz en 2011 y Holly Bleasdale en 2012, temporadas que hasta este minuto figuran como las más destacadas en sus respectivas carreras y en las que consiguieron vulnerar la cota en ocho ocasiones.
De su propiedad son los cuatro mejores registros del escalafón mundial del 2013 (4.90, 4.85 y dos veces 4.81), por delante de Jennifer Suhr (4.80) y Yelena Isinbayeva (4.78), casualmente las tres que ocuparon el podio en la ciudad del Big Ben y por quienes se inclina, a juicio personal, la balanza a la hora de pensar en medallistas de la justa mundialista que auspiciará Moscú entre el 10 y el 18 de agosto próximos. Isinbayeva, por cierto, que saltó ayer 4.75 y anunció su retirada tras el Mundial moscovita.
A día de hoy, el panorama del salto con pértiga es muy diferente a lo que solía ser, y en ello descansa quizás la mayor gracia que el tiempo le ha concedido a la disciplina, porque ya no se trata de ir a pelear por un segundo puesto como solía pasar durante el reinado de la zarina. Ahora el podio es accesible para un grupo de atletas entre las que se incluyen, además, Fabiana Murer (4.73), Silke Spiegelburg (4.71) e incluso Anastasia Savchenko (4.73), sobre todo por su condición de local y su repunte en este año (Holly Bleasdale no ha sido seleccionada por la federación británica al no poseer la mínima A).
Por cierto, que de la garrocha vamos a escuchar mucho. La prueba está llamada a ser uno de los shows protagónicos en la lid moscovita, toda vez que Rusia ha cifrado en Yelena Isinbayeva la responsabilidad de ser cara, alma e inspiración. Realmente, no podía ser de otra manera, salvando las distancias que existen entre la Isinbayeva que no tropezó hasta Berlín 2009 con el sentimiento de saberse derrotada y la que lucha hoy por despedirse en la élite de una disciplina en la que la juventud parece dictar sentencias. Su silueta en el logo oficial del mundial y la promoción de la cita global que se sustenta sobre sus hombros es el premio mayor para quien ha sido estrella del atletismo en su país y una suerte de diva para el deporte universal. Alguien, que dicho sea de paso, actuará en su tierra, esa a la que ha dicho, le debe una actuación digna.
Sin embargo, de cara a los mundiales, el rendimiento, la estabilidad y los registros de respeto sostenidos por Yarisley Silva la dotan de aval suficiente para portar la credencial de rival a la que hay que derrotar.
Ojalá y los fantasmas del clima londinense, que también han rondado durante toda la actual temporada atlética, no sean invitados en lujo en el Luzhniki, escenario para una batalla que se vende a priori como de las mejores de la historia dada la paridad general que reina en el grupo que llega con opciones.
En lo que a Yarisley respecta, ha declarado: “El campeonato mundial es el objetivo principal y donde voy a luchar por una medalla. En cuanto a marcas, no pienso en un límite, comprendí que uno no debe imponerse barreras en ningún aspecto. La meta es trabajar fuerte cada día y avanzar poco a poco para superar los resultados que tengo. Esa siempre ha sido mi motivación, trabajar para superarme a mí misma” . Al tiempo que su entrenador apuntaba: “Vamos a luchar por una medalla, por estar en el podio. Hasta el día de hoy no se han dado grandes saltos pero es allí, a la hora cero, los días 11 y 13 de agosto, donde se dicen las últimas palabras. Nos estamos preparando en todos los sentidos, física- técnica y psicológicamente para saltar”.
La cubanita, de solo 1.62 m, ya se ha abierto su espacio en la historia, tiene el enorme mérito de ser la primera caribeña que tomó parte en una final olímpica y, además, ser la primera latinoamericana que consigue una presea con en el salto con pértiga. Mas, lo hecho no se perfila como final para una historia fraguada sobre la base del sacrificio, el esfuerzo y la dedicación. Andar tocando las nubes con sus dedos no ha logrado hacer mella en su naturaleza sencilla y tampoco en sus sueños, por eso anda por ahí, con las ilusiones a cuestas y la convicción de que aún hay metas, muchísimas metas por conseguir. De momento, todos los caminos conducen a Moscú.
2001: 2,50; 2002: 3,10; 2003: 3,60; 2004: 4,00; 2005: 4,10; 2006: 4,20; 2007: 4,30; 2008: 4,50; 2009: 4,50; 2010: 4,40; 2011: 4,75; 2012: 4,75; 2013: 4,90.
4,90: Hengelo, 8 de junio (1ª)
4,85: Des Moines, 26 de abril (1ª)
4,82 i: Des Moines, 24 de abril (1ª)
4,81: La Habana, 16 de marzo (1ª)
4,81: Lucerna, 17 de julio (1ª)
4,78 i: Estocolmo, 21 de febrero (1ª)
4,76i: Donetsk, 9 de febrero (1ª)
4,73: Birmingham, 30 de junio (1ª)
4,72: Ostrava, 27 de junio (2ª)
4,71i: Pardubice, 5 de febrero (1ª)
4, 70: Sotteville-lès-Rouen, 8 de julio (1ª)
4,70 i: Birmingham, 16 de febrero (2ª)
4,65 i: Moscú, 3 de febrero (3ª)
4,60 i: Bydgoszcz, 12 de febrero (1ª)
4,53: Nueva York, 25 de mayo (3ª)
* Lilian Cid es periodista.
– Fotos: Reynier Batista (DeporCuba) – Reuters
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