Tras una primera jornada donde el reparto de medallas se concentró en cantidad y calidad (oros) entre dos países, Países Bajos y Canadá, en el segundo día hasta ocho distintos han tenido la oportunidad de recibir metal: Austria, Estados Unidos, Suiza, Eslovaquia, Rusia, Alemania, Polonia y, de nuevo, Países Bajos. Una jornada marcada porque, como sucedió en alguna de las pruebas disputadas ayer, de nuevo más de una opción firme a medalla, incluso a presidir un podio, se ha visto fuera del trío de medallistas. Tras dos días, encabeza el medallero Noruega con siete medallas (dos oros), seguida por Países Bajos, Estados Unidos, Canadá y Rusia, todos estos países con cuatro, pero también dos oros.
Por lo que se refiere a la delegación española, la nota más positiva y agradable del día ha sido la clasificación de Victoria Padial para la prueba de persecución en biatlón femenino que se celebra el próximo martes, después de la disputa del sprint sobre 7,5 km. La granadina ha finalizado entre las sesenta primeras, en el puesto 52º, tras completar un recorrido con un único error en el tiro y quedándose a 2.14,7 de la ganadora, la eslovaca Anastasiya Kuzmina, quien ha repetido el oro que ya se colgó en Vancouver hace cuatro años. Le han acompañado en el podio la rusa Vitkova, a 19 segundos de Kuzmina, y la ucraniana Vita Semerenko, a 21 de la ganadora.
En Sochi, donde sí estaban las treinta mejores del ranking europeo y la gran mayoría de rivales que participan junto a la andaluza en la Copa del Mundo, ha ofrecido un rendimiento excelente. Con un contexto competitivo mayor al del campeonato de Europa de hace una semana, donde logró dos platas, se ha mostrado muy regular. Además, con este resultado logra dos hitos: por primera habrá un español en persecución –esta prueba se incluyó en el programa olímpico por primera vez en Salt Lake City 2002– y su resultado es el segundo mejor de la historia en sprint, solo superado por el de Cecilio Fernández en Sarajevo 1984.
Precisamente, Kuzmina en una temporada donde en la Copa del Mundo sus participaciones habían sido discretas, ha llegado a la cita más importante del calendario en plena forma. Impulsada por los bastones y los esquís, pero con la velocidad y fuerza que imprime el deseo de conquistar un nuevo oro, ha repetido éxito. Las imágenes de cada una de las biatletas al llegar exhaustas tras un desgaste físico de recorrer los 7,5 km con el fusil a cuestas (pesa unos tres kilos aproximadamente) y combinando con la templanza necesaria para no errar en el tiro convierten a esta prueba en espectacular.
Algunas de las que sí se presumía como candidatas han quedado fuera del podio: desde la actual líder de la mencionada Copa del Mundo, la checa Soukalova, a la bielorrusa Domracheva, por no hablar de las jóvenes y agradables apariciones, la suiza Selina Gasparin o la finlandesa Makarainen o las veteranas Tora Berger (Noruega) y Andrea Henkel (Alemania).
Si hay que resumir la jornada, toca comenzar por el principio, por la primera prueba donde se jugaban medallas. Ahí, en el eslalon masculino, el estadounidense Bode Miller (36 años), en sus quintos Juegos Olímpicos y posiblemente los últimos, tras debutar en 1998 en Nagano, ha visto cómo se ha marchitado su opción de medalla rápidamente. En un recorrido muy exigente a la par que rápido, donde se podían alcanzar los 135 km/hora, nunca ha encontrado su ritmo.
El que sí lo ha hecho ha sido el austriaco Mayer, quien doce años después ha logrado para su país una medalla olímpica en esquí, con un tiempo de dos minutos, seis segundos y veintitrés centésimas. Le han acompañado en el podio el italiano Christof Innerhofer (plata) y el noruego Kjetil Jansrud (bronce), a 6 y 10 centésimas respectivamente. El joven austriaco, de 23 años, se lleva el oro en su primera participación olímpica, logrando la segunda medalla en la familia, después de que su padre (Helmut) fuera plata en el supergigante en los Juegos Olímpicos de Calgary (1988)
«Es verdaderamente increíble sorprender a los favoritos y ganar un oro tan significativo. Es lo más grande con lo que uno puede soñar como deportista de esquí. Mi padre no me dio ningún consejo en particular. Simplemente esquiar e ir rápido», explicó el ganador. Matthias, igual que su padre, es un especialista en supergigante, más que en descenso.
Mayer soprendió no solo a Miller, sino también al vigente campeón del mundo, el noruego Aksel Lud Svindal, que como el estadounidense quedó fuera del podio, al finalizar cuarto, a 29 centésimas. Cuanto se anunciaba un duelo entre los dos favoritos al título, el esquiador centroeuropeo, que había hecho el mejor tiempo en el segundo de los tres entrenamientos de la prueba, pasó a ocupar los focos. Los mismos que han visto cómo Miller, una vez concluido su recorrido, se recostaba, sentado al lado de la valla lamentándose por completar un tiempo lejos de lo que es capaz de ofrecer y de lo mostrado en los entrenamientos previos.
Tuvo un error en un salto en la bajada, perdiendo unas centésimas preciosas que le hicieron marcar un tiempo final de 2:06.75. «Obviamente es duro este octavo puesto, yo buscaba la victoria y creía que tenía posibilidades. Estaba bien preparado, pero a veces las cosas no salen como uno quiere», explicó cuando atendió a los medios de comunicación presentes, algunos tan impactados como el propio esquiador. «¿Qué falló? La visibilidad fue el primer factor, que cambió mucho respecto a los entrenamientos. La nieve cambió mucho», añadió.
Por su parte, Svindal se quedó a las puertas del podio. «Cometí demasiados errores del principio al final, que al final me hicieron perder centésimas importantes. Nadie hace una carrera perfecta, tal vez Mayer lo hizo. Así son las cosas. No se pueden cometer muchos errores y yo los cometí», reconoció el noruego.
Los españoles han cumplido también de manera más que digna en esta prueba. Paul de la Cuesta ha finalizado en la 28ª posición, aunque reconoció que tal vez podía haber estado un poco más arriba: «Cometí un par de errores, me costó coger el ritmo. El objetivo es el top15 en el supergigante». Mientras, Ferrán Terra fue 34º, aunque también fue autocrítico con su carrera: «Lástima que arriba iba bien. Aprender de los errores de hoy para la combinada».
En la prueba de los 30 kilómetros de esquí de fondo (15 km clásico+ 15 km libre) el ganador ha sido el suizo Dario Cologna, que ha superado por un escaso margen, solo cuatro décimas de segundo, al sueco Marcus Hellner, defensor del título de Vancouver, en esprint muy emocionante. Hasta que no se han oficializado los tiempos flotaba en el ambiente el desconocimiento de quién era el ganador. El triunfo del helvético aún es más épico si se recuerda que ha afrontado los Juegos Olímpicos tras superar una lesión en el tobillo derecho sufrida el pasado mes de noviembre mientras se entrenaba.
El noruego Johnsrud Sundby se ha colgado el bronce al superar al ruso Maxim Vylegzhanin por una décima. Sin duda, la prueba más disputada de la jornada. Es impresionante cómo el esfuerzo de tanto tiempo sobre el esquí se reduce para determinar un resultado en lo que equivale a un simple soplido, a una respiración o un frame de una cámara de televisión.
Los españoles participantes en la prueba, como en el caso del eslalon, cumplieron con el papel previsto y acorde a sus posibilidades. Imanol Rojo tuvo un buen debut olímpico y fue 50º a 5 minutos y 25 segundos del vencedor, mientras que Javier Gutiérrez acabó en el puesto 58 a 7 minutos y 45 segundos de Cologna.
La estadounidense Jamie Anderson ganó en slopestyle, lo que le ha convertido en la primera mujer en lograr un oro en esta modalidad del snowboard, fuera del half pipe, para su país. Le han acompañado en el podio la finlandesa Enni Rukajarvi y a la británica Jenny Jones, plata y bronce, respectivamente. Anderson consiguió la segunda mejor puntuación en la primera ronda con 80,75 puntos, solo por detrás de la checa Sarka Pancochova, mientras que en la segunda bajada mejoró hasta los 95,25 que le otorgaron la medalla de oro.
Para no ser menos que sus compatriotas ayer, la neerlandesa Irene Wurst ha logrado el oro en la prueba de velocidad femenina sobre 3.000 m. En este caso sí se hicieron buenos los pronósticos y como vigente campeona del mundo de la distancia doblegó a la anterior campeona olímpica, la checa Martina Sablikova, por 1,61 segundos, mientras que la rusa Olgra Graf fue tercera a 3,13 segundos de la neerlandesa. Pese a no ser una competidora novel, ya cuenta con 30 años, y no tener ningún podio en la Copa del Mundo, Graf rebajó su marca personal y dio a Rusia, el país anfitrión de los Juegos, su primera medalla en los Juegos, que no la última única del día.
Además de las dos platas de Graf y Vitkova, la delegación rusa ha logrado un oro, con lo que ha cerrado el segundo día con mejores sensaciones, un sabor más dulce y deseos de seguir aumentando el botín. El primer puesto se ha conseguido gracias a la nueva prueba por equipos de patinaje artístico, guiada por su estrella Evgeny Plushenko, leyenda de esta modalidad, que consiguió así su cuarta medalla olímpica. Canadá ha sido plata y Estados Unidos, bronce.
«Es la primera medalla de Rusia en estos Juegos. Me encanta ser el primero y me gustaría todavía más conseguir más medallas. He patinado para todos a los que quiero, para mi esposa, mis hijos, mi entrenador. Estoy muy contento con mi actuación y con la de mi equipo», dijo Plushenko una vez consumado el logro.
El segundo día de competición en Sochi se ha despedido con la disputa del lunge, el salto de trampolín y más partidos de la competición en hockey hielo, con el inicio de la competición por parte de las mujeres. En la primera prueba, el alemán Felix Loch ha repetido título de Vancouver, escoltado en el podio por el ruso Demchenko (plata) y el italiano Armin Zöggeler, bronce y referencia mundial de este deporte, del que es uno de los poseedores de un mayor número de medallas olímpicas al acumular seis ediciones en que logra al menos un metal.
Por su parte, en los saltos de esquí (trampolín normal) la victoria fue para el polaco Kamil Stoch, líder de la Copa del Mundo y que se impuso con saltos de 105,5 y 103,5 metros, para un total de 278 puntos. Stoch empezó a practicar esquí con solo tres años y empezó a saltar con nueve, un claro ejemplo de precocidad y gusto por una de las modalidades del esquí más plásticas que se recuerdan. El esloveno Prevc ha sido plata, mientras que el noruego Bardal se ha colgado el bronce.
* Pablo Beltran es periodista.
– Fotos: 2014 XXII Winter Olympic Games
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal