Marit Bjørgen está a punto de cumplir los 34 años y parece muy poco probable que prolongue su carrera hasta los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, que se disputarán en la localidad surcoreana de Pyeongchang en el año 2018. Por lo que la prueba reina del fondo era su última oportunidad para conseguir medallas, victorias y récords, y la ha aprovechado a la perfección. Bjørgen se va de Sochi como la única mujer noruega en subirse a un podio olímpico en cuatro ediciones diferentes.
Esquí cross country. 30 km libre femenino
Oro: Bjørgen (NOR); Plata: Johaug (NOR); Bronce: Steira (NOR)
Los Juegos del triplete han vivido el séptimo caso de un podio ocupado por el mismo país. Y lo ha conseguido Noruega, que no tenía ninguno en categoría femenina, en una prueba donde nunca se había conseguido.
La victoria fue para Marit Bjørgen, que consigue su tercera medalla, todas de oro, en Sochi y la décima en su carrera olímpica, igualando el récord femenino de Raisa Smetanina y Stefania Belmondo, también especialistas en cross country, y con seis oros olímpicos también iguala el récord invernal femenino de la patinadora de velocidad Lidia Skoblikova y de la esquiadora de fondo Lyubov Yegorova.
En una carrera excepcionalmente rápida –se terminó en 1h11’, cuando nunca antes se había bajado de 1h22’– escoltaron en el podio a Bjørgen sus compatriotas Johaug y Steira. Es el quinto triplete femenino en este deporte y el primero desde que lo consiguiera la Unión Soviética en los 20 kilómetros de Calgary 1988.
Noruega termina estos Juegos con nueve medallas en cross country femenino, igualando el record del Equipo Unificado en 1992. Las noruegas han conseguido cuatro oros, pero esto no es récord porque Rusia en Nagano 1998 se llevó todos los títulos, cinco.
Snowboard. Eslalon paralelo femenino
Oro: Dujmovits (AUT); Plata: Karstens (ALE); Bronce: Kober (ALE)
Debut olímpico de la especialidad y varias sorpresas, porque las cuatro mejores de la clasificación ni siquiera llegaron a la final. Venció Julia Dujmovits pese a perder la primera carrera de la final por 72 centésimas.
Esta prueba se puede comparar con el eslalon gigante paralelo, disputado desde 2002, donde la máxima remontada en la final la había protagonizado Vic Wild en estos mismos Juegos (54 centésimas). Además, nunca en una competición paralela los cuatro primeros de la clasificación se habían quedado sin medalla.
El oro de Dujmovits es el primer título olímpico de Austria en cualquier prueba de snowboard.
Plata y bronce para Alemania, que es el segundo país que consigue dos medallas en una prueba femenina de snowboard pero no el título, tras Estados Unidos en el half pipe de 2010 (ganó la australiana Bright).
Oro: Wild (RUS); Plata: Košir (ESN); Bronce: Karl (AUT)
El mejor de la clasificación y campeón del gigante paralelo, Vic Wild, estaba contra las cuerdas al perder la primera carrera de las semifinales por 1’’12. Pero remontó y acabó campeón para ser la primera persona con dos oros en snowboard en unos mismos Juegos.
Wild ha protagonizado la tercera mayor remontada en competiciones paralelas masculinas, por detrás del 1’’78 que Walter Feichter enjugó a Daniel Biveson en los octavos de 2002 y del 1’’20 que Simon Schoch remontó a Žan Košir en la lucha por la quinta plaza en 2010, ambos casos en eslalon gigante.
Košir añadió esta plata al bronce en el gigante y es el segundo hombre esloveno con dos medallas invernales, junto al saltador Peter Prevc, también plata y bronce en Sochi 2014.
Benjamin Karl, subcampeón hace cuatro años en el gigante paralelo, es la primera persona austriaca con más de una medalla olímpica en snowboard.
Patinaje de velocidad. Persecución masculina
Oro: Países Bajos; Plata: Corea del Sur; Bronce: Polonia
Ganar cuatro de los cinco títulos individuales prácticamente garantizaba que el título iba a ser para los neerlandeses. Y en la pista confirmaron su favoritismo logrando el récord olímpico (3’37’’71) y consiguiendo su primer título en la prueba, que solamente se disputa desde 2006.
Sven Kramer sumó su séptima medalla olímpica para igualar el récord masculino de su deporte, que ahora comparte con el noruego Ivar Ballangrud y el finlandés Claus Thunberg.
Corea del Sur, plata, logró su primera medalla en persecución y permitió a Seung-Hoon Lee alcanzar su tercera presea olímpica. Lee ya es el surcoreano con más medallas en patinaje de velocidad en el total de los Juegos, superando a Tae-Bum Mo.
Polonia derrotó a Canadá en la carrera por el bronce y Zbigniew Bródka se convierte en el tercer hombre polaco en lograr dos medallas en unos mismos Juegos invernales tras los saltadores Adam Małysz (2002 y 2010) y Kamil Stoch (2014).
Oro: Países Bajos; Plata: Polonia; Bronce: Rusia
Los Países Bajos culminaron su exhibición en el Adler Arena de Sochi con el título en una prueba donde nunca se había subido al podio y también con récord olímpico: 2’58’’05.
La selección neerlandesa ha logrado en esta cita olímpica 8 de los 12 oros en juego y 23 de las 32 medallas posibles (21 de 30 en pruebas individuales y las 2 en juego por equipos). Una cosecha de medallas para un mismo país en un solo deporte (71,875 %) sin parangón en la historia olímpica, de verano o de invierno, con al menos 18 medallas en disputa.
La gran estrella de las neerlandesas ha sido Ireen Wüst por lograr cinco medallas en una sola edición. Otros cuatro patinadores también se hicieron con cinco preseas en unos Juegos: Claus Thunberg (1924), Roald Larsen (1924), Eric Heiden (1980) y la única mujer hasta que ha llegado Wüst, Cindy Klassen (2006).
Con sus ocho medallas en total, Wüst iguala a Gunda Kleeman y a Karin Enke, pero todavía tiene a alguien por delante como máxima medallista olímpica en este deporte: Claudia Pechstein, que tiene nueve.
Polonia, plata, mejoró su puesto de hace cuatro años, pero en la final fue aplastada por Países Bajos, que consiguió 7’’50 de renta, diferencia récord en persecución masculina o femenina. Polonia lo hizo tan mal que Rusia, ganadora de la final B que decidía el bronce, logró mejor tiempo, algo que nunca había sucedido en la persecución femenina pero sí en la masculina (en 2010 los dos equipos de la final B lo hicieron mejor que los dos de la final A y en 2006 Países Bajos, bronce, y Noruega, cuarto, tuvieron mejor tiempo que el subcampeón, Canadá).
Rusia fue medalla como hace ocho años y Olga Graf obtuvo su segunda presea en estos Juegos, tras ser bronce en 3.000 metros. Graf es la tercera persona rusa con dos medallas olímpicas en este deporte empatada con Ivan Skobrev y Sergei Klevchenya.
Biatlón. 4×7,5 km masculino
Oro: Rusia; Plata: Alemania; Bronce: Austria
Los dos primeros relevos de los hermanos Bø –un solo fallo en veinte lanzamientos– catapultaron a Noruega a la primera plaza con 20 segundos de ventaja. Pero Bjørndalen, espléndido en el tiro, no pudo mantener la renta esquiando y Svendsen falló cuatro disparos en la última tanda (cuando solo había fallado 4 en sus 85 tiros previos en estos Juegos) y dejó a su equipo sin medalla.
El desastre noruego provocó un sprint final entre Rusia y Alemania donde se impuso el equipo anfitrión, logrando su primer título en esta prueba (la Unión Soviética ganó siempre el relevo: 1968-1988). Y eso que todos los relevistas rusos fallaron al menos una vez para acumular ocho errores en total.
Alemania falló dos disparos y fue subcampeona cediendo tan solo 3’’5. Fue la menor diferencia de la historia entre oro y plata, superando los 12’’2 que hubo entre la URSS y Noruega en Sarajevo 1984.
Austria terminó en tercer lugar, cuando hace cuatro años se hizo con la plata. Erró siete tiros, pero al igual que sus compañeros de podio no necesitó dar una vuelta extra por agotar los cartuchos de reserva. El último podio formado por equipos que no penalizaron fue el de Nagano 1998, donde ninguno de los cinco primeros tuvo que hacer la vuelta de sanción.
Esquí alpino. Eslalon masculino
Oro: Matt (AUT); Plata: Hirscher (AUT); Bronce: Kristoffersen (NOR)
Mario Matt conservó su extraordinaria ventaja de la primera manga (45 centésimas, que aumentaron hasta 1’’28 respecto al líder provisional en el momento de realizar su segundo descenso) para lograr el oro olímpico estando en la recta final de su carrera. Es la cuarta vez seguida en la que el campeón es el vencedor de la primera manga.
Matt, de 34 años y 319 días, es el campeón olímpico más veterano en cualquier prueba de esquí alpino, dejando atrás a Kjetil André Aamodt, oro en supergigante en 2006 con 34 años y 169 días.
Marcel Hirscher remontó desde el noveno lugar, ayudado por la caída de cinco de los hombres que le precedían, y propició el tercer doblete austriaco en la prueba tras los de 1960 (Hinterseer y Leitner) y 2006 (Raich y Herbst). Nadie quedaba tan arriba tras haber sido noveno o peor en la primera manga desde que Alberto Tomba fuera plata en Lillehammer 1994 partiendo de la duodécima posición.
Si la remontada de Hirscher fue espectacular, aún mayor resultó la de Kristoffersen, el primer noruego que logra medalla en eslalon desde Buraas (oro) y Furuseth (plata) en 1998. Kristoffersen es el peor clasificado en una primera manga, 15º lugar, que consigue medalla en eslalon, superando la marca del austriaco Herbert Huber en Grenoble 1968, que fue plata saliendo en la segunda manga en la 13ª posición.
Hockey hielo. Partido por el bronce
Finlandia 5-0 Estados Unidos. Un gol del veteranísimo Teemu Selänne –el 24º de su carrera olímpica– abrió el agujero por donde desapareció Estados Unidos. El equipo finlandés consigue su sexta medalla olímpica (dos platas y cuatro bronces), todas desde Calgary 1988 en adelante, y mantiene su marca perfecta en el partido por el tercer puesto: cuatro victorias ante cuatro rivales distintos (Rusia, Canadá, Eslovaquia y Estados Unidos).
Teeme Selänne, con 43 años y 234 días, es el medallista olímpico más veterano en la historia del hockey hielo desbancando al ruso Igor Larionov, bronce en 2002 cuando tenía 41 años y 68 días.
Selänne y Kimmo Timonen consiguieron su cuarta medalla olímpica, pero no tienen oros, con lo que igualan el récord de sus compatriotas Saku Koivu, Jere Lehtinen y Ville Peltonen y del checo Jiří Holík.
El equipo americano vuelve a irse sin medalla de unos Juegos disputados en suelo europeo (no sube al podio en el Viejo Continente desde Cortina d’Ampezzo 1956, cuando fue subcampeón) y termina su actuación en Sochi de una manera muy dolorosa. El 0-5 supone igualar la peor derrota de su historia en partidos sin marcar (0-5 ante Checoslovaquia en Innsbruck 1976) y, como en la semifinal tampoco marcó, ha encadenado dos partidos seguidos sin anotar por segunda vez en su historia, tras haberle ocurrido en los dos últimos encuentros de Garmisch-Partenkirchen 1936.
* David Fernández es estadístico.
– Fotos: 2014 XXII Winter Olympic Games
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