"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
9 de Agosto de 1992. Un lanzamiento al palo de Miki Oca al final de la tercera prórroga impidió a España seguir luchando por el oro olímpico. Ese mismo jugador, tras colgar el gorro, se pasó al banquillo y en 2010 cogió a una generación femenina de mucho futuro que dos años antes se había proclamado subcampeona de Europa. Y por detrás venían unas campeonas, las del mundial junior de 2011. Miki Oca las supo mezclar y, tras dos malos torneos en categoría absoluta, se han recogido los frutos con una plata olímpica y un título mundial.
ESP 8-6 AUS. España tenía los datos previos en contra: nunca había derrotado a Australia en un mundial y nunca el anfitrión había ganado el título femenino. Pero todo se olvidó en los primeros ataques resueltos con gol tras superioridad. Australia marcó un tanto postrero y el primer cuarto terminó 2-1. Curiosamente todos los equipos que vencieron el primer cuarto de la final por un gol exacto la acabaron perdiendo. España también cambió la historia en eso.
El segundo cuarto fue el de consolidación de la ventaja. Con un 3-2 España también venció el parcial y se convirtió en el primer equipo de la historia en ganar los 2 primeros cuartos de la final mundialista.
España intentó romper el partido en el tercer cuarto. No encajaba goles en igualdad y tuvo muchas veces tres goles de ventaja y balón, pero se desperdiciaron incluso situaciones de doble superioridad. Pero se llegó a los ocho últimos minutos con ventaja, 6-4, algo que siempre había garantizado el título mundial.
En el último cuarto emergió la figura de Laura Ester, elegido mejor portera del campeonato. Y lo demostró en la final, sobre todo en unos últimos minutos en los que lo paró todo, un penalti incluido. El 8-6 final permitió a España ser el segundo país que gana la final femenina sin perder en ningún cuarto, tras Países Bajos en 1991 (ganó tres y empató uno ante Canadá).
Este histórico título supone el primero de una anfitriona en el mundial femenino de waterpolo (entre los chicos solo lo hizo Italia en 1994) y también es la primera vez que España se proclama campeona mundial femenina en un deporte olímpico colectivo (dentro de los no olímpicos también lo ha conseguido en hockey patines).
En los últimos cinco años se han conseguido medallas europeas, mundiales y olímpicas. Se puede pensar que esto es el fin, pero tiene que ser el principio. Los éxitos, como el mundial júnior de 2011, la plata olímpica y el oro mundial, tienen que llevar a más éxitos.
HUN 10-8 RUS. Rusia, experta en la lucha por el bronce porque jugaba este partido por sexta vez consecutiva y lo había ganado cuatro veces, perdió ante el equipo húngaro. Hungría solo había derrotado una vez a Rusia (6-4, en 1994) y aumenta su palmarés con la única medalla que le faltaba, el bronce.
De esta forma, Hungría consigue dos medallas en waterpolo en un mismo mundial por segunda vez en su historia, tras jugar ambas finales en Montreal’05 (ganaron la femenina y perdieron la masculina).
Oro: Cate Campbell (AUS); Plata: Sjöström (SUE); Bronce: Kromowidjojo (NED)
La mayor de las hermanas Campbell era la indiscutible favorita, y pese a ello se arriesgó a una salida rapidísima, tanto que consiguió seis décimas de renta sobre el récord mundial y 7 décimas sobre la segunda clasificada en el paso de los 50 metros. En la segunda parte no pudo mantener el ritmo, pero tuvo suficiente para conseguir su primer oro mundial.
Campbell aventajó a la tercera en 1’’08, la mayor diferencia entre oro y bronce desde Berlín’78, cuando Barbara Krausse sacó 1’’17 a Larisa Tsareva.
A 55 centésimas se quedó Sarah Sjöström, que con su plata se convirtió en la primera sueca en subirse al podio de los 100 libre.
Y bronce, como hace dos años, para Ranomi Kromowidjojo. La neerlandesa es la segunda mujer que repite bronce (Enith Brigitha, de la RDA, lo fue en 1973 y 1975) y es la octava que obtiene dos medallas en la prueba. Algo poco significativo si no fuera porque nadie ha logrado tres.
Oro: Lochte (USA); Plata: Kawęcki (POL); Bronce: Clary (USA)
Ryan Lochte sigue engordando su palmarés en la prueba predilecta de la natación estadounidense. Es el octavo mundial seguido para nadadores de Estados Unidos, un dominio solo visto en el 4×100 libre, donde el equipo americano ganó las ocho primeras ediciones. Y, además, con el bronce de Clary, es el quinto mundial consecutivo con dos estadounidenses en el podio del 200 espalda.
Es la quinta medalla en la prueba para Ryan Lochte, con lo que iguala el récord de Aaron Peirsol (aunque éste último tiene cuatro oros, por tres de Lochte).
Queda poco por decir de un Ryan Lochte que ya suma 52 medallas mundiales (34 de ellas de oro). Y una de esas cosas, en la eterna comparación con Michael Phelps, es que Lochte ha superado al de Baltimore en medallas en competición internacional: 73 para el neoyorquino y 72 para el retirado multicampeón olímpico.
Radosław Kawęcki estuvo muy cerca de Lochte durante toda la carrera, pero siempre por detrás. Acabó subcampeón, con 1’54’’24, batiendo el récord de Europa del ruso Vyatchanin, y se convirtió en el primer polaco en subir al podio en una prueba de espalda.
Tyler Clary, el campeón olímpico, volvió a ser bronce, como hace dos años. Es el segundo hombre que logra dos bronces (Lochte lo hizo en 2005 y 2009) y el primero que lo consigue en ediciones consecutivas. Clary lleva cuatro medallas mundiales en larga y ningún oro, igualando el record de un hombre estadounidense, Dan Jorgensen, un especialista en pruebas largas de estilo libre.
Oro: Efimova (RUS); Plata: Pedersen (DIN); Bronce: Lawrence (USA)
Las semifinales pronosticaban una carrera de dos y así fue, pero con un desenlace imprevisto. Rikke Møller Pedersen optó por hacer pases más lentos que su récord mundial de ayer confiando en su final, pero la que mejor últimos 50 metros hizo fue Yulia Efimova, subcampeona hace dos años y primera rusa que gana la prueba desde Elena Volkova, entonces soviética, en Perth’91.
Efimova ya es la segunda persona que, representando a Rusia, ha conseguido más medallas (6) y más oros (2) en mundiales en piscina larga, solo por detrás de Alexander Popov (11 medallas y 6 títulos).
Pedersen, un segundo más lenta que en su innecesaria exhibición de ayer, se convirtió en la segunda persona danesa en subirse al podio en una prueba de braza, tras Susanne Nielsson que fue bronce en 200 braza en Berlín’78.
Oro: Gyurta (HUN); Plata: Koch (ALE); Bronce: Mattsson (FIN)
Dániel Gyurta es uno de los referentes de la natación actual y campeonato tras campeonato lo demuestra. Gyurta lo es casi todo en los 200 braza: campeón olímpico, campeón mundial en larga y corta, campeón de Europa en larga y corta, plusmarquista mundial en corta y recordman europeo en larga (rebajó su marca en esta final) y corta. Se le escapa, por el momento, la plusmarca universal en larga, en poder de Akihiro Yamaguchi.
Con este título, Gyurta se convierte en la primera persona que gana tres oros mundiales en piscina larga en una misma prueba de braza. Y además lo ha hecho de manera consecutiva.
La ventaja del húngaro fue muy amplia: 1’’31 sobre la plata (la mayor desde 2005, cuando Brendan Hansen sacó 1’’37) y 1’’72 sobre el bronce (algo que no se veía desde 1991 cuando Mike Barrowman metió 1’’89 al tercer clasificado).
Marco Koch, subcampeón, consiguió el mejor resultado en la prueba de un alemán, mejorando los bronces de Walter Kusch (1978) y Christian von Lehn (2011).
Finlandia regresó al podio gracias a Matti Mattson. Es la primera medalla mundial del país en piscina larga desde Barcelona’03 (oro de Seppälä en 100 libre femenino) y la primera presea de su natación masculina desde 1994, cuando Antti Kasvio y Jani Sievinen subieron al podio por partida doble.
Oro: Estados Unidos; Plata: Rusia; Bronce: China
Se esperaba una mayor lucha por el título porque Michael Phelps ya no está, pero el rendimiento de Estados Unidos en los relevos siempre es muy alto. Con un equipo liderado por Ryan Lochte desde la segunda posta, EE. UU. ganó su quinto título consecutivo, récord de la prueba.
Es la quinta medalla de Ryan Lochte en el relevo largo, igualando a Michael Phelps, y el quinto oro, superándolo. Lochte, en 4×200 libre, y Phelps, en 200 mariposa, son los únicos nadadores con cinco títulos mundiales en una misma prueba en piscina larga.
Rusia volvió a ser subcampeón de la prueba, como en 1994 y 2009. Y no hay manera de que gane el oro, porque incluso en la época soviética tampoco pasó de la plata (1978 y 1982).
Yang Sun renunció al 200 libre para centrarse en las distancias superiores. Incluso tampoco nadó las series clasificatorias. Eso estuvo a punto de costarle a China el pase a la final, pero se metió en detrimento de Australia, que faltó a la final del relevo largo por primera vez desde 1978. Así que otro bronce de China, como en 2011, (solo Alemania había repetido bronce: 1978 y 1982), y octava medalla de Yang Sun, que ya es la persona china con más medallas mundiales en piscina larga.
* David Fernández es estadístico.
– Foto: Fabrice Coffrini (AFP)
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal