Una plata bien merece un madrugón

por PABLO BELTRAN el 1 febrero, 2014 • 15:50

Victoria Padial (Granada, 1988) sigue haciendo historia. Su sonrisa ya era conocida en Europa. Hoy sus seguidores alemanes, quienes le regalaron una bufanda el pasado martes con su nombre serigrafiado, han disfrutado levantando las suyas en signo de felicidad. Mientras tanto, la granadina ha llorado de felicidad.

Normal. Una medalla de plata, un subcampeonato de Europa, en concreto, en la prueba del sprint sobre 7,5 km, bien lo merece. Madrugar una mañana de sábado y seguir sus evoluciones, comprobar que sigue su crecimiento competitivo, también.

En Nove Mesto (República Checa), donde se celebra la competición, hoy será protagonista. Tal vez, mucho más que en España, Andalucía y Granada. Esa felicidad ha estado a punto de ser mayúscula, pues ha podido ser oro. De hecho lo ha sido gran parte de la mañana, pero el sueño de subir a lo más alto del podio se lo ha arrebatado la noruega Marte Olsbu.

Es cierto que en este Campeonato de Europa Padial no ha competido contra todas las mejores. El nivel general de esta cita es más bajo que en cualquier prueba de la Copa del Mundo. Las biatletas candidatas a medalla reservan sus fuerzas y llenan el tiempo hasta la disputa de los Juegos Olímpicos de Sochi para entrenarse con sus respectivos equipos nacionales, como es el caso de Tora Berger, Darya Domracheva, Selina Gasparin, Andrea Henkel o Gabriela Soukalova, por citar a algunas. Pero este detalle no impide recordar que la granadina ha compartido pista con una notable cantidad de rivales de casi todos los países europeos, que serán adversarias en la cita olímpica, a orillas del Mar Negro. Todas ellas, con mejores medios que la española. Las mismas que junto a la granadina disputaron la prueba individual (sobre 15 kilómetros) en este mismo campeonato el jueves y donde Padial finalizó en la trigésimosexta plaza, a seis minutos de las tres primeras.

Padial ha salido con el dorsal número 3, es decir, la tercera de 60 participantes, alrededor de las 9:30 horas. Un madrugón que ni los espectadores, ni quienes la siguen desde España ni la propia biatleta granadina olvidarán. Ha venido acompañado de un jugoso premio. Desde el primer instante la alboloteña se ha sentido cómoda. Sabía que hoy era su día.

El pasado jueves ya lo manifestó al concluir la prueba individual sobre 15 km: “A pesar de haber tenido 8 fallos en 20 disparos, que me ha supuesto una penalización de +8 minutos, he quedado 6’03” de la ganadora, por lo que estoy muy contenta con mi esquí hoy. Espero seguir mejorando estos días”.

Dicho y hecho. Hoy, además, a pesar de volverse a repetir la compañía del molesto viento y teniendo en cuenta que al ser de las primeras en salir no contaba con referencias de tiempo, ha completado su mejor actuación desde que comenzó a competir a nivel internacional. Con su subcampeonato logra el mejor resultado de cualquier deportista español en esta disciplina deportiva invernal.

El viento es un factor meteorológico clave que siempre hay que tener presente en este deporte, especialmente a la hora de entender el contexto en el que se dispara en los campos de tiro. Si Padial mantenía el ritmo con los esquís que mostró el pasado jueves, en el tiro mejoraría. Es tan competitiva como las mejores, su capacidad de concentración y precisión es magnífica. Por tanto, luchar por lograr algo grande era factible.

Y vaya si lo ha sido. La granadina no ha cometido ningún error (pleno de aciertos: 10 de 10) y ha sido tan rápida con los esquís que ha llegado con el mejor tiempo (20:49.4). Iban llegando a meta sus contrincantes, pero ella seguía con el oro. Hasta que por 1,2 segundos, Olsbu se lo ha arrebatado (20:48.2). La nórdica había salido quince minutos más tarde que Padial, aproximadamente. Ha completado el podio la ucraniana Iana Bondar, con un registro de 20.53, 6.

La tremenda alegría de Padial hoy, con este subcampeonato, está más que justificado. Quedando por delante de competidoras de países tan destacados en esta disciplina deportiva como Bielorusia, Rusia, Alemania o Francia, por poner solo unos ejemplos.

Al concluir la carrera, muy emocionada, ha explicado cómo ha vivido este enorme éxito:

“Hoy es un gran día para nosotros (ella y Álex Nappa, su entrenador). Tras las buenas sensaciones en el esquí en la prueba individual he ganado confianza para hoy. Mi carrera ha sido más combativa y he dejado de lado el respeto al fuerte viento y he ido desde el principio hasta el final luchando por el podio. Lo duro ha sido esperar que entraran las sesenta participantes. A pocos minutos del final he visto perder el oro por 1,2 segundos. Mañana es otra carrera, otra estrategia. Quiero dar las gracias a mi entrenador y único técnico, Alexandre Nappa, por el excelente trabajo que lleva haciendo desde el 2008. El resultado de hoy no se improvisa, es fruto de muchos y duros años de trabajo”.

No, no ha sido fruto de la casualidad. La granadina ya avisó en el 2013: el pasado 7 de marzo se convirtió en la primera representante española en lograr un punto en la Copa del Mundo, en la carrera individual (sobre 15 km). Este hito tuvo lugar en Sochi, la ciudad rusa que en breves fechas acogerá los Juegos Olímpicos de Invierno. Una cita marcada en rojo en el calendario y donde espera repetir gesta.

Lo corroboró cuando el 22 de julio se colgó un metal, esa vez de bronce, con motivo de la disputa de la Copa del Mundo de Biatlón de verano que se celebró en Forni Avoltri (Italia). Una cita, tal vez, de un rango algo menor, pero de enorme valor para Padial, tras meses y meses de entrenamiento con su entrenador Álex Nappa en Francia, con escasos recursos y lejos de donde lo hacen las mejores.

Trabajando horas y horas. Subiendo puertos habituales en el Tour de Francia de ciclismo con los rollers (unos esquís con ruedas, adaptados al asfalto) para mejorar en la velocidad. Y día a día, creciendo, madurando y siendo mejor que cuando allá por el 2007 comenzaron su aventura juntos.

Pero como dicen ambos, donde hay un problema, hay una solución. Pese a esa inferioridad ante sus rivales (material de entrenamiento, esquís, fusil, desplazamientos y, claro está, dinero) la mayor recompensa para cualquier deportista ha llegado. Sacrificar tanto tiempo fuera de casa, codo con codo con el técnico francés, de aquí a allá. El tiempo que jóvenes como ella (25 años) invierten en diversión, Padial lo ha dedicado a prepararse para vivir minutos como los de hoy. Para sentir algo que no se puede contar. Emociones inenarrables.

A escasas fechas de la cita olímpica, justo diez días después de que el Comité Olímpico Español confirmara su presencia en la delegación que formarán veinte deportistas en Sochi, Padial llegará con la misma sonrisa y una mayor ambición. A su favor juega su experiencia en un evento de estas características, pues ya participó en la edición de 2010, en Vancouver (Canadá), con apenas 21 años. También cuentan sus logros en este último año y medio. Pero ante todo, que no se conforma con lo conseguido hasta la fecha.

No obstante, antes de la cita olímpica Padial volverá a madrugar. Mañana domingo, a las 9.15 horas, comienza el penúltimo día de competición para féminas sénior en el campeonato de Europa. En concreto, con la prueba de persecución, sobre un recorrido de 10 km, en la que se tienen en cuenta los tiempos logrados en el sprint. Así que se puede soñar con que la granadina pueda pelear por repetir otro día para la historia. Para su felicidad. Para recompensar su esfuerzo. E incrementar su leyenda.