El 13 de febrero de 2014 pasará a ser una fecha que quedará en el recuerdo. Hoy la leyenda del patinaje artístico mundial, el ruso Evgeny Plushenko, campeón olímpico de patinaje artístico en Turín 2006 (Italia) y medallista de plata cuatro años antes (en Salt Lake City) y cuatro después, en Vancouver (Canadá), ante su gente y en casa, se ha visto obligado a renunciar a competir tras sentir molestias durante el calentamiento de la prueba del programa corto masculino. De este modo, por primera desde 1964, no habrá ningún ruso (o soviético) en la final. Una fatalidad para Plushenko, por ser quién es, a quién representa y a su larga carrera.
La otra cara de la moneda, precisamente en el mismo lugar, el Iceberg, donde se celebran todas las pruebas de patinaje artístico, la ha protagonizado el japonés Yuzuru Hanyu, quien con solo 19 años y el desparpajo típico de una persona más novel ha logrado en el programa corto de patinaje artístico la máxima nota nunca obtenida en unos Juegos Olímpicos en esta prueba (101,45 puntos). Tal vez, como síntoma de que el adiós de una leyenda como Plushenko está muy cerca y de que el japonés tiene preparado un relevo de lo más estimulante.
Precisamente, en el día en que se cumplen 42 años desde que Paco Fernández Ochoa lograra la única medalla de oro en unos Juegos Olímpicos de Invierno, en Sapporo, el madrileño afincado en Toronto Javier Fernández ha honrado tal efémeride de manera notable. Es cierto que su rostro, una vez concluida su participación, era serio. Esa sonrisa tan característica cuando se desliza sobre la pista no se ha visto en ningún momento. Su autoexigencia le hacía pensar que podía haber obtenido una nota más alta para afrontar mañana la final, con la disputa del programa libre, con un margen de confianza mayor.
Sin embargo, no ha sido así y lo ha explicado de una manera breve, pero al mismo tiempo gráfica y clara al finalizar su actuación: «No me he relajado en ningún momento, desde el calentamiento he visto que hoy no iba». Su entrenador, Brian Orser, sonriendo a la espera de conocer la nota, le animaba. Partirá con el bronce provisional, al disponer de la tercera mejor nota (86,98). Mañana, sin obviar que el asalto al oro o la plata parecen utópicos, tal vez sí vaya y ofrezca esa versión que enamoró a la gente de London (Canadá) el año pasado en el mundial y que le sirvió para conseguir un metal, precisamente el bronce. Eso sí, cualquier pequeño detalle que suponga un error puede hacer peligrar el puesto. Es lo que tiene el deporte. Lo que lo hace tan bello e imprevisible.
Una jornada, la sexta, en que se han repartido medallas, que ha servido para que Alemania se consolide al frente del medallero con diez preseas (siete oros, dos platas y un bronce). Le sigue Canadá con diez (cuatro, cuatro y dos); Noruega con trece (cuatro, tres y seis); y Países Bajos y Estados Unidos con doce, eso sí, los neerlandeses con una plata más (cuatro, tres, cinco) que los estadounidenses (cuatro, dos, seis). Suiza, con cuatro metales, tres de oro, se mantiene por delante de los anfitriones, Rusia, con once, pero solo dos oros.
Eugeni Plushenko, de 31 años y el más veterano de los inscritos en la prueba, que en sus cuartos Juegos ya ha capturado un oro –por equipos– y que ha sido intervenido de la espalda en numerosas ocasiones, debía haber competido en séptimo lugar, en el primer grupo de clasificación. Sin embargo, su espalda ha dicho basta. «Por supuesto que estoy decepcionado, aunque estoy contento por el oro olímpico que hemos ganado por equipos. Pero hoy tuve un aterrizaje horrible tras un salto y sentí un tiro en la espalda», ha explicado, aunque no ha confirmado si su retirada hoy significará su adiós definitivo al patinaje artístico.
«Toda la temporada, especialmente después de la última operación, trabajé, trabajé y trabajé; y patiné, patiné y patiné durante muchas horas… es muy duro. De todas formas estoy contento, porque tengo un oro aquí. Está OK», ha declarado a los distintos medios de comunicación en la zona mixta del Iceberg, el palacio de hielo de Sochi.
Es cierto que algún detalle, que para los neófitos es casi imperceptible, no le ha permitido contar a Javier Fernández en su ejercicio en el programa corto hoy con una nota mayor, más próxima a la obtenida en el pasado Campeonato de Europa celebrado en Hungría o al mundial de hace un año en London. Se ha quedado a cinco puntos de su marca hace un mes (91,56). Falló en el cuádruple. Sin embargo, mantiene las opciones intactas de ser el primer medallista en unos Juegos Olímpicos tras veintidós años y que Sochi se convierta en un Sapporo más para la historia. Honrar más el recuerdo de Paco Fernández Ochoa.
Partirá en el programa libre, donde puede marcar la diferencia y mejorar su nota (hoy ha finalizado tercero con 86,98), para como mínimo mantenerse en esa plaza provisional y ser bronce. Es decir, repetir lo que sucedió en casa hace doce meses, en el mundial. Un gran éxito si se produce. Porque por delante están quienes están lejos de los patinadores terrenales: el japonés Yuzuru Hanyu (101,45 puntos, máxima nota de la historia en un programa corto batiendo su propio récord) y el canadiense Patrick Chan, segundo provisional con 97,52. El triple campeón del mundo y medallista de bronce en Vancouver luchará porque esa plata sea oro. Otro reto igual de complicado que el del madrileño
Por su parte, el otro representante español, el también madrileño Javier Raya, que participaba en el segundo grupo de clasificación, con una puntuación de 59,76 se ha quedado definitivamente fuera de la final de mañana.
El sueño del noruego Ole Einar Bjørndalen, que comparte con su compatriota Bjorn Daehlie el récord absoluto de medallas olímpicas de invierno (12) y que en Sochi ganó el oro en el sprint, no cristaliza y cada muesca que queda por el camino es similar a cada error en un disparo en los campos de tiro de las carreras en la que compite. Tras la disputa de la prueba invidual hoy, sobre un recorrido 20 kilómetros, le quedan aún tres intentos, suficientes para conseguirlo, aunque no hay que esconderlo, el hito sigue siendo complicado.
Mientras Bjørndalen persigue coronarse en leyenda absoluta del deporte invernal, el francés Martin Fourcade sigue con lo suyo: acumular oros. En el recorrido de hoy, donde por cada error en el tiro en lugar de recorrer una vuelta de castigo en un campo anexo que supone una pérdida adicional de 30 segundos se penalizaba al biatleta con un minuto más al tiempo final, el francés ha ofrecido una versión tan completa como la que le permitió colgarse el oro en la persecución.
Con su triunfo, además de cosechar su segundo oro, confirma su dominio en esta prueba, de la que es vigente campeón del mundo. Le han acompañado en el podio el alemán Erik Lesser, segundo a 12,2 segundos, y el ruso Evgeniy Garanichev, tercero a 34,5. Además, pasa a ser uno de los tres franceses con dos o más oros en mismos JJ. OO. Invierno, igualando a Killy, que logró tres en 1968, y a Oreiller, con dos en 1948.
Martin Fourcade, de 25 años, pese a cometer un falló con la carabina, aventajó en algo más de doce segundos a Lesser, que tuvo una actuación inmaculada en las cuatro series de tiro. El campeón ha demostrado con los esquís que va a otra velocidad, casi inalcanzable para sus rivales, incluido Bjørndalen, que ha tenido el honor de impedir el triplete, pues ganó el oro en el sprint sobre 10 kilómetros. Hoy ha finalizado con una tarjeta de tiro bastante discreta, con cuatro errores, en el puesto trigésimo cuarto a 3:50.2 de Fourcade.
El aragonés Víctor Lobo, que debuta en unos Juegos Olímpicos y ha compartido en los últimos meses algunos entrenamientos precisamente con el ganador, ha completado una notable actuación, mejorando el resultado obtenido el pasado sábado: septuagésimo segundo, con ochentaiocho corredores en meta, a 7:51.1 del campeón y tres fallos en el tiro (0+2+0+1). En su primera prueba, el sprint, el oscense fue octogésimo cuarto.
El día ha amanecido, a la hora del reparto de medallas en Sochi, con un podio cien por cien estadounidense en la prueba del slopestyle de esquí libre. Tres representantes de este país se han repartido las medallas en una de las disciplinas debutantes en estos Juegos Olímpicos de Sochi. Este triplete es el tercero para Estados Unidos en unos Juegos Olímpicos de invierno, tras los obtenidos en patinaje artístico indivudal masculino en 1956 y en snowboard half pipe en Salt Lake City 2002.
El ganador, y por tanto medalla de oro, ha sido Joss Christensen, de 22 años. Gus Kenworthy, de la misma edad, se ha colgado la plata, mientras que Nicholas Goepper, de 19, se ha adjudicado el bronce en una prueba disputada en las instalaciones del Parque Extremo Rosa Khutor, una de las instalaciones que han sido blanco de la crítica de algunos deportistas por su peligrosidad, ya que ha sido hasta la fecha uno de los emplazamientos donde más caídas se han producido.
Chistensen ha obtenido unos inalcanzable 95,80 puntos en su primera bajada; Kenworthy estuvo mejor, en cambio, en la segunda, con 93,60, pero distante de su compatriota, por lo que no ha podido optar al oro. Y Goepper también brilló de entrada con unos 92,40.
La fondista polaca Justyna Kowalczyk ha sumado su quinta medalla olímpica y su segundo oro tras ganar la prueba de 10 kilómetros de cross country, estilo clásico, disputada esta mañana. Kowalczyk ha cubierto la distancia en un tiempo de 28:17.8, con 18,4 segundos de ventaja sobre la sueca Charlotte Kalla, plata, y 28,2 sobre la noruega Therese Johuag, bronce.
La nórdica Kalla fue la campeona olímpica de los 10 kilómetros hace cuatro años en Vancouver, por lo que no ha podido revalidar su triunfo, aunque en aquella ocasión se disputó la prueba bajo la modalidad de estilo libre.
La española Laura Orgué, que participa en Sochi en lo que son sus terceros Juegos Olímpicos, ha mejorado su puesto respecto al obtenido en Vancouver, como sucedió el pasado sábado en la prueba de skiatlón (7,5 kilómetros clásico + 7,5 kilómetros libre). Hoy ha finalizado en la vigésima octava posición, con un tiempo de 30:48.0, diez puestos mejor que hace cuatro años.
La próxima y última prueba en la que tomará parte la esquiadora de fondo catalana será el próximo sábado 22, a las 10.30 horas, en los 30 kilómetros salida en masa.
La china Jianrou Li se ha adjudicado el oro en la final de 500 metros de patinaje en pista corta de los Juegos de Sochi, una carrera muy accidentada en la que la británica Elise Christie se cayó y se llevó por delante a todas las participantes menos a Li. La china entró con un tiempo de 45,263, seguida por la italiana Arianna Fontana, con 51,250, y la surcoreana Seung-Hi Park, con 54,207.
Es la primera medalla olímpica para la delegación de este país asiático en Sochi, que a la vez ha permitido acumular ya cuatro triunfos en esta prueba en las últimas citas olímpicas, un récord absoluto que parte de Salt Lake City (2002). Fontana suma la plata de hoy a un bronce en Vancouver 2010 y otro en Turín 2006, y Park tenía también dos bronces de hace cuatro años. Era la única final de la jornada en patinaje en pista corta.
Precisamente otra nación asiática, Corea del Sur, también acumuló cuatro oros en una de las distancias del shot track, los relevos femeninos, entre los años 1994 y 2006.
También se han celebrado, sin medallas en juego, otras pruebas dentro de la programación del short track. En concreto, series de 1.000 metros masculinos y semifinales del relevo de 5.000 metros masculinos. La noticia ha saltado cuando se ha conocido que en está última, Canadá ha quedado fuera de la final por primera vez en su historia (tras siete ediciones dentro de los Juegos Olímpicos de Invierno). Lo mismo le ha sucedido a Corea del Sur, mientras que los Países Bajos entran por primera vez.
En la única prueba que se ha disputado de patinaje de velocidad en la jornada de hoy, como no podía ser de otra manera, los Países Bajos han logrado dos nuevos metales: Ireen Wust, que ya se había llevado el oro en los 3.000 y que hoy ha sido plata, y su compatriota Margot Boer, que suma así su segundo bronce, tras el que ganó en los 500 metros. Imitando lo sucedido en la pista corta, una china Hong Zhang, saliendo en la séptima serie, se ha colgado el oro, el primero para el país asiático en esta modalidad, y ha impedido que las neerlandesas sumaran un triunfo más.
Pese a todo, siguen acumulando medallas en esta modalidad. Cuando restan siete pruebas en patinaje de velocidad, la delegación tulipán suma cuatro oros, y el récord en unos JJ. OO. pertenece a la URSS, que logró seis en Squaw Valley 1960.
Ante la atenta mirada del nuevo presidente del COI, el alemán Thomas Bach, sus compatriotas no han fallado en una de las pruebas que, junto a la velocidad, tienen un claro color en estos Juegos Olímpicos de Sochi. En este caso, el alemán. En la final de luge por relevos, que se estrenaba en la programación olímpica, el equipo centroeuropeo se ha colgado el oro, los anfitriones rusos han sido plata, mientras que Letonia ha obtenido el bronce.
Con el triunfo, Alemania es el primer país con pleno de oros –mínimo cuatro– en un deporte invernal, en este caso el luge, por primera vez desde que Noruega lograra la misma cifra, pero esta vez en patinaje de velocidad, en 1936.
Durante todo el día se han disputado más partidos de curling (masculino y femenino). Hay que destacar dos notas. Por una part, la remontada rusa en el partido masculino que les medía a Suiza, para ganar 7-6, cuando tras la octava entrada perdía por 3-6. Y por supuesto, en féminas, los triunfos por escaso margen de Ucrania ante China (8-7) y de Suecia ante Suiza (8-9) y Dinamarca (7-6).
En todos estos duelos el denominador común es que se han producido grandes vuelcos en los partidos y solo las suecas han sabido ganar (tanto manteniendo la ventaja como aprovechándose de esa remontada).
En cuanto al hockey hielo, los resultados en la programación masculina han sido los siguientes: Finlandia-Austria (8-4); Estados Unidos-Eslovaquia (7-1); Rusia-Estonia (5-2) y Canadá-Noruega (3-1). En féminas, triunfo de Alemania sobre Japón por 4-0.
* Pablo Beltran es periodista.
– Fotos: 2014 XXII Winter Olympic Games
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